Ideas Claras
DE INTERES PARA HOY jueves, 30 de junio de 2022
Indice:
Francisco: Una Iglesia sin muros, sin cadenas, que se levanta y mira más allá
El Papa: "Abandonemos las polémicas sobre la liturgia, redescubramos su belleza"
Ángelus del Papa: El camino de la fe no es un paseo sino exigente y arduo
SANTOS PROTOMÁRTIRES ROMANOS* : Francisco Fernandez Carbajal
Evangelio del jueves: tus pecados te son perdonados
“Practica la caridad sin límites” : San Josemaria
29 de junio: San Pedro y San Pablo
San Pedro y San Pablo – 29 de junio
Guía de los viajes de san Pablo según el mapa de hoy
La visión cristiana de los padres de Europa : José Manuel Saiz :
Fidelidad y compromiso en la relación de pareja (El trinomio fidelidad, compromiso y monogamia) : Carlos Sirvent
Sociedad y Ciencia. : José Luis Velayos
Libertad para decir lo que uno piensa : Jaime Nubiola
El principio del fin del aborto en los Estados Unidos
Cuatro señales que indican que tu matrimonio podría estar en crisis : Lilia Borlongan-Álvarez
Que las pantallas no se tomen estas vacaciones : LaFamilia.info
“Todo lo produce y destruye el planeta” : Antonio García Fuentes
Francisco: Una Iglesia sin muros, sin cadenas, que se levanta y mira más allá
El testimonio de los apóstoles Pedro y Pablo que, ante la persecución, la prisión y la muerte, se levantan y combaten en su misión de llevar el Evangelio de Jesucristo centraron la homilía del Papa en la celebración de la solemnidad de los patronos de Roma y de la tradicional bendición de los palios que serán impuestos a los arzobispos metropolitanos nombrados en el transcurso de este año.
Vatican News
El rito de la bendición de los palios que serán impuestos a los 44 arzobispos metropolitanos nombrados en el transcurso del año, muchos de ellos presentes esta mañana en la Basílica vaticana, abrió la sugestiva celebración de la Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo, presidida por el Papa Francisco. Presentados al Pontífice por el cardenal protodiácono James Michael Harvey y tras la fórmula de juramento recitada por cada metropolitano, dio inicio la celebración eucarística que como cada año contó con la presencia de una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
Las dos primeras lecturas tomadas de los Hechos de los Apóstoles que dan testimonio de Pedro y Pablo inspiraron las palabras de Francisco al destacar la actitud de ambos apóstoles ante la persecución, la prisión y la muerte. En primer lugar, Pedro que, arrojado a la cárcel por Herodes, es despertado por un ángel que lo conmina a levantarse rápido para liberarlo. Luego, Pablo que resume su vida y su misión como un “buen combate”. Dos aspectos, levantarse rápido y pelear el buen combate, que a decir del Pontífice, pueden ayudar a las comunidades cristianas a abordar el proceso sinodal en curso.
Vista de celebración eucarística en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo
Atravesar el umbral de las puertas cerradas
El despertar de Pedro y levantarse– explicó el Pontífice – evoca la Pascua, ese resurgir, salir a la luz y “dejarse conducir por el Señor para atravesar el umbral de todas las puertas cerradas”, una imagen significativa para la Iglesia y para cada discípulo y comunidad cristiana que están llamados a levantarse rápidamente para “entrar en el dinamismo de la resurrección” y dejarse “guiar por el Señor en los caminos que Él quiere mostrarnos”.
“A veces, como Iglesia, nos abruma la pereza y preferimos quedarnos sentados a contemplar las pocas cosas seguras que poseemos, en lugar de levantarnos para dirigir nuestra mirada hacia nuevos horizontes, hacia el mar abierto. A menudo estamos encadenados como Pedro en la prisión de la costumbre, asustados por los cambios y atados a la cadena de nuestras tradiciones. Pero de este modo nos deslizamos hacia la mediocridad espiritual, corremos el riesgo de “sólo tratar de arreglárnoslas” incluso en la vida pastoral, el entusiasmo por la misión disminuye y, en lugar de ser un signo de vitalidad y creatividad, acabamos dando una impresión de tibieza e inercia”.
Procesión de entrada de los arzobispos metropolitanos y miembros de la Curia Romana al comienzo de la Santa Misa
Una fe sin formalismos, una iglesia libre y humilde
El Santo Padre recurre al pensamiento del padre de Lubac quien cuestionaba que esa pereza e inercia hacía que la fe cayera “en el formalismo y la costumbre, en una religión de ceremonias y devociones, de ornamentos, de “cristianismo clerical, formalista, apagado y endurecido. De allí el llamado de Francisco a hacer del Sínodo el impulso para una Iglesia que se levanta
29/06/2022Ángelus del Papa: El camino de la fe no es un paseo sino exigente y arduo
“El Sínodo que estamos celebrando nos llama a convertirnos en una Iglesia que se levanta, que no se encierra en sí misma, sino que es capaz de mirar más allá, de salir de sus propias prisiones al encuentro del mundo. Una Iglesia sin cadenas y sin muros, en la que todos puedan sentirse acogidos y acompañados, en la que se cultive el arte de la escucha, del diálogo, de la participación, bajo la única autoridad del Espíritu Santo. Una Iglesia libre y humilde, que ‘se levanta rápido’, que no posterga, que no acumula retrasos ante los desafíos del ahora, que no se detiene en los recintos sagrados, sino que se deja animar por la pasión del anuncio del Evangelio y el deseo de llegar a todos y de acoger a todos”.
Un “todos” que para el Papa, como repitió varias veces, significa que “trae a todos, ciegos, sordos, cojos, enfermos y pecadores”, porque “hay lugar para todos en la Iglesia”. Una Iglesia de “puertas abiertas” que son sirva para “desechar a la gente, para condenar a la gente”. Y como uno de los arzobispos metropolitanos le comentó ayer al Pontífice: “Para la Iglesia no es el tiempo de las despedidas, es el tiempo de la acogida”.
La Iglesia sinodal significa que todos participan
Hablando de Pablo, quien describía su vida como “un buen combate” por las “innumerables situaciones, a veces marcadas por la persecución y el sufrimiento, en las que no escatimó esfuerzos para anunciar del Evangelio de Jesús”, el Santo Padre advirtió que muchos no están dispuestos a acoger a Jesús y prefieren “ir tras sus propios intereses y otros maestros”. Recordó entonces que Pablo en su batalla pide a la comunidad y a cada uno que continúe su labor con la vigilancia, el anuncio, la enseñanza.
“Y aquí me vienen en mente dos preguntas. La primera es, ¿qué puedo hacer por la Iglesia? No quejarnos de la Iglesia, sino comprometernos con la Iglesia. Participar con pasión y humildad. Con pasión, porque no debemos permanecer como espectadores pasivos; con humildad, porque participar en la comunidad nunca debe significar ocupar el centro del escenario, sentirnos mejores que los demás e impedir que se acerquen. Iglesia sinodal significa que todos participan, ninguno en el lugar de los otros o por encima de los demás”.
El “buen combate” del que habla Pablo para Francisco es una batalla “porque el anuncio del Evangelio no es neutro, no deja las cosas como están, no acepta el compromiso con la lógica del mundo, sino que, por el contrario, enciende el fuego del Reino de Dios allá donde, en cambio, reinan los mecanismos humanos del poder, del mal, de la violencia, de la corrupción, de la injusticia y de la marginación”.
Una Iglesia que promueve la cultura del cuidado
En este contexto, el Pontífice planteó su segunda pregunta: “¿Qué podemos hacer juntos, como Iglesia, para que el mundo en el que vivimos sea más humano, más justo, más solidario, más abierto a Dios y a la fraternidad entre los hombres?
“Es evidente que no debemos encerrarnos en nuestros círculos eclesiales y quedarnos atrapados en ciertas discusiones estériles, sino ayudarnos a ser levadura en la masa del mundo. Juntos podemos y debemos establecer gestos de cuidado por la vida humana, por la protección de la creación, por la dignidad del trabajo, por los problemas de las familias, por la situación de los ancianos y de los abandonados, rechazados y despreciados. En definitiva, ser una Iglesia que promueve la cultura del cuidado, la compasión por los débiles y la lucha contra toda forma de degradación, incluida la de nuestras ciudades y de los lugares que frecuentamos, para que la alegría del Evangelio brille en la vida de cada uno: este es nuestro “buen combate”.
Saludo de Francisco a los miembros de la delegación del Patriarcdo Ecuménico de Constantinopla
Metropolitanos: Centinelas vigilantes del rebaño
El Papa concluyó su homilía con un saludo a la delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y a su patriarca Bartolomé, pero en especial se dirigió a los arzobispos metropolitanos presentes en la bendición de los palios que les serán impuestos una vez que regresen a sus sedes episcopales.
“En comunión con Pedro, ellos están llamados a ‘levantarse rápidamente’ para ser centinelas vigilantes del rebaño y a ‘pelear el buen combate’, nunca solos, sino con todo el santo Pueblo fiel de Dios”
El Papa: "Abandonemos las polémicas sobre la liturgia, redescubramos su belleza"
Con "Desiderio desideravi", la Carta Apostólica al Pueblo de Dios, Francisco invita a superar tanto el esteticismo que solo se complace en la formalidad exterior como la dejadez en las liturgias: "Una celebración que no evangeliza no es auténtica".
VATICAN NEWS
Una Carta Apostólica al Pueblo de Dios sobre la liturgia, para recordar el sentido profundo de la celebración eucarística surgida del Concilio e invitar a la formación litúrgica. El Papa Francisco publica Desiderio desideravi, que con sus 65 párrafos desarrolla los resultados de la plenaria de febrero de 2019 del Dicasterio del Culto Divino y sigue el motu proprio Traditionis custodes, reafirmando la importancia de la comunión eclesial en torno al rito surgido de la reforma litúrgica postconciliar. No se trata de una nueva instrucción ni de un directorio con normas específicas, sino de una meditación para comprender la belleza de la celebración litúrgica y su papel en la evangelización. Y concluye con un llamamiento: "Abandonemos las polémicas para escuchar juntos lo que el Espíritu dice a la Iglesia, mantengamos la comunión, sigamos asombrándonos por la belleza de la Liturgia” (65).
La fe cristiana, escribe Francisco, o es un encuentro vivo con Él, o no es. Y "la Liturgia nos garantiza la posibilidad de tal encuentro. No nos sirve un vago recuerdo de la última Cena, necesitamos estar presentes en aquella Cena". Recordando la importancia de la constitución Sacrosanctum Concilium del Vaticano II, que condujo al redescubrimiento de la comprensión teológica de la liturgia, el Papa añade: “Quisiera que la belleza de la celebración cristiana y de sus necesarias consecuencias en la vida de la Iglesia no se vieran desfiguradas por una comprensión superficial y reductiva de su valor o, peor aún, por su instrumentalización al servicio de alguna visión ideológica, sea cual sea” (16).
Después de haber advertido contra la "mundanidad espiritual" y el gnosticismo y el neopelagianismo que la alimentan, Francisco explica que " Participar en el sacrificio eucarístico no es una conquista nuestra, como si pudiéramos presumir de ello ante Dios y ante nuestros hermanos” y que "la Liturgia no tiene nada que ver con un moralismo ascético: es el don de la Pascua del Señor que, aceptado con docilidad, hace nueva nuestra vida”. “No se entra en el cenáculo sino por la fuerza de atracción de su deseo de comer la Pascua con nosotros” (20). Para sanar la mundanidad espiritual, es necesario redescubrir la belleza de la liturgia, pero este redescubrimiento “no es la búsqueda de un esteticismo ritual, que se complace sólo en el cuidado de la formalidad exterior de un rito, o se satisface con una escrupulosa observancia de las rúbricas. Evidentemente, esta afirmación no pretende avalar, de ningún modo, la actitud contraria que confunde lo sencillo con una dejadez banal, lo esencial con la superficialidad ignorante, lo concreto de la acción ritual con un funcionalismo práctico exagerado” (22).
El Papa explica que “hay que cuidar todos los aspectos de la celebración (espacio, tiempo, gestos, palabras, objetos, vestiduras, cantos, música, ...) y observar todas las rúbricas: esta atención sería suficiente para no robar a la asamblea lo que le corresponde, es decir, el misterio pascual celebrado en el modo ritual que la Iglesia establece. Pero, incluso, si la calidad y la norma de la acción celebrativa estuvieran garantizadas, esto no sería suficiente para que nuestra participación fuera plena” (23). “Si faltara el asombro por el misterio pascual que se hace presente en la concreción de los signos sacramentales, podríamos correr el riesgo de ser realmente impermeables al océano de gracia que inunda cada celebración” (24). Este asombro, aclara Francisco, no tiene nada que ver “con la vaga expresión “sentido del misterio”: a veces, entre las supuestas acusaciones contra la reforma litúrgica está la de haberlo – se dice – eliminado de la celebración. El asombro del que hablo no es una especie de desorientación ante una realidad oscura o un rito enigmático, sino que es, por el contrario, admiración ante el hecho de que el plan salvífico de Dios nos haya sido revelado en la Pascua de Jesús” (25).
¿Cómo podemos entonces recuperar la capacidad de vivir plenamente la acción litúrgica? Ante el desconcierto de la posmodernidad, el individualismo, el subjetivismo y el espiritualismo abstracto, el Papa nos invita a volver a las grandes constituciones conciliares, que no pueden separarse unas de otras. Y escribe que “sería banal leer las tensiones, desgraciadamente presentes en torno a la celebración, como una simple divergencia entre diferentes sensibilidades sobre una forma ritual. La problemática es, ante todo, eclesiológica" (31). Detrás de las batallas sobre el ritual, en definitiva, se esconden diferentes concepciones de la Iglesia. No veo cómo se puede decir, señala el Pontífice, que se reconoce la validez del Concilio y no aceptar la reforma litúrgica nacida de la Sacrosanctum Concilium (31).
Citando al teólogo Romano Guardini, muy presente en la Carta Apostólica, Francisco afirma que sin formación litúrgica, "las reformas en el rito y en el texto no sirven de mucho" (34). Insiste en la importancia de la formación, en primer lugar en los seminarios: "Una configuración litúrgico-sapiencial de la formación teológica en los seminarios tendría ciertamente efectos positivos, también en la acción pastoral. No hay ningún aspecto de la vida eclesial que no encuentre su culmen y su fuente en ella. La pastoral de conjunto, orgánica, integrada, más que ser el resultado de la elaboración de complicados programas, es la consecuencia de situar la celebración eucarística dominical, fundamento de la comunión, en el centro de la vida de la comunidad. La comprensión teológica de la Liturgia no permite, de ninguna manera, entender estas palabras como si todo se redujera al aspecto cultual. Una celebración que no evangeliza, no es auténtica, como no lo es un anuncio que no lleva al encuentro con el Resucitado en la celebración: ambos, pues, sin el testimonio de la caridad, son como un metal que resuena o un címbalo que aturde” (37).
Es importante, continúa explicando el Papa, educar en la comprensión de los símbolos, lo que resulta cada vez más difícil para el hombre moderno. Una forma de hacerlo "es, sin duda, cuidar el arte de la celebración", que "no puede reducirse a la mera observancia de un aparato de rúbricas, ni tampoco puede pensarse en una fantasiosa – a veces salvaje – creatividad sin reglas. El rito es en sí mismo una norma, y la norma nunca es un fin en sí misma, sino que siempre está al servicio de la realidad superior que quiere custodiar” (48). “Uno no aprende el arte de celebrar porque asista a un curso de oratoria o de técnicas de comunicación persuasiva (no juzgo las intenciones, veo los efectos), sino que “es necesaria una dedicación diligente a la celebración, dejando que la propia celebración nos transmita su arte” (50). Y “entre los gestos rituales que pertenecen a toda la asamblea, el silencio ocupa un lugar de absoluta importancia”, que “mueve al arrepentimiento y al deseo de conversión; suscita la escucha de la Palabra y la oración; dispone a la adoración del Cuerpo y la Sangre de Cristo” (52).
A continuación, Francisco observa que en las comunidades cristianas su forma de vivir la celebración "está condicionada -para bien y, por desgracia, también para mal- por el modo en que su pastor preside la asamblea". Y enumera varios "modelos" de presidencia inadecuada, aunque sean de signo contrario: "rigidez austera o creatividad exasperada; misticismo espiritualizante o funcionalismo práctico; prisa precipitada o lentitud acentuada; descuido desaliñado o refinamiento excesivo; afabilidad sobreabundante o impasibilidad hierática". Estos modelos tienen una raíz común: “Un exagerado personalismo en el estilo celebrativo que, en ocasiones, expresa una mal disimulada manía de protagonismo. Esto suele ser más evidente cuando nuestras celebraciones se difunden en red”, mientras que “presidir la Eucaristía es sumergirse en el horno del amor de Dios” (57).
El Papa concluye la carta pidiendo "a todos los obispos, presbíteros y diáconos, a los formadores de los seminarios, a los profesores de las facultades de teología y de las escuelas de teología, y a todos los catedráticos y catequistas, que ayuden al santo pueblo de Dios a sacar de lo que siempre ha sido la fuente primaria de la espiritualidad cristiana", reafirmando lo establecido en la "Traditionis custodes", para que "la Iglesia eleve, en la variedad de lenguas, una oración única e idéntica capaz de expresar su unidad" y esta oración única es el Rito Romano surgido de la reforma conciliar y establecido por los santos pontífices Pablo VI y Juan Pablo II.
Ángelus del Papa: El camino de la fe no es un paseo sino exigente y arduo
Antes del rezo del Ángelus en la solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo, Francisco recordó las dificultades, el tiempo, la paciencia y la humildad que estos tuvieron antes de que el Evangelio inundara plenamente sus vidas.
Vatican News
Una Plaza de San Pedro repleta de fieles y peregrinos, pero sobre todo de romanos de fiesta en la solemnidad de sus patronos, los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Tras la Santa Misa, celebrada en la basílica en una solemnidad que es también ocasión para la entrega del palio episcopal a los nuevos arzobispos metropolitanos del mundo, el Pontífice recordó que para adherir plenamente al Evangelio es necesario un tiempo de maduración de la fe, de aprendizaje y humildad que los santos patronos de Roma superaron con su testimonio, incluso hasta la muerte en la cruz como San Pedro.
El Santo Padre abrió su alocución recordando que para el pescador Simón, conocido como Pedro, su profesión de fe ante Jesús - "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16,16)” - fue solo el comienzo de un viaje: “De hecho – dijo el Pontífice - tendría que pasar mucho tiempo antes de que el alcance de esas palabras entrara profundamente en su vida, involucrándolo por completo”.
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Hay un "aprendizaje" de la fe
Francisco insistió en la necesidad que, como los apóstoles Pedro y Pablo, tiene cada uno de nosotros, que también “creemos que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo, de “tiempo, paciencia y mucha humildad para que nuestra forma de pensar y actuar se adhiera plenamente al Evangelio”.
El Papa narró el rechazo de Pedro a la perspectiva de Jesús de que su fe le acarrearía sufrimiento y muerte, hasta el punto que el Maestro lo acusó de no pensar según Dios, sino según los hombres: "¡Apártate de mí, Satanás!”, le dijo.
“Pensemos: ¿no nos ocurre lo mismo? Repetimos el Credo, lo decimos con fe; pero ante las duras pruebas de la vida, todo parece tambalearse. Nos sentimos inclinados a protestar ante el Señor, diciéndole que no está bien, que debe haber otros caminos más rectos y menos extenuantes. Experimentamos la laceración del creyente, que cree en Jesús, confía en Él; pero al mismo tiempo siente que es difícil seguirle y se ve tentado a buscar caminos distintos a los del Maestro”.
En efecto, Francisco afirmó que San Pedro experimentó este drama interior y le llevó tiempo y maduración: “Al principio le horrorizaba la idea de la cruz; pero al final de su vida dio testimonio del Señor con valentía, hasta el punto de ser crucificado -según la tradición- con la cabeza baja”.
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“Siempre debo aprender”
También el apóstol Pablo pasó por una lenta maduración de la fe, experimentando momentos de incertidumbre y duda, aseguró Francisco, al referirse a la aparición del Resucitado a San Pablo en el camino de Damasco, que le hizo pasar de perseguidor a cristiano e iniciar un camino no exento de crisis, fracasos y el tormento constante de lo que él llama una "aguijón en la carne".}
“El camino de la fe nunca es un paseo por el parque, sino que es exigente, a veces arduo: incluso Pablo, que se hizo cristiano, tuvo que aprender a serlo poco a poco, especialmente en los momentos de prueba”.
El Papa insistió en que la experiencia de los santos apóstoles Pedro y Pablo, lleva a cada cristiano a preguntarse si cuando profesa su fe en Jesucristo lo hace con la “conciencia” de que siempre debe aprender o presume que ya lo tiene “todo resuelto". También si en las dificultades y pruebas, se desaniman, se quejan o aprenden a “hacer de ellas una oportunidad para crecer en la confianza en el Señor”. Dos cuestiones que Francisco invitó a responder recordando las palabras Pablo a Timoteo: “Porque él nos libra de todo mal y nos lleva con seguridad al cielo (cf. 2 Tm 4,18).
Un grupo de "L'Osservatore Romano" guiado por su director distribuye la publicación L'Osservatore di Strada"
Ucrania siempre en el pensamiento del Papa
Al final de la oración mariana, Francisco volvió a dirigir su pensamiento a Ucrania instando al diálogo para la resolución del conflicto en curso. Asimismo, Francisco manifestó su preocupación por los incendios que se han producido en los últimos días en Roma, favorecidos por las altas temperaturas, y hablando de la sequía que sufre Italia en los últimos meses exhortó a tutelar a toda la creación, que define como una responsabilidad de todos. Por último, un recordatorio de la nueva iniciativa del Dicasterio de la Comunicación que publicó y distribuyó, este domingo, el primer número de "L'Osservatore di Strada", un periódico mensual con historias, experiencias, pero también de pensamientos y opiniones de los marginados, excluidos, refugiados.
Memoria
— Ejemplares en medio del mundo.
— Actitud ante las contradicciones.
— Apostolado en toda circunstancia.
I. La fe cristiana llegó muy pronto a Roma, centro en aquellos momentos del mundo civilizado; quizá los primeros cristianos de la capital del Imperio fueron judíos conversos que habían conocido la fe en el mismo Jerusalén o en otras ciudades del Asia Menor evangelizadas por San Pablo. La fe se transmitía de amigo a amigo, entre colegas que tenían la misma profesión, entre los parientes... La llegada de San Pedro, hacia el año 43, significó el fortalecimiento definitivo de la pequeña comunidad romana. A través de Roma, la religión se difundió a muchos lugares del Imperio. La paz interior que se gozaba entonces, la mejora de las comunicaciones, que facilitaba los viajes y la rápida transmisión de ideas y noticias, favoreció la extensión del Cristianismo. Las calzadas romanas, que, partiendo de la Urbe, llegaban hasta los más remotos confines del Imperio, y las naves comerciales que cruzaban regularmente las aguas del Mediterráneo fueron vehículos de difusión de la novedad cristiana por toda la extensión del mundo romano1.
Es difícil describir el proceso de cada persona que se convertía al Cristianismo en aquella Roma del siglo i, como lo sigue siendo ahora, pues cada conversión es siempre un milagro de la gracia y de la correspondencia personal. Influencia decisiva fue sin duda la ejemplaridad cristiana –el bonus odor Cristi2–, que se reflejaba en el modo de trabajar, en la alegría, en la caridad y en la comprensión con todos, en la austeridad de vida y en la simpatía humana... Son hombres y mujeres que, en medio de sus quehaceres diarios, tratan de vivir plenamente su fe. Abarcan todos los estratos de la sociedad: «joven era Daniel; José, esclavo; Aquila ejercía una profesión manual; la vendedora de púrpura estaba al frente de un taller; otro era guardián de una prisión; otro, centurión, como Cornelio, otro estaba enfermo, como Timoteo; otro era un esclavo fugitivo, como Onésimo; y, sin embargo, nada de eso fue obstáculo para ninguno de ellos, y todos brillaron por su virtud: hombres y mujeres, jóvenes y viejos, esclavos y libres, soldados y paisanos»3.
De la caridad y de la hospitalidad de los cristianos romanos nos han dejado un precioso testimonio los Hechos de los Apóstoles, al relatar la acogida que hicieron a Pablo cuando este llegó prisionero a Roma. Los hermanos -dice San Lucas-, al enterarse de nuestra llegada, vinieron desde allí a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas. Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró ánimos4. Pablo se sintió confortado por estas muestras de caridad fraterna.
Los primeros cristianos no abandonaban sus quehaceres profesionales o sociales (esto lo harán algunos, por una llamada concreta de Dios, pasados algo más de dos siglos), y se consideraban parte constituyente de ese mundo, del que se sentían sal y luz, con sus vidas y con sus palabras: «lo que es el alma para el cuerpo, eso son los cristianos en el mundo»5, resumía un escritor de los primeros tiempos.
Nosotros podemos examinar hoy si, como aquellos primeros, somos también ejemplares, hasta tal punto que de hecho movamos a otros a acercarse más a Cristo: en la sobriedad, en los gastos, en la alegría, en el trabajo bien hecho, en el cumplimiento fiel de la palabra dada, en el modo de vivir la justicia con la empresa, con los subordinados y compañeros, en el ejercicio de las obras de misericordia, en que nunca hablamos mal de nadie...
II. Los primeros cristianos encontraron, en ocasiones, graves obstáculos e incomprensiones, que en no pocos casos les llevaron a la muerte por defender su fe en el Maestro. Hoy celebramos el testimonio de los primeros mártires romanos, ocurrida a raíz del incendio de Roma del año 646. Esta catástrofe desencadenó la primera gran persecución. A San Pedro y San Pablo, cuya fiesta celebramos ayer, «se les agregó una gran multitud de elegidos que, padeciendo muchos suplicios y tormentos por envidia, fueron el mejor modelo entre nosotros»7, leemos en un testimonio vivo de los primeros escritos cristianos.
Los obstáculos e incomprensiones con que se encontraban quienes se convertían a la fe no siempre les llevaron al martirio, pero con frecuencia experimentaron en sus vidas las palabras del Espíritu Santo que recoge la Escritura: Y todos los que aspiran a vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecución8. A veces, esas actitudes enfrentadas de los paganos contra los seguidores de Jesús provenían de que aquellos no podían soportar la lozanía y resplandor de la vida cristiana. Otras veces, quienes habían recibido la fe tenían el deber de abstenerse de las manifestaciones religiosas tradicionales, estrechamente ligadas a la vida pública, y consideradas incluso como exponentes de fidelidad cívica a Roma y al emperador. En consecuencia, los paganos que abrazaban el Cristianismo se exponían a sufrir incomprensiones y calumnias «por no ser como los demás».
Es más que probable que el Señor no nos pida derramar la sangre por confesar la fe cristiana; aunque, si esto lo permitiera Dios, le pediríamos su gracia para dar la vida en testimonio de nuestro amor a Él. Pero sí encontraremos, de una forma u otra, la contrariedad en formas muy diferentes, pues «estar con Jesús es, seguramente, toparse con su Cruz. Cuando nos abandonamos en las manos de Dios, es frecuente que Él permita que saboreemos el dolor, la soledad, las contradicciones, las calumnias, las difamaciones, las burlas, por dentro y por fuera: porque quiere conformarnos a su imagen y semejanza, y tolera también que nos llamen locos y que nos tomen por necios (...). Así esculpe Jesús las almas de los suyos, sin dejar de darles interiormente serenidad y gozo»9.
Las calumnias, el ver quizá que se nos cierran puertas en lo profesional, amigos o compañeros que vuelven la espalda, palabras despectivas o irónicas..., si el Señor permite que lleguen, nos han de servir para vivir la caridad de modo más heroico con aquellos mismos que no nos aprecian, quizá por ignorancia. Actitud siempre compatible con la defensa justa, cuando sea necesaria, sobre todo cuando se han de evitar escándalos o daños a terceros. Estas situaciones nos ayudarán mucho a purificar los propios pecados y faltas y a reparar por los ajenos, y, en definitiva, a crecer en las virtudes y en el amor al Señor. Dios quiere a veces limpiarnos como se limpia al oro en el crisol. «El fuego limpia el oro de su escoria, haciéndolo más auténtico y más preciado. Lo mismo hace Dios con el siervo bueno que espera y se mantiene constante en medio de la tribulación»10.
Si nos llegan contrariedades y molestias por seguir de cerca a Jesús, hemos de estar especialmente alegres y dar gracias al Señor, que nos hace dignos de padecer algo por Él, como hicieron los Apóstoles. Ellos salían gozosos de la presencia del Sanedrín, porque habían sido dignos de ser ultrajados a causa del nombre de Jesús11. Los Apóstoles recordarían sin duda las palabras del Maestro, como las meditamos nosotros en esta fiesta de los santos mártires romanos de la primera generación: Bienaventurados seréis cuando os injurien y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el Cielo: de la misma manera persiguieron a los profetas que os precedieron12.
III. A pesar de las calumnias burdas, de las infamias, de las persecuciones abiertas, nuestros primeros hermanos en la fe no dejaron de hacer un proselitismo eficaz, dando a conocer a Cristo, el tesoro que ellos habían tenido la suerte de encontrar. Es más, su comportamiento sereno y alegre ante la contradicción, y ante la misma muerte, fue la causa de que muchos encontraran al Maestro.
La sangre de los mártires fue semilla de cristianos13. La misma comunidad romana, después de tantos hombres, mujeres y niños como dieron su vida en esta gran persecución, siguió adelante más fortalecida. Años más tarde escribía Tertuliano: «Somos de ayer y ya hemos llenado el orbe y todas vuestras cosas: las ciudades, las islas, los poblados, las villas, las aldeas, el ejército, el palacio, el senado, el foro. A vosotros solo hemos dejado los templos...»14.
En nuestro propio ámbito, en las actuales circunstancias, si sufrimos alguna contradicción, quizá pequeña, por permanecer firmes en la fe, hemos de entender que de aquello resultará un gran bien para todos. Es entonces, con serenidad, cuando más hemos de hablar de la maravilla de la fe, del inmenso don de los sacramentos, de la belleza y de los frutos de la santa pureza bien vivida. Hemos de entender que hemos elegido «la parte ganadora» en este combate de la vida, y también en la otra que nos espera un poco más adelante. Nada es comparable a estar cerca de Cristo. Aunque no tuviéramos nada, y nos llegaran las enfermedades más dolorosas o las calumnias más viles, teniendo a Jesús lo tenemos todo. Y esto se ha de notar hasta en el porte externo, en el sentido y en la conciencia de ser en todo momento, también en esas circunstancias, la sal de la tierra y la luz del mundo, como nos dijo el Maestro.
San Justino, refiriéndose a los filósofos de su tiempo, afirmaba con verdad que «cuanto de bueno está dicho en todos ellos, nos pertenece a nosotros los cristianos, porque nosotros adoramos y amamos, después de Dios, al Verbo, que procede del mismo Dios ingénito e inefable; pues Él, por amor nuestro, se hizo hombre para participar de nuestros sufrimientos y curarnos»15.
Con la liturgia de la Misa, pedimos hoy: Señor, Dios nuestro, que santificaste los comienzos de la Iglesia romana con la sangre abundante de los mártires, concédenos que su valentía en el combate nos infunda el espíritu de fortaleza y la santa alegría de la victoria16 en este mundo nuestro que hemos de llevar hasta Ti.
1 Cfr. J. Orlandis, Historia de la Iglesia, Palabra, 3ª ed., Madrid 1977, vol. I. p. 11 ss. — 2 2 Cor 2, 15. — 3 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 43, 5. — 4 Hech 28, 15. — 5 Epístola a Diogneto, 6, 1. — 6 Cfr. Tácito, Annales 15, 44. — 7 San Clemente Romano, Carta a los Corintios, 5. — 8 2 Tim 3, 12. — 9 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 301. — 10 San Jerónimo Emiliano, Homilía a sus hermanos de religión, 21-VI-1535. — 11 Hech 5, 41. — 12 Mt 5, 11-12. — 13 Cfr. Tertuliano, Apologético, 50. — 14 Ibídem, 37. — 15 San Justino, Apología, 11, 13. — 16 Misal Romano, Oración colecta de la Misa del día.
Después de Jerusalén y de Antioquía, Roma fue el núcleo cristiano primitivo más importante. Muchos cristianos provenían de la colonia judía existente en Roma; los más, llegaron del paganismo.
Hoy se conmemora a los cristianos que sufrieron la primera persecución contra la Iglesia bajo el emperador Nerón, después del incendio de Roma en el año 64.
Evangelio del jueves: tus pecados te son perdonados
Comentario del jueves de la 13.ª semana del tiempo ordinario. “Tus pecados te son perdonados”. El Señor nos espera en el sacramento de la penitencia, para perdonarnos los pecados, y llenar nuestra vida de paz como le sucedió al paralítico.
30/06/2022
Evangelio (Mt 9, 1-8)
Subió a una barca, cruzó de nuevo el mar y llegó a su ciudad. Entonces, le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico: —Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados.
Entonces algunos escribas dijeron para sus adentros: «Éste blasfema».
Conociendo Jesús sus pensamientos, dijo: —¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: «Tus pecados te son perdonados», o decir: «Levántate, y anda»? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados —se dirigió entonces al paralítico—, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se atemorizó y glorificó a Dios por haber dado tal potestad a los hombres.
Comentario
La fama de Jesús se va extendiendo y allá adónde va le presentan enfermos para que los cure. Este día llega a Cafarnaúm, su ciudad, y le presentan a un paralítico en una camilla.
Jesús, en cuanto le ve, le dice: “ten confianza, tus pecados te son perdonados”. Jesús mira al corazón de la persona y por eso le dice: tus pecados te son perdonados. Sí, aquella persona necesita ser curada, no puede valerse por sí misma, pero su corazón está necesitado del perdón de Dios.
Los fariseos, al escuchar a Jesús, piensan mal. Tienen un corazón mezquino, pequeño, cerrado, incapaz de abrirse a la verdad. Se creen poseedores de la verdad y terminan por no conocerla.
Jesús tiene con los fariseos una conducta acogedora, les dice: “¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: tus pecados te son perdonados o decir: levántate y anda?”
Y Jesús hace el milagro: “levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. El paralítico se levanta, coge la camilla y se marcha a su casa.
Vuelve a su casa totalmente curado. Vuelve con el corazón limpio y con la capacidad de hacer vida normal.
Los que asisten al milagro vuelven a su casa glorificando a Dios por las maravillas que han presenciado.
San Josemaría se maravillaba al contemplar el perdón de Dios. Decía en una ocasión: “Si consideramos las cosas despacio, veremos que un Dios Creador es admirable; un Dios, que viene hasta la Cruz para redimirnos, es una maravilla; ¡pero un Dios que perdona, un Dios que nos purifica, que nos limpia, es algo espléndido! ¿Cabe algo más paternal? ¿Vosotros guardáis rencor a vuestros hijos? ¿Verdad que no? Así Dios Nuestro Señor, en cuanto le pedimos perdón, nos perdona del todo. ¡Es estupendo!”[1].
Jesús nos espera en el sacramento de la penitencia para perdonarnos como perdonó al paralítico y llenar de paz nuestros corazones por el perdón.
“Practica la caridad sin límites”
Ama y practica la caridad, sin límites y sin discriminaciones, porque es la virtud que nos caracteriza a los discípulos del Maestro. –Sin embargo, esa caridad no puede llevarte –dejaría de ser virtud– a amortiguar la fe, a quitar las aristas que la definen, a dulcificarla hasta convertirla, como algunos pretenden, en algo amorfo que no tiene la fuerza y el poder de Dios. (Forja, 456)
30 de junio
El Señor tomó la iniciativa, viniendo a nuestro encuentro. Nos dio ese ejemplo, para que acudamos con Él a servir a los demás, para que -me gusta repetirlo- pongamos generosamente nuestro corazón en el suelo, de modo que los otros pisen en blando, y les resulte más amable su lucha. Debemos comportarnos así, porque hemos sido hechos hijos del mismo Padre, de ese Padre que no dudó en entregarnos a su Hijo muy amado.
La caridad no la construimos nosotros; nos invade con la gracia de Dios: porque Él nos amó primero. Conviene que nos empapemos bien de esta verdad hermosísima: si podemos amar a Dios, es porque hemos sido amados por Dios. Tú y yo estamos en condiciones de derrochar cariño con los que nos rodean, porque hemos nacido a la fe, por el amor del Padre. Pedid con osadía al Señor este tesoro, esta virtud sobrenatural de la caridad, para ejercitarla hasta en el último detalle.
Con frecuencia, los cristianos no hemos sabido corresponder a ese don; a veces lo hemos rebajado, como si se limitase a una limosna, sin alma, fría; o lo hemos reducido a una conducta de beneficencia más o menos formularia. Expresaba bien esta aberración la resignada queja de una enferma: aquí me tratan con caridad, pero mi madre me cuidaba con cariño. El amor que nace del Corazón de Cristo no puede dar lugar a esa clase de distinciones. (Amigos de Dios, nn. 228-229)
29 de junio: San Pedro y San Pablo
La Fiesta de San Pedro y San Pablo, cuyo nombre oficial es solemnidad conjunta de San Pedro y San Pablo es la conmemoración del martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso, celebrada el 29 de junio.
San Pedro y San Pablo. By Anonymous. Public Domain.
28/06/2022
1. Evangelio del 29 de junio: San Pedro y San Pablo
Comentario en la solemnidad de San Pedro y San Pablo. “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Después de Jesús y de la Virgen, el Santo Padre ocupa el puesto de honor en nuestro afecto, nuestra veneración y nuestras oraciones.
A través de dos mil años de historia, en la Iglesia se conserva la sucesión apostólica. Y, entre los Apóstoles, el mismo Cristo hizo objeto a Simón de una elección especial: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Pedro se traslada a Roma y fija allí la sede del primado, del Vicario de Cristo.
3. ¿Quién fue San Pablo y qué herencia dejó a la Iglesia?
¿Quién era Pablo de Tarso? San Pablo sufrió persecuciones y conoció su propia debilidad mientras predicaba la fe en el Resucitado. A cambio, no quiso otra cosa que la misericordia de Cristo.
12 textos de san Josemaría sobre el amor al Papa
El amor al Romano Pontífice ha de ser en nosotros una hermosa pasión, porque en él vemos a Cristo.
Tu más grande amor, tu mayor estima, tu más honda veneración, tu obediencia más rendida, tu mayor afecto ha de ser también para el Vice–Cristo en la tierra, para el Papa. -Hemos de pensar los católicos que, después de Dios y de nuestra Madre la Virgen Santísima, en la jerarquía del amor y de la autoridad, viene el Santo Padre
Gracias, Dios mío, por el amor al Papa que has puesto en mi corazón.
Católico, Apostólico, ¡Romano! -Me gusta que seas muy romano. Y que tengas deseos de hacer tu “romería”, videre Petrum, para ver a Pedro.
Cada día has de crecer en lealtad a la Iglesia, al Papa, a la Santa Sede... Con un amor siempre más ¡teológico!
Acoge la palabra del Papa, con una adhesión religiosa, humilde, interna y eficaz: ¡hazle eco!
Que la consideración diaria del duro peso que grava sobre el Papa y sobre los obispos, te urja a venerarles, a quererles con verdadero afecto, a ayudarles con tu oración.
La fidelidad al Romano Pontífice implica una obligación clara y determinada: la de conocer el pensamiento del Papa, manifestado en Encíclicas o en otros documentos, haciendo cuanto esté de nuestra parte para que todos los católicos atiendan al magisterio del Padre Santo, y acomoden a esas enseñanzas su actuación en la vida.
Nuestra Santa Madre la Iglesia, en magnífica extensión de amor, va esparciendo la semilla del Evangelio por todo el mundo. Desde Roma a la periferia. Al colaborar tú en esa expansión, por el orbe entero, lleva la periferia al Papa, para que la tierra toda sea un solo rebaño y un solo Pastor: ¡un solo apostolado!
Ofrece la oración, la expiación y la acción por esta finalidad: «ut sint unum!» –para que todos los cristianos tengamos una misma voluntad, un mismo corazón, un mismo espíritu: para que «omnes cum Petro ad Iesum per Mariam!» –que todos, bien unidos al Papa, vayamos a Jesús, por María.
María edifica continuamente la Iglesia, la aúna, la mantiene compacta. Es difícil tener una auténtica devoción a la Virgen, y no sentirse más vinculados a los demás miembros del Cuerpo Místico, más unidos también a su cabeza visible, el Papa. Por eso me gusta repetir: omnes cum Petro ad Iesum per Mariam!, ¡todos, con Pedro, a Jesús por María! Y, al reconocernos parte de la Iglesia e invitados a sentirnos hermanos en la fe, descubrimos con mayor hondura la fraternidad que nos une a la humanidad entera: porque la Iglesia ha sido enviada por Cristo a todas las gentes y a todos los pueblos.
Esta Iglesia Católica es romana. Yo saboreo esta palabra: ¡romana! Me siento romano, porque romano quiere decir universal, católico; porque me lleva a querer tiernamente al Papa, il dolce Cristo in terra como gustaba repetir Santa Catalina de Siena, a quien tengo por amiga amadísima.
Contribuimos a hacer más evidente esa apostolicidad, a los ojos de todos, manifestando con exquisita fidelidad la unión con el Papa, que es unión con Pedro. El amor al Romano Pontífice ha de ser en nosotros un hermosa pasión, porque en él vemos a Cristo. Si tratamos al Señor en la oración, caminaremos con la mirada despejada que nos permita distinguir, también en los acontecimientos que a veces no entendemos o que nos producen llanto o dolor, la acción del Espíritu Santo.
San Pedro y San Pablo – 29 de junio
“Ambos son fundamento de la Iglesia una, santa, católica y apostólica”
Estos dos Apóstoles son venerados en este día como columnas de la Iglesia romana, que consolidaron con su sangre derramada por Jesucristo en la ciudad eterena. San Pedro, elegido por Jesús como cabeza de la Iglesia, estableció su sede en Roma y allí fue crucificado. San Pablo, después de su intensa tarea apostólica por todo el Imperio, predicó también en Roma, donde sufrió dos veces cautividad y acabó siendo decapitado.
Benedicto XVI destacaba la diversidad de carismas de los ambos.
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 30 de junio de 2010 –
Benedicto XVI destacó la diversidad de carismas y misiones de los santos que son el fundamento de la Iglesia: Pedro y Pablo.
En su alocución previa al rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico vaticano, este martes, el Papa afirmó que “los dos santos patronos de Roma, a pesar de haber recibido de Dios carismas y misiones diversas que cumplir, son ambos fundamento de la Iglesia una, santa, católica y apostólica”.
Respecto a Simón Pedro, el Pontífice señaló que “está tan cerca del Señor como para convertirse él mismo en una roca de fe y de amor sobre la que Jesús ha edificado su Iglesia”
San Pablo, añadió, “con la Gracia divina ha difundido el Evangelio, sembrando la Palabra de verdad y de salvación en medio de los pueblos paganos”.
Citando a san Juan Crisóstomo, Benedicto XVI afirmó que Dios ha hecho a la Iglesia “más fuerte que el mismo cielo” y recordó que Cristo le dijo a san Pedro que lo que atara en la tierra quedará atado en los cielos y lo que desatara en la tierra quedará desatado en los cielos.
También subrayó que la Iglesia está “permanentemente abierta a la dinámica misionera y ecuménica, ya que es enviada al mundo a anunciar y testimoniar, actualizar y extender el misterio de comunión que la constituye”
En sus palabras, pronunciadas tras celebrar en la Basílica Vaticana, la misa de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo y entregar el palio a 39 arzobispos metropolitanos, explicó que el palio “simboliza tanto la comunión con el Obispo de Roma, como la misión de apacentar con amor a la única grey de Cristo”.
Finalmente, pidió que “el ejemplo de los Apóstoles Pedro y Pablo ilumine las mentes y encienda en los corazones de los creyentes el santo deseo de cumplir la voluntad de Dios, para que la Iglesia peregrina en la tierra sea siempre fiel a su Señor”. E invitó a los asistentes a dirigirse “con confianza a la Virgen María, Reina de los Apóstoles, que desde el Cielo guía y sostiene el camino del Pueblo de Dios”.
Tras rezar el Ángelus, el Papa saludó a los familiares y acompañantes de los arzobispos que acababan de recibir el palio y a los peregrinos en distintas lenguas. A los de lengua española les invitó a seguir el ejemplo de los santos Pedro y Pablo martirizados en Roma “para que, cada vez más unidos al Señor, sepáis dar en vuestra vida abundantes frutos de santidad y apostolado”.
Guía de los viajes de san Pablo según el mapa de hoy
Pablo – De Atenas a Corinto, pasando por Antioquía y Éfeso
San Pablo pasó tiempo en la mayoría de las ciudades que conformaban el mundo conocido durante su tiempo
Según está escrito en Hechos (22:21), Pablo fue el misionero designado por Dios para difundir el Evangelio a través de lo que en aquel tiempo era considerado el “mundo entero”.
Aún está por completarse el mapa que recoja todos los viajes realizados por san Pablo en su vida. Sin embargo, lo que sí sabemos con seguridad es que Pablo, que antes de convertirse al cristianismo era llamado por su nombre judío Saulo de Tarso, pasó unos 30 años navegando por la cuenca del Mediterráneo y visitando las que se consideraban las principales ciudades de su época.
Las fuentes discrepan sobre la lista exacta de lugares que Pablo visitó durante su vida, pero lo que es seguro es que, durante los tres viajes descritos en Hechos 13-14, Hechos 15-17 y Hechos 18-20, visitó muchas ciudades históricas que son consideradas la columna vertebral de la civilización occidental. De Atenas a Corinto, pasando por Antioquía y Éfeso, aquí hay un resumen de los viajes de Pablo, incluyendo indicaciones de dónde están esos lugares en el mapa de hoy.
Primer viaje
El que se considera como “primer viaje” de Pablo comenzó en el año 45 y terminó en el 49. Junto con Bernabé, un judío chipriota convertido al cristianismo, Pablo viajó a través de la isla de Chipre, la patria de Bernabé, predicando el Evangelio en varias sinagogas. Luego zarparon de Pafos, en la costa suroeste de Chipre, y llegaron al puerto de Perga, en Anatolia, la actual Turquía.
La antigua ciudad de Perga, que data de alrededor del año 1000 a. C., en lo que hoy es Turquía.
Desde Perga llegaron finalmente a Antioquía de Pisidia, donde Pablo comenzó a difundir la palabra entre la comunidad judía local. Inicialmente, su mensaje fue muy bien recibido, lo que se concretó en una invitación a hablar durante el sabbat (el día santo para los creyentes judíos), pero parte de la comunidad pronto sintió envidia de la fuerte popularidad de que gozaba un predicador extranjero y terminaron expulsando a Pablo de la ciudad.
Pablo y Bernabé partieron entonces hacia Konya, una ciudad al sur de Ankara, en la actual Turquía, pero se vieron obligados a partir de nuevo, esta vez hacia la cercana ciudad de Listra. Aquí Pablo sanó a un enfermo y la comunidad pagana local comenzó a creer que había sido enviado por Dios.
Sin embargo, muy pronto, las mismas personas que se enfrentaron a él en Konya llegaron a Listra e instigaron a un grupo de lugareños a apedrear a Pablo, obligándolo a huir. Luego llegó a la ciudad de Derbe, también en la actual Turquía, y desde allí de vuelta a Listra, Konya y finalmente Antioquía de Siria en el Orontes, una ciudad de la antigua Siria ahora en la actual Turquía, desde donde se originó su viaje. Aquí Pablo informa de que, a través de su mensaje, muchos paganos conocieron la palabra de Dios.
Segundo viaje
El segundo viaje de Pablo comenzó en el año 49 y terminó en el 52. Esta vez, Pablo se puso en camino para revisar las primeras comunidades cristianas que ayudó a fundar durante su primer viaje.
Le acompañaban Silas, un miembro destacado de la primera comunidad cristiana, y Timoteo, el hijo de un griego que era un compañero estimado de Pablo. El grupo se dirigió a Listra, luego a través de Frigia, un antiguo reino en el río Sangarios en la actual Turquía; luego a Galacia, un área en las tierras altas del centro de Anatolia, también en la actual Turquía, que fue habitada por el pueblo galo del período helenístico, y finalmente a Troad, una ciudad en el noroeste de Anatolia, en la actual Turquía.
Aquí Pablo tuvo una visión de un hombre pidiéndole que llevara el Evangelio a Macedonia, así que luego partió para llegar al continente europeo por primera vez. A través de Samotracia, una isla griega en el norte del mar Egeo, y Neápolis, conocida hoy como la ciudad griega de Kavala, llegaron a Filipos, una ciudad romana en el primer distrito de Macedonia, que hoy en día es uno de los lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en Grecia.
San Pablo llegó a la antigua ciudad de Filipos, en la provincia griega de Macedonia.
Hoy en día es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Aquí Pablo disfrutó de la hospitalidad de Lidia, una mujer que trabajaba como comerciante de telas púrpuras, de la ciudad de Tiatira. No obstante, un grupo de hostiles locales no tardó en presionar a las autoridades para que arrestaran a Pablo y a sus compañeros. Sin embargo, gracias a un terremoto providencial, el grupo logró escapar de la cárcel de Filipos. Al final, los magistrados locales se enteraron de que Pablo y sus compañeros de viaje eran ciudadanos romanos y los dejaron oficialmente libres. La comunidad de filipenses pronto creció hasta convertirse en un importante centro cristiano, al cual Pablo más tarde dirigió la Carta de Pablo a los Filipenses.
Después de Filipos, el grupo llegó a Tesalónica, en la actual Grecia septentrional, donde fueron recibidos por Jasón, un judío que se había convertido al cristianismo. Aquí Pablo realizó muchas conversiones, pero se vio rápidamente forzado a irse después de que un grupo de judíos locales denunciara sus actividades de evangelización a las autoridades paganas locales.
Entonces partieron hacia Berea, una importante ciudad portuaria de Macedonia, ahora conocida como Veria, en Macedonia, en el norte de Grecia, pero el mismo grupo que los echó de Tesalónica pronto los alcanzó y los obligó a dejar también Berea.
El grupo volvió a los caminos y llegó hasta Atenas, que había sido gravemente dañada por los ataques romanos en el año 146 a. C., pero que aún era considerada la capital de la filosofía y el conocimiento de lo que entonces era el mundo conocido. Aquí Pablo conversó con muchos intelectuales públicos tanto en sinagogas como en plazas públicas y fue invitado a dar un discurso a los ciudadanos atenienses desde el Areópago, una colina de mármol justo encima de la Acrópolis. Según Lucas (Hch 17,11-33) es aquí donde Pablo pronunció su famoso discurso sobre “un Dios Desconocido” a los pensadores paganos de Atenas.
La Acrópolis de Atenas, donde se le pidió a san Pablo que diera un discurso sobre el “Dios Desconocido”
De Atenas, Pablo se dirigió a Corinto, capital de la provincia romana de Acaya en el actual centro-sur de Grecia. Aquí se alojó con el matrimonio cristiano de Priscila y Aquila, que habían sido exiliados por el emperador romano Claudio en el 49-50. En Corinto, Pablo participó en prolíficos discursos que originaron muchas conversiones, pero fue víctima de la hostilidad de grupos de judíos locales. No obstante, el procónsul romano Galio adoptó una postura neutral con respecto a la misión religiosa de Pablo y decidió dejarlo libre.
Junto con Priscila y Aquila, Pablo zarpó hacia Siria, llegó a Éfeso y desde aquí a Cesarea, en el actual centro-norte de Israel para, finalmente, regresar a Antioquía.
Tercer viaje
El tercer viaje de Pablo tuvo lugar entre los años 52 y 57. Primero regresó a Galacia y Frigia para echar un vistazo a las comunidades que ayudó a establecer durante sus viajes anteriores. Luego zarpó hacia Éfeso, una antigua ciudad griega en la actual Turquía, que en ese momento era la capital de la provincia romana de Asia y hogar del famoso templo de Artemisa-Diana, considerado una de las siete maravillas del mundo. Aquí Pablo bautizó a 12 discípulos que habían recibido previamente un bautismo penitencial por Juan el Bautista y, junto con sus compañeros, ayudó a evangelizar a casi todos los habitantes locales.
Después de un descanso invernal en Corinto, Pablo regresó a Éfeso, pero la hostilidad de los judíos locales lo obligó a partir hacia Antioquía, Siria. Desde aquí partió hacia otras ciudades griegas, incluyendo las islas de Lesbos y Samos, y llegó a Mileto, en la actual Turquía.
Aquí pronunció su famoso discurso dedicado a los “presbíteros de la Iglesia de Éfeso”, en el que recomendó que los líderes de las comunidades que él ayudó a fundar asumieran su misión y preservaran los valores de vigilancia, desinterés y caridad. En el año 58, Pablo decidió dirigirse a Jerusalén, así que emprendió un arduo viaje por mar con paradas en un nuevo puerto casi todos los días, incluyendo las islas de Kos y Rodas en la Grecia de hoy en día. Finalmente llegó a Jerusalén, donde se quedó con Mnasón de Chipre, una de las personas a las que ayudó a convertir en uno de sus primeros viajes.
Luego Pablo visitó a Santiago, quien le aconsejó que hablara con los judíos más tradicionalistas del Templo. Aquí Pablo fue reconocido por los judíos de las provincias asiáticas y, una vez más, fue recibido con hostilidad. Claudio Lisias, el tribuno romano local, intervino y encarceló a Pablo antes de saber que era ciudadano romano. Aquí comenzó lo que muchos llaman la “Pasión de Pablo”, en la que la dedicación de san Pablo a su misión evangelizadora lo llevó a ser arrestado, golpeado, torturado y finalmente asesinado en Roma por orden del emperador Nerón entre los años 62-64.
La visión cristiana de los padres de Europa
Escrito por José Manuel Saiz
Publicado: 30 Junio 2022
Introducción
¿Cuándo nació el concepto de Europa desde el Cristianismo? La primera vez que se habla de Europa como una unidad fue con el relato realizado por el mozárabe español Isidoro Pacense, quien describió en su Crónica Pacense o Crónica mozárabe de 754 lo acaecido en la batalla de Tours (Francia) sucedida el 10 de octubre de 732 contraponiendo los victoriosos cristianos europenses liderados por el franco Carlos Martel [2], a los árabes y musulmanes africanos comandados por el valí (gobernador) de Al-Ándalus, Abderrahman ibn Abdullah al-Gafiki. A partir de la victoria cristiana de la batalla de Tours, Europa empezó a ser consciente de su identidad [3] al poder preservar la cultura, la religión y las costumbres cristianas en el resto del continente europeo. Una identidad que ha sido definida desde una visión multidisciplinar, ya sea desde la geografía (desde Finisterre hasta la vertiente europea de los montes Urales en la actual Rusia), la historia (a partir de la formación del Sacro Imperio Romano) [4], la economía (con la creación del Espacio Económico Europeo (EEE)) y la teología (el Cristianismo como nexo de unión entre todos los pueblos de Europa tanto católicos (tanto de rito romano como griego y armenio), ortodoxos [5] y protestantes en sus diversas ramas.
En septiembre de 1929 el político francés Arístide Briand [6] (1862-1932) pronunció su celebre discurso en la Sociedad de Naciones en la que defendió que “entre los pueblos que están geográficamente agrupados debe existir un vínculo federal [...] (para) establecer entre ellos un lazo de solidaridad que les permita hacer frente a las circunstancias graves. Evidentemente, esta asociación tendrá efecto sobre todo en el campo económico”. Este político socialista francés colaboraría con el conde Richard Nikolaus Eijiro von Coudenhove- Kalergi [7] (1894-1972) con su proyecto Paneuropa [8] creado en 1923 caracterizado por tener una fuerte influencia cristiana y porque “se enfrentaba a otros tres grandes conjuntos: Estados Unidos, el Imperio Británico y la Unión Soviética” [9]. De hecho, la bandera del movimiento paneuropeo, utilizada después de la Segunda Guerra Mundial por la Unión Parlamentaria Europea, es igual que la bandera europea a la que se une una cruz, “el principal símbolo del Cristianismo, y el sol, que simboliza a la civilización europea iluminando el mundo” [10].
En el Proyecto Paneuropa también tuvo una fuerte influencia el alemán Konrad Adenauer (1876-1967) con la ayuda de intelectuales europeos, como el español Miguel de Unamuno y Jugo (1864-1936), José Ortega y Gasset (1883-1955) y Salvador de Madariaga y Rojo [11] (1886-1978), además de diversas personalidades intelectuales (Sigmund Freud, Alfred Einstein, Heinrich Mann, Selma Lagerlöf, Paul Claudel, Paul Valéry, Jules Romain,...). La influencia del Proyecto era tal que el 28 de enero de 1925 el político francés Édouard Herriot, presidente de Consejo y ministro de Asuntos Exteriores, proclamó en la Cámara de Diputados francesa que “su deseo más ferviente era asistir al nacimiento de los Estados Unidos de Europa” [12]. Se buscaba la unificación política del continente bajo el esquema de una Europa federal con el objetivo último de preservar la paz en Europa. Sin embargo, este plan fracasó debido al ascenso del nacionalsocialismo alemán al poder en 1933, el aumento del proteccionismo comercial en Europa, la firma de acuerdos internacionales de defensa, y el inicio posterior de la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939 [13]. Se acababa así el primer intento del siglo XX para unificar a una Europa dividida tanto en social y político como en lo económico y comercial.
La firma del acta de rendición incondicional en mayo de 1945 [14] significó la finalización de la contienda en el Viejo Continente y el inicio de una nueva etapa en la que, a diferencia del período de entreguerras, la economía prevaleció sobre la política. Era posible unificar a una Europa segmentada, en muchas ocasiones de forma artificial, a pesar de la división de Europa mediante el churchilliano Telón de Acero, tras la firma de los Tratados de Yalta (4-11 de febrero de 1945) y Postdam (14 de julio de 1945). Nacía así una nueva etapa que se tornaría irreversible tras la celebración por parte de Alemania y Francia de una Unión Aduanera: FRANCITAL [15].
En este trabajo se analizarán las motivaciones de los considerados padres de Europa (Konrad Adenauer, Alcide de Gasperis, Jean Monnet y Robert Schuman) en el proceso de integración europeo. En esta investigación se demostrará que el proceso de construcción de una Europa unida ha seguido los mismos parámetros desde sus inicios: una “opción espiritual a favor del perdón y una voluntad de superar la violencia por el diálogo y la solidaridad” [16]. Un proceso de construcción que permitirá la reunificación de todo el continente, con notables excepciones integradas en procesos de integración menos severos, como son el European Free Trade Agreement (EFTA) y el Espacio Económico Europeo (EEE).
1. Los padres de Europa, ética y religión
La firma del Tratado de Roma, creador tanto de la Comunidad Económica Europea (CEE) como de la Comunidad Económica de la Energía Atómica (EURATOM), del que apenas hemos conmemorado el 50º aniversario el pasado 25 de marzo de 2007, ha sido un hito en la historia de la Europa unida que conocemos hoy. Una Europa en paz desde entonces, salvo los acontecimientos sangrientos de los Balcanes durante la década de 1990 surgidos tras la desintegración de la antigua Yugoslavia del mariscal Tito. Un Tratado de Roma que, junto al Tratado de París de 1952 iniciador de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero (CECA), constituyen los llamados Tratados fundacionales de la actual Unión Europea (UE).
La firma de estos Tratados no fue posible sin las aportaciones y el esfuerzo de cuatro grandes hombres que han configurado la historia de la Europa moderna: el franco-alemán Robert Schuman (1886-1963), el alemán Konrad Adenauer (1876-1967), el francés Jean Monnet [17] (1888-1979) y el italo-triestino Alcide de Gasperi (1881-1954). Entre los cuatro impulsaron un proyecto europeo basado en “una comunidad ancha y profunda entre países mucho tiempo opuestos por divisiones sangrientas” [18]. Este hecho tuvo una muy fuerte influencia en Schuman cuyo lugar de nacimiento, Clausen, cambió tres veces de manos durante su vida [19].
1.1. Robert Schuman: su valor y testimonio ante la adversidad
Tres de los cuatro padres de la actual Europa unida eran profundamente católicos. Robert Schuman quien “en un momento de su vida llegó a plantearse el sacerdocio, pero pudo más su vocación política y de servicio, que nace de sus profundas convicciones religiosas” [20] se distinguió por la búsqueda constante de paz entre dos de los principales contendientes en la Segunda Guerra Mundial: Francia y Alemania.
[...] ¿Me equivoco acaso al pensar que sueñas con el sacerdocio, y que este último te parece el único camino posible para ti? ¿Me puedo atrever a decirte que no soy de tu misma opinión? En nuestra sociedad, el apostolado laico es de una necesidad urgente, y no me puedo imaginar un apóstol mejor que tú. Te digo esto con absoluta sinceridad. Piensa en lo que te digo, estoy seguro que me darás la razón. Seguirás siendo laico porque de esta forma podrás mejor hacer el bien, que es tu única preocupación. Soy categórico, ¿verdad? Es porque tengo la pretensión de leer hasta el fondo de ciertos corazones, y me parece que los santos del futuro serán santos con traje [21].
De hecho, estas palabras resultaron proféticas. En Robert Schuman existió como uno de los motores de su existencia el deseo de paz entre Francia y Alemania, debido a que por avatares de su vida, se consideraba francés y alemán al mismo tiempo. Así, el 9 de mayo de 1950, sólo cinco años después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Robert Schuman junto a Jean Monnet leyeron ante una veintena de periodistas la llamada “Declaración Schuman” en la que se afirmaba que “Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho. La agrupación de las naciones europeas exige que la oposición secular entre Francia y Alemania quede superada, por lo que la acción emprendida debe afectar en primer lugar a Francia y Alemania”. Nace así el concepto de solidaridad económica y política dentro de la futura Europa unida que se haría viable mediante la puesta en marcha de fondos estructurales que beneficiaron a los socios comunitarios más desfavorecidos [22]. En la actualidad, y dada la ejemplaridad de su vida cristiana, está abierto en el Vaticano su proceso de canonización.
La Declaración Schuman es consecuencia directa del llamado “Discurso europeo de Zürich” realizado en la Universidad de Zürich (Suiza) el 19 de septiembre de 1946 por el primer ministro británico Winston Churchill en el que defendía la formación de los Estados Unidos de Europa [23]. Es por ello que el 9 de mayo haya sido proclamado Día de Europa, tal y como se estableció en el Consejo Europeo de Jefes de Estado y de Gobierno reunido en Milán (Italia) en 1985. Sin embargo, las diferencias y la visión entre el discurso de Churchill y las ideas de Schuman son importantes. Así, mientras que el político británico enfoca todos sus esfuerzos en una visión política de Europa, Schuman además de esta visión, incluye valores tales como responsabilidad y solidaridad. Así lo expresa Schuman de forma taxativa en los primeros estadios del proceso de construcción de una Europa unida, cuando afirma que “la peor responsabilidad ante la historia es la de las ocasiones que se han dejado perder y la de las catástrofes que no se han sabido evitar” [24].
El proceso de canonización del político franco-alemán se inició por la petición de un grupo de laicos franceses, alemanes e italianos los cuales, reunidos en la Asociación “San Benito, Patrono de Europa”, fundada el 15 de agosto de 1988, solicitaron al Vaticano la apertura de dicho proceso canónico, al considerar que el actual beato había practicado las virtudes cristianas en grado heroico. Dicho proceso de beatificación fue iniciado antes de la polémica sobre la inclusión en el preámbulo de la Constitución europea del Cristianismo como elemento unificador de Europa que se libró entre la comisión que redactó el texto constitucional, presidida por el francés Valéry Giscard d’Estaing, y Juan Pablo II, hoy en proceso de canonización. Lucha que se saldó con el siguiente párrafo que no satisfizo a las Iglesias cristianas del Viejo Continente, en especial a Juan Pablo II, al tener la Constitución un marcado carácter laicista [25]:
Inspirándose en la herencia cultural, religiosa y humanista de Europa, a partir de la cual se han desarrollado los valores universales de los derechos inviolables e inalienables de la persona humana, la democracia, la igualdad, la libertad y el Estado de Derecho” [26]
Por lo tanto, al haberse iniciado el proceso de beatificación y posterior canonización de Robert Schuman en 1988, casi dos décadas antes de la polémica sobre el preámbulo de la Constitución europea, no es cierto quienes afirman que el proceso de beatificación ha surgido como una reacción de la Iglesia Católica para fortalecer sus posiciones dentro de esta polémica. No es la primera vez que surge este tipo de acusaciones [27].
El sábado 29 de mayo de 2004, víspera de Pentecostés, monseñor Pierre Raffin, obispo de Metz (Francia), cerró oficialmente la fase diocesana del proceso de beatificación de Robert Schuman, uno de los padres de Europa, para iniciar la fase de canonización. Fue constante a lo largo de su vida su defensa del Cristianismo en el proceso de construcción de Europa. Así, el 19 de marzo de 1958 [28], en un discurso sobre el proceso de unificación europeo llegó a afirmar que “todos los países de Europa están impregnados de civilización cristiana. Ella es el alma de Europa y hemos de devolvérsela” [29], así como en Pour l’Europe escribe que “este conjunto [de pueblos] no puede y no debe quedarse en una empresa económica y técnica. Hay que darle un alma. Europa vivirá y se salvará en la medida en que tenga conciencia de sí misma y de sus responsabilidades, cuando vuelva a los principios cristianos de solidaridad y fraternidad” [30].
1.2. La Declaración de Schuman como piedra angular de la reunificación europea
La Europa laica actual contrasta con el mensaje inserto en la Declaración de Schuman de 9 de mayo de 1950 basada en la inclusión implícita del “principio de solidaridad” con camino hacia la paz como fin último, en dos aspectos clave:
1. Para evitar la guerra por medio de la solidaridad productiva entre Francia y Alemania, y por extensión entre los países del resto de Europa,
para que una Europa organizada y viva pueda aportar a la civilización es indispensable el mantenimiento de relaciones pacíficas [...] La puesta en común de las producciones de carbón y de acero asegurará inmediatamente el establecimiento de bases comunes de desarrollo económico [...] La solidaridad de la producción [...] (hará imposible) toda guerra entre Francia y Alemania [...] (y) sentará los fundamentos reales de su unificación económica [...] (y) el desarrollo del continente africano.
2. Para impedir la creación de un cártel de carbón y acero que llevaría hacia un reparto del mercado y al establecimiento de unos precios que únicamente beneficiarían a los productores de tales productos, ya que en
contraposición a un cártel internacional tendente al reparto y la explotación de los mercados nacionales mediante prácticas restrictivas y el mantenimiento de precios elevados, la organización proyectada asegurará la fusión de los mercados y la expansión de la producción.
La Declaración de Schuman constituye uno de los embriones de la actual UE, junto con el Discurso Europeo de Churchill, al posibilitar la creación de una Europa unida caracterizada por la paz y la reconciliación entre todos los pueblos de Europa. En este proceso unificador, no tienen cabida los procesos de separación propio de los nacionalismos más radicales al ir contra natura, en cierto sentido, en una Europa cada vez más unida y fuerte. El mérito político de Schuman consistió en conciliar, mediante el valor cristiano del perdón que, en palabras de Juan Pablo II, “no es sinónimo de simple tolerancia, sino que implica algo más arduo. No significa olvidar el mal, o peor todavía, negarlo [...] (Es) infundir esperanza y confianza sin debilitar la lucha contra el mal. Hay necesidad de dar y recibir misericordia” [31].
Robert Schuman fue uno de los firmantes, por parte francesa, del Tratado de París o Tratado CECA (Comunidad Económica del Carbón y del Acero) de 18 de abril de 1951, según queda establecido en el Preámbulo del Acuerdo, “resueltos a sustituir las rivalidades seculares por una fusión de sus intereses esenciales, y poner los primeros cimientos mediante la creación de una comunidad económica más amplia y profunda entre pueblos tanto tiempo enfrentados por divisiones sangrientas, y a sentar las bases de instituciones capaces de orientar hacia un destino en adelante compartido” [32]. Como resultado, los objetivos del Tratado van más allá que la mera creación de un mercado común, en un principio sólo con carbón y acero, sino que su fin político (la consecución de la paz) dio sentido a un proceso de construcción que se haría imparable en el tiempo.
La creación de la Europa, tal y como la conocemos hoy, ha generado el período de paz más extenso que haya conocido el Viejo Continente, lo que se ha traducido a su vez en los más altos niveles de bienestar económico y social conocidos. Socios comunitarios caracterizados por estar regidos bajo regímenes democráticos, tal y como se establece en el criterio político de Copenhague como requisito previo de pertenencia a la UE. Así, desde la visión de Schuman, escribe en el capítulo III de su libro Pour l’Europe
que la democracia debe su existencia al Cristianismo. Nació el día en que el hombre fue llamado a realizar en su vida temporal la dignidad de la persona humana, dentro de la libertad individual, dentro de un respeto de los derechos de cada persona y mediante la puesta en práctica del amor fraterno a los demás. Nunca se habían formulado semejantes ideas antes de Cristo [...] La realización de este amplio programa de una democracia generalizada en el sentido cristiano de la palabra, encuentra su desarrollo en la construcción de Europa.
La elección de Roma, la Ciudad Eterna, como ciudad para la firma de dos (Tratados CEE y EURATOM) de los tres Tratados fundacionales de la actual UE (Tratados CEE, CECA y EURATOM) fue realizada “para que los europeos tomasen conciencia de lo que les une. La elección de Roma [...] tenía un significado. Queremos volver a hacer una unidad que existió ya en tiempos de la Roma primero pagana y luego cristiana [...] La Europa dividida no ha sabido dar al mundo contemporáneo el mensaje espiritual que necesita. Se trata de saber si Europa podrá retomar el lugar que ocupó en el pasado [...] que tengamos conciencia de un patrimonio común específicamente europeo y que tengamos la voluntad de salvaguardarlo y de desarrollarlo” [33].
Durante la vida de Schuman, y dado el fuerte contenido cristiano del proyecto unificador de Europa, hubo muy fuertes ataques que tachaban al proceso unificador europeo de la creación de una “Europa vaticana”. Ante estos ataques, en una conferencia impartida en Sainte Odile el 15 de noviembre de 1954, Schuman afirmó que:
La Europa vaticana es un mito. La Europa que contemplamos es profana, tanto por las ideas que están en su base, como por los hombres que la llevan a cabo. No toman de la Santa Sede ni su inspiración ni consigna. No obstante, sí que los cristianos de hecho han jugado un papel importante, preponderante a veces, en la creación de las instituciones europeas [...] Pero nunca han reivindicado una especie de monopolio ni han ido con segundas intenciones clericales o teocráticas que serían, además, perfectamente utópicas [34].
Robert Schuman deja claro “el importante papel del laico en la vida y la misión de la Iglesia” [35], responsabilidad cristiana que vendría ampliamente definida posteriormente tanto por el Concilio Vaticano II en la Constitución apostólica Lumen Gentium como por Juan Pablo II en la Carta Encíclica Christifidelis laici. De hecho, la vida del político franco-alemán vino determinada por “el seguimiento y la imitación de Jesucristo, en la recepción de sus Bienaventuranzas, [...] en la oración [...], en el hambre y sed de justicia [...], práctica del mandamiento del amor en todas las circunstancias de la vida [...], en especial si se trata de los más pequeños, de los pobres y de los que sufren” [36]. Schuman realizó desde la política esta actitud de vida desde una visión cristocéntrica, para lograr así una Europa más unida caracterizada por el elemento cohesionador de los valores cristianos.
El proceso de beatificación (ya terminado) y posterior canonización [37] se abrió el 9 de junio de 1990. Después de haber escuchado a unos doscientos testigos que conocieron y trataron a Robert Schuman, y tras haber hecho un análisis crítico de todos los escritos públicos y privados del político, las más de las 50.000 páginas de investigación fueron trasladadas a la Congregación para las causas de los santos que tiene, en virtud de la Constitución Apostólica “Divinus perfectionis Magister” de 25 de enero de 1983, un doble cometido: 1. Asegurarse que en las obras escritas y discursos del beato no hay ninguna contradicción espiritual y moral contra la fe, y 2. Analizar con la ayuda de uno o dos expertos, la existencia de milagros, en caso de producirse (punto 33).
La vida de Robert Schuman se caracterizó por estar plenamente dirigida hacia Cristo a través de la Eucaristía, que frecuentaba diariamente, así como por un gran fervor hacia la Virgen, como herencia espiritual de su madre. En su vida diaria se sentía predestinado a ser un instrumento divino con una misión concreta, tal y como dejó plasmado por escrito en su obra, al afirmar que “somos todos instrumentos, aunque imperfectos, de la Providencia, que se sirve de nosotros para designios que no nos es dado entender”.
La llamada universal a la santidad atañe también a los políticos, según afirma el Concilio Vaticano II en la Constitución Apostólica Lumen gentium: “Queda, pues, completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad”. Que luego la llamada se realice, es un paso sucesivo. La actividad de los políticos debe estar al servicio del bien común. Es evidente, por tanto, que puede santificarse quien la ejerce y también que la misma actividad política puede y debe ser santificada. Hay que alegrarse, por tanto, de que muchos laicos participen en ella activamente, según sus propias condiciones y posibilidades. No por nada, Pablo VI definía la política como “la forma más alta de caridad”.
1.3. De Gasperi y el testimonio cristiano
De Gasperi fue uno de los políticos más destacados [38] de la Democracia Cristiana (en italiano, Democrazia Cristiana). Su profunda espiritualidad resumida en “la unidad de vida, una vida interior llena de paz y serenidad a pesar de los grandes afanes, una conversión personal para poder cambiar el mundo y una vida generosa en el trabajo ‘vivo di stanchezza’(plena de cansancio)”. Su vida cristiana ejemplar fue tal que Giulio Andreotti, claramente turbado tras la muerte de De Gasperi, dijo: “ha muerto como un santo […] Ha sido un buen cristiano, un gran hombre” [39]. Mientras que Robert Schuman ya se encuentra en un proceso de canonización, una vez superado el proceso de beatificación, los méritos y la forma de vida de Alcide de Gasperi hacen que se encuentre en proceso de beatificación.
La principal contribución del político italiano, primer presidente de la Asamblea parlamentaria de la CECA en el proceso de construcción europeo, vino dada por su estrecha colaboración con Robert Schuman para llevar hacia adelante todo el proceso. Ambos concebían al proceso de unificación europeo como un reto en el que el Cristianismo constituye la base de la sociedad y la cultura europeas:
La matriz de la civilización contemporánea se halla en el Cristianismo [...] Existe un reto europeo común, incluso antes que los intereses económico-políticos que debe estar en la base de nuestra unidad. Es el reto de una moral unitaria que exalta la figura de la responsabilidad de la persona con su fermento de fraternidad evangélica [...] con su respeto del derecho heredado de los antiguos [40].
Con De Gasperi, “el compromiso católico con la vida pública adquiere un nuevo sentido: conciliar lo espiritual y lo profano considerando la democracia como una continua creación” [41]. Una conciliación lograda mediante la constitución de “esta solidaridad de la razón y del sentimiento, de la fraternidad y de la justicia, para insuflar a la unidad europea el espíritu heroico de la libertad y del sacrificio que han sido siempre el de la decisión en los grandes momentos de la historia” [42].
Cuando el arzobispo de Milán, beato Ildefonso Schuster, se enteró de la muerte del estadista trentino, comentó: “Desaparece de la tierra un cristiano humilde y leal que dio a su fe testimonio entero en su vida privada y en la pública”. Esta difícil conciliación de comportamiento cristiano tanto en su vida pública como privada lleva a que el político salde sus virtudes religiosas y civiles con el servicio del trabajo político. Sólo mediante esta complementariedad se puede lograr una plenitud de vida.
En esta vida se conocen a los grandes hombres y mujeres por las obras que realizan y el legado que dejan para la posteridad. Tal fue la vida del actual siervo de Dios Alcide De Gasperi, quien escribe a su mujer Francesca: “Hay hombres de presa, hombres de poder, hombres de fe. Yo quisiera se recordado entre éstos últimos”. Así ha sido.
1.4. El papel determinante de Konrad Adenauer
Además de ser considerado padre de Europa, Konrad Adenauer (1876-1967) ha sido uno de los grandes cancilleres de la República Federal de Alemania (RFA)(1949-1963) tras haber sido vice-alcalde (1907-1916) y alcalde (1917-1933) de Colonia. Padre del llamado milagro económico (Wirtschaftwunder) alemán de la década de 1950 e introductor del marco alemán tras la reforma cambiaria de 1947, fue miembro desde 1906 hasta su disolución en 1933 del Partido Católico de Centro (Zentrum), uno de los embriones de la Unión Democrática Cristiana (en alemán, Christlich Demokratische Union Deutschlands)(CDU), de quien sería su líder desde 1949 hasta 1963. Formación política caracterizada según sus estatutos para “unir a católicos y protestantes, conservadores y liberales, defensores de los ideales sociales de inspiración cristiana”. En la actualidad, la CDU se opone al ingreso de Turquía en la actual UE-27 debido a que no cumple uno de los llamados criterios de Copenhague (criterio político) [43] al no respetar los derechos de las minorías cristiana y kurda que viven en Turquía.
En palabras de Adenauer “una unión entre Francia y Alemania daría nueva vida y vigor a una Europa que está seriamente enferma. Tendría una inmensa influencia psicológica y material y liberaría poderes que salvarían Europa. Creo que éste es el único camino posible para alcanzar la unidad de Europa, lo que llevaría a la desaparición de la rivalidad entre Francia y Alemania” (7 de marzo de 1950). Conflicto que también ha existido entre otras naciones europeas a lo largo de los siglos y que se ha ido eliminando a medida que Europa se iba ampliando.
Una de las características del gran estadista alemán es que sabía aunar conocimientos económicos con habilidades políticas, sobre todo en el ámbito de las negociaciones internacionales. Pensaba en términos europeos, más que en sentimientos meramente alemanes. De hecho, se definía como alemán y europeo al mismo tiempo, llegando incluso a afirmar explícitamente que “soy alemán, pero también soy, y siempre he sido, europeo y siempre me he sentido europeo” [44].
Adenauer era un político con un elevado sentido práctico, con unos objetivos claros hacia dónde dirigirse. Concebía la idea de Europa como la de una fortaleza económica en la que cuanto mayor fuese, mejor sería para todos. Pensaba en la mera supervivencia de una civilización europea caracterizada por nacer de sí misma tras su casi completa destrucción tras dos guerras mundiales. Pensaba que “cuanto mayor sea el área económica, mejor se podrá desarrollar [...] Esta unión salvaría a la civilización occidental del declive”.
Este proceso de unificación del continente se ha de realizar mediante la cesión de soberanía de los Estados para beneficiar a una entidad supranacional, ya que “cuanto más pierde el Estado su carácter de forma histórica de gobierno introvertida y autosuficiente, más está llamada a incorporarse a Europa –es decir, con la Unión- y a desarrollarse conjuntamente con el resto de los Estados, que se sienten unidos no sólo por las exigencias de la economía y la tarea de la procura de la paz, sino también por la cultura europea y los principios constitucionales comunes” [45].
Como elemento cohesionador de todo el continente, y para lograr el fin último de la paz, Adenauer afirmaba categóricamente que “es ridículo ocuparse de la civilización europea sin reconocer la centralidad del Cristianismo” [46], al ser el Cristianismo el garante de la paz y de un sistema de valores que estructuraba a la sociedad en su conjunto, incluida la Constitución.
“Permanezco en la convicción, más firme si cabe, que toda auténtica Constitución se apoya en un orden de valores y que su apertura a instancias supraestatales no sólo no hay que verlo como un riesgo sino que supone un corolario lógico de la anterior afirmación” [47].
Konrad Adenauer supo forjar con su vida una existencia coherente con sus creencias religiosas. Fue un político de acción, de hechos concretos. Dirigió el proceso de construcción tanto de Alemania después de la gran destrucción acaecida durante la Segunda Guerra Mundial, como de la Europa unida. Ha pasado a la historia como uno de los grandes estadistas del siglo XX, un europeísta convencido, un gran político.
1.5. Jean Monnet: el padre económico
Mientras que Schuman, Adenauer y De Gasperi centraron su pensamiento en temas políticos, Jean Monnet lo hizo sobre la economía. Así, para este padre de Europa, un “laico respetuoso con las ideas religiosas de Schuman, Adenauer y De Gasperi” [48] pensaba que no habría “paz en Europa si los Estados se reconstruyen sobre una base de soberanía nacional [...] Los países de Europa son demasiado pequeños para asegurar a sus pueblos la prosperidad y los avances sociales indispensables. Esto supone que los Estados de Europa se agrupen en una Federación o ‘entidad europea’ que los convierta en una unidad económica común”.
Con Jean Monnet se afirma la propia personalidad e identidad, pero desde una comprensión fraterna de la pluralidad intrínseca de la condición humana. A diferencia de Schuman, Adenauer y De Gasperi caracterizados por una visión cristocéntrica del proceso de construcción europeo, Monnet sigue una perspectiva antropocéntrica, en donde el ser humano ocupa el objetivo y centro, al mismo tiempo, de sus intereses para unirlos entre sí y lograr así la paz en el continente.
Me parece haber seguido siempre una misma línea de continuidad, en circunstancias y latitudes diferentes, pero con una única preocupación: unir a los hombres, resolver los problemas que los dividen, hacerles ver su interés común. No tenía esa intención antes de hacerlo, y sólo saqué conclusiones después de haberlo hecho durante mucho tiempo. Sólo cuando fui incitado por mis amigos, o por periodistas, a explicar el sentido de mi trabajo, tomé conciencia de que siempre me había visto empujado a la unión, a la acción colectiva. No podía decir por qué; la naturaleza me había hecho así [49].
En la Sociedad de Naciones, Monnet se consagró especialmente tanto a la recuperación económica y política de Austria como a la partición de la Alta Silesia entre Polonia y Alemania, de un gran interés económico, no solamente por sus riquezas mineras, sino también por la industria establecida en la región. Esta experiencia marcó la vida de Jean Monnet, al imbuirle en él el espíritu de solidaridad, tal y como expresa él mismo, ya que “fue allí donde descubrí el valor de la acción solidaria y la necesidad de vincular en el seno de una empresa común y en igualdad de derechos a vencedores y vencidos, a benefactores y beneficiarios” [50].
Este espíritu de solidaridad habría de realizarse entre los países europeos. Había que unir las voluntades y los intereses de representantes políticos de las más variadas tendencias, así como de los sindicatos y asociaciones empresariales. Objetivo que se logró mediante la creación, el 13 de octubre de 1955, del Comité de Acción a favor de los Estados Unidos de Europa que tendría como objetivo hacer realidad los objetivos acordados en el preámbulo del Tratado de París constitutivo de la CECA. Dicho Comité, presidido en todo momento por Jean Monnet, tuvo una influencia decisiva, entre los hechos más reseñables, en la concepción y firma del Tratado de Roma, constitutivo tanto del EURATOM como de la CEE, el desarrollo de la Política Agrícola Común (PAC) instrumentalizada a través del Fondo Europeo para la Orientación y Garantía Agrarias (FEOGA) y en la primera ampliación de las entonces Comunidades Europeas, para formar el Grupo de los nueve, en la que se incluiría al Reino Unido, Irlanda y Dinamarca.
A diferencia de Schuman, Adenauer y De Gasperi, en los que el comportamiento de acción venía dado a través de valores cristianos, en Jean Monnet “la fuente de mi acción cotidiana”, en sus propias palabras, venía dado por el humanismo y el valor supremo de la libertad.
La libertad es la civilización. La civilización es las reglas más las instituciones. Y todo porque el objeto esencial de todos nuestros esfuerzos es el desarrollo del hombre y no la afirmación de una patria grande o pequeña.
1. Es un privilegio haber nacido.
2. Es un privilegio haber nacido en nuestra civilización.
3. ¿Vamos a limitar estos privilegios a las barreras nacionales y a las leyes que nos protegen?.
4. ¿O vamos a intentar ampliar este privilegio a los demás?.
5. Hay que mantener nuestra civilización tan avanzada respecto al resto del mundo.
6. Es preciso organizar nuestra civilización y nuestra acción común hacia la paz.
7. Es preciso organizar la acción común de nuestra civilización.
[...] Estas reflexiones no eran el índice de un libro, sino la fuente de mi acción cotidiana [51].
De ahí que hoy en día se haga realidad la formación de una Europa unida que ya se ha convertido en la primera región comercial del planeta. Una gran revolución política y económica que sirve como ejemplo para otras regiones del mundo para que puedan alcanzar así unos mayores niveles de bienestar económico y social.
2. La construcción de Europa y el bien común
El trasfondo existente en el proceso de construcción de la Europa actual ha venido dado desde sus principios por la búsqueda del bien común. Un bien común que, por propia concepción, ha de ser el objetivo último de toda actividad política. Sólo así, en la búsqueda de dicho valor final, se podrá conseguir una sociedad éticamente más justa y solidaria.
La introducción en el bien común del término europaeus se atribuye a Eneas Silvio Piccolomini, papa Pío II (1458-1464):
Una Europa que renuncia a su pasado, que niega el hecho religioso y que no tuviera dimensión espiritual alguna, quedaría desgraciadamente mutilada ante el ambicioso proyecto que moviliza sus energías: Construir la Europa de todos [52].
La riqueza del proceso integrador europeo viene dado porque es mucho más que un mero proceso de integración comercial, como sucede en la actualidad, por ejemplo, en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre los Estados Unidos, México y Canadá. Europa camina hacia su integración política siguiendo las fases descritas por el economista austrohúngaro Bela Balassa [53] (1928-1991). “El ejemplo europeo evidencia que un proceso de integración regional es mucho más que una iniciativa netamente comercial o de inserción en el mercado hemisférico o mundial. Involucra el desarrollo de instituciones, la definición de políticas y estrategias sectoriales, el desarrollo de infraestructura (de transporte, energética y de telecomunicaciones), y la creación de mecanismos compensatorios y políticas de información y participación, que permitan alcanzar un nuevo equilibrio social y económico” [54].
En una declaración conjunta de Benedicto XVI y Christódulos, Arzobispo de Atenas y de toda Grecia, ambos piden “que se muestre mayor sensibilidad para proteger de modo más eficaz en nuestros países, en Europa y en el ámbito internacional, los derechos fundamentales del hombre, fundados en la dignidad de la persona creada a imagen de Dios” [55].
Una de las grandes diferencias entre los padres de Europa y sus constructores actuales es la ausencia en los documentos actuales de las raíces cristianas en los documentos angulares de la Europa unida. Dichas raíces han ido vertebrando la historia, la sociedad y la cultura europeas desde sus inicios. Lejos quedan las palabras del rey Balduino de Bélgica (1930- 1993) [56], en una cena de gala pronunciada ante el general Charles de Gaulle (1890-1970) el 24 de mayo de 1961 cuando el rey, hoy en proceso de canonización en una causa dirigida por su confesor espiritual, el cardenal Suenens, afirma que:
Esa Europa, si quiere ser fiel a su misión propia y desempeñar su papel en el diálogo de los pueblos, no puede limitarse a defender la herencia del pasado. Le incumbe ser la vanguardia del progreso tanto material como espiritual. ¿Acaso la vocación de Europa no es la de ofrecer […] la imagen de una sociedad que respeta las exigencias de la persona humana y a la vez las del bien común? [57].
La búsqueda del bien común viene dado a partir de una nueva concepción económica, incluido el mercado de trabajo [58]. Introducir valores cristianos a la sociedad lleva a que ésta pase de ser una cultura de muerte a una cultura de la vida, y una Vida con mayúsculas al tener un sentido santificador último. La apostasía silenciosa de la que habla Juan Pablo II, en la actualidad en proceso de canonización, se inserta dentro de una nueva cultura europea que se encuentra en apariencia lejana de sus principios constituyentes:
La cultura europea da la impresión de ser una apostasía silenciosa por parte del hombre autosuficiente que vive como si Dios no existiera. En esta perspectiva surgen los intentos, repetidos también últimamente, de presentar la cultura europea prescindiendo de la aportación del Cristianismo, que ha marcado su desarrollo histórico y su difusión universal. Asistimos al nacimiento de una nueva cultura, influenciada en gran parte por los medios de comunicación social, con características y contenidos que a menudo contrastan con el Evangelio y con la dignidad de la persona humana. De esta cultura forma parte también un agnosticismo religioso cada vez más difuso, vinculado a un relativismo moral y jurídico más profundo [...] una cultura de muerte [59].
A pesar de este hecho, continúa el proceso de unificación del continente europeo al confluir en dicho proceso de integración aspectos culturales, religiosos, económicos y políticos. Así, “[…] en Europa, manteniéndonos abiertos a las demás religiones y a su aportación a la cultura, debemos unir nuestros esfuerzos para preservar las raíces, las tradiciones y los valores cristianos, con el fin de garantizar el respeto de la historia y contribuir a la cultura de la Europa futura, a la calidad de las relaciones humanas en todos los aspectos” [60]. Europa camina hacia su unificación como continente. En el pasado la cultura europea se diseminó por los cinco continentes, lo que permitió al Viejo Continente lograr niveles de liderazgo estables en el tiempo que nunca han sido superados hasta la fecha. A partir de la Edad Media, y con la excepción de los Estados Unidos y la Unión Soviética cada uno con una influencia global propia, el poder (blando [61] y duro [62]) de las naciones europeas hacia y en el resto del mundo, ha sido una constante a lo largo de la historia. Europa ha de volver a sus raíces, ha de volver a encontrarse consigo misma. Sólo así Europa podrá ser más Europa, en la que los valores, la ética y la moral tengan un papel fundamental. Valores en los que el Cristianismo como elemento cohesionador del continente tiene, ha tenido y tendrá un papel preponderante en el proceso de unión.
José Manuel Saiz [1], en ucm.es/
Notas:
1 José Manuel Saiz Álvarez es Director del European Business Programme España (EBP-España) y Jefe de Estudios de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Empresariales de la Universidad Antonio de Nebrija. Sus principales líneas de investigación son la Unión Europea, el mercado de trabajo, la integración económica y el outsourcing.
2 El apodo Martel (martillo) le vino tras su victoria en la batalla de Tours.
3 Negro, Dalmacio (2004): Lo que Europa debe al Cristianismo, Madrid, Unión Editorial, p. 115.
4 No hay que confundir dicho término con el de “Sacro Imperio Romano Germánico” cuya denominación nació en 1512. Apenas poco más de cinco decenios más tarde, la coronación de Carlomagno como emperador por el Papa León III (795-816) en la Navidad del año 800, llevó a que Europa naciese como una entidad política bajo la denominación de Sacro Imperio Romano. El término “Europa” nace así como una denominación política, extendida por los benedictinos, para designar a continuación un territorio geográfico.
5 Formadas por catorce iglesias autocéfalas cuyo patriarca ecuménico es la iglesia ortodoxa de Constantinopla, su influencia es especialmente fuerte en el antiguo imperio de Bizancio que llegaría a su fin con la caída de Constantinopla en 1453. Por ello, la iglesia ortodoxa predomina en Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Grecia, Bulgaria, Serbia, Georgia, Rumania, República Checa y Eslovaquia.
6 En 1926 compartió el Premio Nóbel de la Paz con el alemán Gustav Stresemann por la firma del Pacto de Locarno el 16 de octubre de 1925 formado por un conjunto de siete acuerdos para reforzar la paz en Europa tras la Primera Guerra Mundial. Dicho Pacto se rompió con la militarización de Renania en 1936 por parte de Adolf Hitler.
7 Austriaco de nacimiento, fue ciudadano checo tras el Tratado de Saint-Germain. Tuvo nacionalidad francesa en 1939. Para mayor detalle de su vida, véase Pérez-Bustamante, Rogelio (1997): Historia de la Unión Europea, Madrid, Dykinson, pp. 35-38.
8 Este manifiesto se complementó con el libro La lucha por Paneuropa (1925-1928) en tres volúmenes. Tras exiliarse a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, publicaría en 1944 Cruzada por Paneuropa. Tras volver a Europa fundó la Unión Parlamentaria Europea. En 1950 recibió el Premio Carlomagno por su contribución a la paz en Europa.
9 Durverger, Maurice (1995): Europa de los hombres. Una metamorfosis inacabada, Madrid, Alianza, p. 49.
10 Lager, C. (1993): “Le drapeau européen, histoire et symbolisme”, en Fahnen, Flags, Drapeaux, Libro de Actas del XV Congreso Internacional de Vexicología, Universidad de Zürich (Suiza), 23-27 de agosto, pp. 126-129.
11 Europeísta convencido, fue cofundador del Colegio de Europa. En la actualidad dicha institución tiene dos campus: el de Brujas (Bélgica) y el de Natolin (Polonia).
12 Durverger, op.cit., p. 50.
13 La operación militar empezó a las 3:30 de la madrugada con la invasión terrestre de Polonia por parte de las tropas alemanas tras el inicio de la operación Weiss. Dicha operación se enmarcaba dentro de la llamada “política del espacio vital” (Lebensraum) del III Reich alemán.
14 Se realizó en dos actos: el primero a las 02:41 de la madrugada del 7 de mayo de 1945 por parte del Jefe del Estado Mayor del Alto Mando de las Fuerzas Armadas alemanas, Alfred Jodl, en los cuarteles de la SHAEF en Reims (Francia), y el segundo pocas horas antes de la medianoche del 8 de mayo en Berlín (Alemania) por parte de funcionarios alemanes liderados por Wilhelm Keitel ante los soviéticos. Todas las operaciones activas del ejército alemán cesaron de forma definitiva a las 23:01 horas del 8 de mayo de 1945. Como se hizo efectiva la paz en toda Europa el 9 de mayo de 1945, para muchas naciones europeas se hace festivo ese día como Día de la Victoria.
15 Si se siguen las fases de integración de Bela Balassa es con la FRANCITAL y no con la CECA cuando se inicia, en realidad, el proceso unificador de Europa.
16 Juan Pablo II (1986): Carta Encíclica “Dominum et vivificantem”, Vaticano, p. 45.
17 Su nombre completo de nacimiento fue Jean Omer Marie Gabriel Monnet.
18 De Gasperi, M. Romana (1981): Mio Caro Padre, Brescia, Morcelliniana, p. 25.
19 Cuando nació Schuman su pueblo natal pertenecía a Luxemburgo. Poco después pasó a Alemania para, a partir de la Primera Guerra Mundial, pertenecer a Francia. Durante un breve período de tiempo durante la Segunda Guerra Mundial, volvió a ser alemán para pasar definitivamente a jurisdicción francesa tras la capitulación alemana.
20 Muñoz, J y Uriarte, C. (2004): “Los padres de Europa: modelo de compromiso político para la juventud de hoy”, Actas del VI Congreso “Católicos y Vida Pública”, 19-21 de noviembre, Madrid, Universidad San Pablo-CEU, p. 537.
21 Beyer, H. (1986): Robert Schuman: l’Europe par la réconciliation franco-allemande, Lausana, Fondation Jean Monnet pour l’Europe, pp. 19-20.
22 Antes de la primera ampliación hacia los Países de Europa Central y Oriental (PECO) el 1 de mayo de 2004 dicho porcentaje era del 75 por ciento. El aumento de 15 puntos en el porcentaje obedece a que la entrada de países relativamente más pobres a la UE obliga a aumentar el porcentaje (efecto estadístico).
23 Aunque se atribuye la denominación “Estados Unidos de Europa” a Churchill, ya en el siglo XIX diversos autores utilizaron dicho término. Tal fue el caso del anarquista Mijail Bakunin (1814-1876) quien, en un Congreso organizado por la Liga por la Paz y la Libertad, celebrado en Ginebra (Suiza) en 1867, afirmó que “para conseguir el triunfo de la libertad, la justicia y la paz en las relaciones internacionales en Europa, y para imposibilitar el estallido de conflictos bélicos entre los pueblos que forman la familia europea, sólo queda abierta una posibilidad: constituir los Estados Unidos de Europa”. La Asamblea Nacional Francesa también abogó el 1 de marzo de 1871 por la creación de los Estados Unidos de Europa. Estas ideas chocan radicalmente con el pensamiento de Lev Davidovich Trotski (1879-1940) quien en 1923 luchó por la formación de los Estados Unidos Soviéticos de Europa.
24 Schuman, Robert (1963): Pour l’Europe, París, Nagel.
25 Siempre ha existido esta doble dialéctica entre religión y laicismo a lo largo del proceso de construcción europeo. Así, por ejemplo, en el caso de la simbología de la bandera europea (azul oscuro de fondo con doce estrellas de color amarillo en forma de círculo) fue obra de Arsène Heitz y el propio autor afirmó que para su diseño se había inspirado en la Inmaculada Concepción de María. De ahí el color azul que simboliza a la Virgen María y las doce estrellas que cubren la cabeza de María (Apocalipsis 12, 1), y es idéntica a la parte superior de una de las vidrieras de la Catedral de Estrasburgo. Es más, la bandera fue aprobada el 8 de diciembre de 1955, fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Frente a esta versión, existen una versión laicista que constituye la versión oficial: El círculo de estrellas (de oro) simboliza la unión perfecta entre los pueblos, al ser el círculo la figura perfecta para los griegos y son doce (número invariable) por ser el número perfecto para los griegos. Desde 1986 hasta 1995 círculo la teoría que las doce estrellas simbolizaban a los doce países que formaban las entonces Comunidades Europeas. Esta última idea es claramente errónea.
26 Preámbulo de la Constitución Europea.
27 Durante décadas existió en el Reino Unido, liderado por la expremier británica Margaret Thatcher, la acusación que la UE era una conspiración católica orquestada desde el Vaticano. Véase a este respecto AA.VV. (2004): “The European Commission and Religious Values”, The Economist, 28 de octubre, edición electrónica.
28 El 12 de septiembre de ese mismo año, Giovanni Battista Montini, arzobispo de Milán y futuro papa Pablo VI, consagró una estatua de María Santísima de veinte metros de altura, conocida como La Serenissima, en cuya base viene escrito: “Sancta Maria, Mater Europae, Ora pro nobis!”.
29 Zin, E (2004): “La fe ilumino su acción política”, 30 Giorni, núm. 9, Edición electrónica.
30 Ibid.
31 Juan Pablo II (1998): Alocución durante el rezo del Ángelus, Domingo 29 de marzo.
32 Laguna, José María (1991): Historia de la Comunidad Europea, Bilbao, Mensajero, p. 61.
33 Schuman, Robert (1952): “La mission de la France dans le monde”, Conferencia en la Universidad de Lausanne, Suiza.
34 Cfr. Hostiou, R. (1968): Robert Schuman et l’Europe, Paris, Cujas en Barea, Maite (2003): En los orígenes de la Unión Europea. Robert Schuman y Jean Monnet, Madrid, Universitas / Comunidad de Madrid, Consejería de Educación, p. 85.
35 Cfr. Constitución Apostólica Lumen Gentium, 31.
36 Cfr. Christifideles Laici, 16.
37 Desde un punto teológico, y tras lo establecido en el punto primero del Comunicado de la Congregación para las causas de los santos de 29 de septiembre de 2005, mientras que la beatificación es un acto pontificio presidido, generalmente, por el prefecto de la Congregación para las causas de los santos; la canonización, que atribuye al beato el culto en toda la Iglesia, siempre es presidida por el Sumo Pontífice.
38 También se considera al italiano Altiero Spinelli (1907-1986) uno de los defensores de la creación de una Europa federal. Miembro del Partido Comunista Italiano (PCI) y opositor de Benito Mussolini fue condenado en 1927 a diez años de prisión. Fundador del Movimiento Federalista Europeo en agosto de 1943, como resultado del “Manifiesto Ventotene” de junio de 1941 redactado en la prisión del mismo nombre, tuvo como objetivo crear una Europa federal en la que los Estados tuviesen unas relaciones tan estrechas que impidiesen la formación de ninguna guerra más en Europa. Fue representante de Italia en la Comisión Europea desde 1970 hasta 1976 como responsable de política industrial.
39 Andreotti, G. (1986): De Gasperi visto da vicino, Milán, Rizzoli.
40 Pastorelli (1979): “La política europeística de De Gasperi”, en Konrad Adenauer e Alcide de Gasperi: due esperienze di rifondazione della democrazia, Bolonia, Il Mulino, pp. 295-319.
41 Cfr. De Porras, Soledad (2004): “Actualidad de Alcide de Gasperi. Pasado y presente”, VI Congreso Católicos y Vida Pública ‘Europa sé tu misma’, Madrid, Universidad San Pablo-CEU, del 19 al 21 de noviembre, p. 3.
42 Barea, op. cit, p. 35.
43 En los criterios de Copenhague se sintetizan las obligaciones geográficas, económicas y políticas que ha de cumplir los países candidatos a formar parte de la UE. En concreto, son tres: (1) Criterio geográfico (parte o la totalidad del territorio ha de formar parte del continente europeo); (2) Criterio económico (economía de mercado) y (3) Criterio político (democracia y respeto a las minorías).
44 Véase Adenauer, Konrad (1965): Memorias (1945-1953), Madrid, Rialp.
45 Hesse, Corrado (1998): “Estadios en la historia de la jurisdicción constitucional alemana”, Teoría y Realidad Constitucional, 6, p. 119.
46 Weiler, Joseph H. H. (2003): Una Europa cristiana, Madrid, Encuentro, pp. 55 y 56.
47 Cascajo, José Luis (2004): “Constitución y Derecho Constitucional en la Unión Europea”, en Teoría y Realidad Constitucional, 15, Madrid, UNED, pp. 89-106.
48 Zin, op. cit.
49 Monnet, Jean (1985): Memorias, Madrid, Siglo XXI, p. 215.
50 Ibid., p. 81.
51 Ibid., p. 479.
52 Juan Pablo II (2002): Vaticano, Osservatore Romano, p. 45.
53 Distingue entre cinco fases de integración: Área de Libre Comercio, Unión Aduanera, Mercado Común, Unión Económica y Monetaria y Unión Política.
54 Herbas, Gabriel y Molina, Silvia (2006): “La Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) y la integración regional”, Observatorio Social de América Latina (OSAL), 17, Buenos Aires (Argentina): Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), mayo-agosto, p. 310.
55 Benedicto XVI (2006): “Declaración común del Papa Benedicto XVI y del Patriarca Ecuménico Bartolomé I”, Viaje Apostólico de S.S. Benedicto XVI a Turquía (28 de noviembre-1 de diciembre), Discurso de 30 de noviembre, pto. 8.
56 En proceso de beatificación en una causa dirigida por su confesor, el Cardenal Suenens.
57 Ojea, I. (2004): “Aportaciones del rey Balduino a la construcción europea”, Actas del VI Congreso “Católicos y Vida Pública”, 19-21 de noviembre, Madrid, Universidad San Pablo-CEU, págs. 531-534.
58 Saiz Alvarez, José Manuel (2004): Claves para un nuevo mercado de trabajo. Una aplicación a la Unión Europea, Alicante, Editorial Club Universitario.
59 Juan Pablo II (2003): Exhortación Apostólica Postsinodal “Ecclesia in Europa”, 28 de junio, pto. 9.
60 Benedicto XVI (2006): Declaración común del papa Benedicto XVI y de su beatitud Christódulos, 14 de diciembre, pto. 4.
61 Formado por valores sociales, económicos, culturales, lingüísticos, religiosos, artísticos,... de la sociedad dominante.
62 En muchas ocasiones, cuando el poder blando es insuficiente, las potencias dominantes optan por utilizar el poder duro, esto es, la fuerza militar mediante confrontaciones bélicas y golpes de Estado.
Fidelidad y compromiso en la relación de pareja (El trinomio fidelidad, compromiso y monogamia)
Escrito por Carlos Sirvent
Publicado: 23 Junio 2022
En la literatura de consulta, la defensa a ultranza de la fidelidad y el compromiso la establecen con mayor frecuencia ideólogos, religiosos y moralistas. La ciencia, en general, abunda en la contradicción infidelidad social vs sexual. En una sociedad como la actual apenas se vislumbran las ventajas evolutivas (económicas) del compromiso, puesto que la mujer de hoy ya no necesita la figura ancestral del varón para alimentar a sus hijos. Lo que antes desunía ahora une y a la inversa. Argumentos pro-reproductores o de inversión marital se despojan de sentido porque la situación social a su vez es diferente. La mujer no necesita el compromiso del varón para su supervivencia económica. Si está junto a el es porque quiere, no porque lo necesite.
Además la mujer puede regular a voluntad su capacidad de procreación, lo que ha puesto en crisis el concepto de fidelidad sexual. Todavía permanece el lastre atávico-cultural y moral, pero las actitudes cambian y los comportamientos más aún. Lo anterior confirma lo endeble de las tesis evolucionistas, primando los motivos adaptativos sobre los propiamente evolutivos. Sin embargo, evolución y progreso se han disociado. Avanzamos en tecnología, pero social y económicamente parece que se está involucionando. Los dos primeros decenios del siglo XXI han estado marcados en Europa en general y en España en particular por un mapa político-social conservador de acusada impronta ultraliberal (pese a su demostrada y denostada influencia en la crisis económica) donde la xenofobia y la intolerancia social han neutralizado un previsible progreso social que al final se ha visto menoscabado, aunque están surgiendo voces discrepantes (el movimiento social de los llamados Indignados y poco más).
Argumentos políticos que sustentan la monogamia y la fidelidad: cuanto más cerrada es la unidad de convivencia, la célula familiar, más manejable es una sociedad en general. Los argumentos superyoico, admonitorios que refuerzan los fundamentos de la familia tradicional, cohesionan también la sociedad haciéndola más receptiva a consignas verticales. La crisis económica lo impregna todo: cuando parecía que estábamos en franca carrera hacia la definitiva liberación de la mujer, la recomposición de la pareja occidental ha sufrido un punto de giro inesperado. La crisis económica no solo ha menguado el poder adquisitivo de las personas, sino que la tasa de separaciones ha caído (no así los conflictos que la originan) lo que está perpetuando unas relaciones rotas de hecho. Además, por idéntica razón, ha disminuido el número de matrimonios. En su defecto, los casados se ven abocados a vivir en el domicilio paterno, compartiendo espacio y perdiendo intimidad. Los imperativos económicos provocan los tres fenómenos descritos: no separación, no boda o si enlace pero viviendo con y a costa de los padres, lo que está provocando una especie de neoformación de la convivencia en pareja connotada por la crisis económica y la no menos importante crisis social.
En mi opinión todo ello desnaturaliza las relaciones y cronifica la sensación de impotencia por falta de recursos económicos en cónyuges de matrimonios rotos que no puede separarse. En el polo opuesto se ubican los que desean unirse y disfrutar de autonomía pero no pueden consumarlo por la aludida falta de recursos Al final se convierten en parejas dependientes situacionales, lo que mengua el autoconcepto y queda sin esperanzas. En otras palabras, la penuria une tanto a los buscadores del compromiso (candidatos a casarse) como a los que persiguen la disolución del vínculo (candidatos a separarse). Las circunstancias socioeconómicas obstaculizan el movimiento pendular compromisario-anticompromisario.
¿Se podría hablar con propiedad de una “patología del compromiso” en la relación de pareja? Si. En sus polos antitéticos están la actitud “hipercompromisaria” y la “anticompromisaria”. Examinémoslas.
Los “hipercompromisarios” son aquellos que basan la naturaleza del vínculo en el pacto compromisario subsumiendo todo lo demás a dicho pacto. Quienes anteponen el compromiso (irracionalmente, como acuerdo marital) a cualquier otro atributo de unión en la pareja quedando los demás atributos (comunicación, cariño, intimidad, etc.) en un segundo plano. Sería el ejemplo de los matrimonios concertados (propios de sociedades islámicas y tribales), también en nuestro medio se observa, sobre todo en el ámbito rural y en aquellas parejas de firmes convicciones compromisarias (por ejemplo, católicas) donde el mensaje es “lo que ha unido Dios no lo separe el hombre”.
Los “anticompromisarios”. Donde prima la preservación de la intimidad individual mediante una evitación a ultranza del proyecto de vida en pareja a expensas del compromiso. Valga el ejemplo gráfico de los “eternos solterones” que aunque amen a su pareja no quieren desposarse porque valoran su privacidad (que no su intimidad). Puede ser total o parcial. Total: se rehúye frontalmente el proyecto de vida juntos aunque se compartan espacios de convivencia. Parcial: cuando no se rehúye la convivencia, incluso se convive parcialmente (fines de semana juntos, verse todos los días, etc.) pero no cuaja la relación en un acuerdo compromisario. Sería el ejemplo de los eternos noviazgos que no se deciden a convivir pero que tampoco se separan. (Se cita como ejemplo anticompromiso el caso de Lee Marvin con Michelle Triola que sentó jurisprudencia como pareja de hecho).
Antecedentes histórico-evolutivos
Hagmann, Michael se pregunta por qué los primeros padres humanos proporcionaban alimentos a sus parejas a cambio de fidelidad. Se ha sugerido que la existencia de estas sociedades, plantea interrogantes acerca de si la familia nuclear, con una pareja fiel, surgió como resultado del cambio de alimentos por fidelidad. La antropóloga Kristen Hawkes sostiene que otros modelos evolutivos, como la mitigación de la feroz competencia entre machos por el acceso a las hembras, explican mejor el origen de la monogamia. Durante mucho tiempo, diferentes antropólogos sugirieron que la monogamia surgió en nuestros primeros ancestros como parte de un pacto tácito, en el que los hombres compraban fidelidad al llenar la olla de la familia tratando de evitar invertir recursos en el hijo de otro hombre. Desde este punto de vista, la negociación de género fue una adaptación clave que dio inicio a la evolución sexual.
Cuando Hawkes oyó hablar de las sociedades primitivas aisladas en las que la paternidad es a menudo desdibujada, empezó a preguntarse si otros modelos podrían explicar mejor la existencia de acuerdos familiares tan diversos. Observó a las tribus Ache de Paraguay Oriental, y en los Bari de Colombia y Venezuela donde la creencia de que un niño puede tener varios padres (un fenómeno conocido como paternidad divisible) es muy común. Según sostiene el antropólogo Stephen Beckerman alrededor de un 24% de los niños de Bari y el 63% de los niños de Ache tienen más de un “padre”, y todos ellos ofrecen alimentos y protección a los niños. Estos niños tienen ventaja en lo referente a su supervivencia, según informa Beckerman, señalando que el 80% de los niños con padres secundarios sobrevive hasta los 15 años, en comparación con sólo el 64% de los niños con un sólo padre. Por lo tanto, la paternidad divisible es un dedo en el ojo a la hipótesis de la negociación. Beckerman dice que esto pone de manifiesto que la certeza de la paternidad no es necesaria en algunas culturas humanas, y por tanto no puede haber sido un elemento crucial en la evolución de los humanos modernos.
Y si no fue el aprovisionamiento por parte del hombre, entonces ¿qué impulsó los acuerdos monógamos? Hawkes tiene su propia teoría: La monogamia surgió a partir de “negociaciones entre hombres” acerca del acceso a las hembras, para reducir los altos riesgos de la lucha directa. Varios antropólogos están de acuerdo con la crítica de Hawkes. La idea de que la monogamia se basa exclusivamente en la necesidad de aprovisionamiento por parte de los varones es demasiado simple, asegura Frank Marlowe.
Frecuencia del comportamiento de infidelidad
Los estudios de investigación social sobre infidelidad son tan abundantes como poco concurrentes. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el 46% de varones había tenido alguna relación extraconyugal frente al 17% de las españolas (datos de 1995). Para Camacho M., 2004 en España algunas estimaciones señalan que alrededor del 27% de las mujeres y el 37% de los varones heterosexuales tuvieron una aventura extramatrimonial en los primeros diez años de casados. Sin embargo la mayoría de las personas consideran a la monogamia como el estado ideal. Afirma el mismo autor que en el 60% de las parejas existe o ha existido infidelidad y el 45% de las mujeres y el 70% de los hombres son infieles o lo han sido en algún momento de su vida. La mayoría de los varones que han tenido relaciones extramatrimoniales, en un 56% de los casos, dicen estar completamente felices con sus matrimonios, pero no dejarían pasar la oportunidad de tener sexo si se les presentara. Para Sexole, el primer estudio sobre conductas y preferencias sexuales de usuarios de internet en España, las mujeres son más infieles que los hombres (50% frente al 44%) y también más apasionadas; un 65% exterioriza más las emociones en el momento del clímax, frente a un 27%.
Causas del comportamiento de infidelidad
Siguiendo a Cabrera S, E. Glantz (1999), la infidelidad ocurre por diferentes factores. Entre los aspectos de tipo sexual se encuentran “la privación sexual, la búsqueda de aventura, la curiosidad sexual, la insatisfacción sexual, el aburrimiento, la falta de novedad, pasión e intimidad.” Respecto a los aspectos biológicos relacionados con la infidelidad menciona “la herencia mamífera a consecuencia de la cual, los hombres no han logrado asimilar la norma monogámica.” Los factores psicosociales tienen son una “la venganza por la actividad extramarital del cónyuge, su falta de lealtad, la insatisfacción emocional, la búsqueda de independencia, el tipo de personalidad, de educación, religión, lugar de residencia, valores y actitudes”.
Pitman y Wagers (2005) describen su trabajo terapéutico con personas o parejas, ya sea tras una infidelidad o antes de su ocurrencia y los riesgos que esta acarrea para la monogamia y los desafíos que supone la recuperación de la infidelidad. Los peligros para la monogamia incluyen mitos culturales acerca de la infidelidad y el matrimonio, que pueden ser compartidos no sólo por la “gente de la calle/gente corriente” sino también por sus terapeutas mal informados. Los riesgos agravantes de la fidelidad son componentes fisiológicos de la atracción emocional y física que contribuyen a la desorientación cognitiva y afectiva. Los terapeutas pueden promover la fidelidad y la recuperación de la infidelidad, asistiendo a las tareas fundamentales de modelar la compasión, desenmascarando los mitos sobre la infidelidad, enfrentando a los sujetos con sus propias decisiones promoviendo la cercanía emocional y ayudando a los individuos a comprender tanto sus propias actitudes como aquellas aprendidas por su pareja, que les alejan de mantener un matrimonio fiel.
Infidelidad sexual vs. emocional
En un estudio de García P., et als (2001), las diferencias entre sexos reflejan una respuesta emocional de mayor intensidad en las mujeres con tendencia en los hombres a manifestar una preocupación menor por la infidelidad emocional y la percepción de amenaza a su autoestima ante la infidelidad sexual, con mayor sensación de peligro para la continuidad de la relación por parte de las mujeres ante la infidelidad emocional. Los datos mostraron el patrón descrito por Davis Buss (2000) en lo referente a las mujeres, pero no en lo que concierne a los hombres, por lo que no se verifica la primera hipótesis de nuestro estudio. La mayoría de las mujeres sí eligieron la infidelidad emocional como la más estresante (67.2% vs 32.8%), mientras los hombres se preocuparon casi en la misma proporción por la infidelidad emocional como por la infidelidad sexual (51.6% vs 48.3%). Sin embargo, la percepción de infidelidad entre los hombres y las mujeres es diferente, para el 50% de las mujeres el cibersexo no es infidelidad (el 80% de los hombres piensa igual). Un 81% de las mujeres confiesa que coquetea con sus compañeros de trabajo, y dos de cada tres aseguran que tienen pensamientos sexuales con ello. Según una encuesta de Sigma Dos, un 20% de las mujeres españolas declara que no engaña a su pareja “pero estaría dispuesta a hacerlo si tuviera la oportunidad”. Según una encuesta realizada por el Instituto DYM el 20% de las españolas de entre 18 y 35 años han sido infieles alguna vez.
Fisher H. (2007), dice que la primera etapa relacionada con el apareamiento es el deseo o necesidad de gratificación sexual; aquí son los estrógenos y andrógenos los encargados de generar esta conducta. La siguiente etapa es el amor romántico o enamoramiento, que puede definirse como el proceso de atención a una pareja en particular para el apareamiento, existiendo además la necesidad de unión sentimental con dicha pareja; aquí se observa un aumento de dopamina (DA) y norepinefrina (NE) y disminución de la serotonina (5-HT). Finalmente hay una etapa de apego de pareja con el fin de cuidar las crías, donde se observa la construcción y defensa de una madriguera, se comparten los deberes de la crianza y existe comodidad y unión sentimental; aquí son dos neuropéptidos los encargados de esta conducta: la oxitocina (OT) y la arginina de vasopresina (AVP).
Maureira concluye que las conductas como el amor romántico y la fidelidad poseen una clara base neurobiológica donde los neurotransmisores como la DA, NE, 5-HT y los neuropéptidos AVP y OT se conjugan para generar la experiencia del amor de pareja. Los avances en neuroimagen, biología molecular y genética permitirán determinar las regiones y circuitos cerebrales involucrados en la monogamia y la fidelidad, además de entregarnos las bases genéticas que abren las puertas para entender las conductas de un tipo u otro, si bien aún nos encontramos lejos de poder explicar todo el complejo proceso de la atracción romántica y la cooperación en la crianza de la prole.
Robert Wright, afirma que la infidelidad está inscrita genéticamente en nuestro código instintivo. Buss y Wright coinciden al explicar que la naturaleza dotó a todos los seres humanos de un gen de la infidelidad que tiene mucho que ver con la Ley de Conservación de las Especies. Según esto, el hombre debería tener el mayor número posible de relaciones con varias y distintas mujeres para garantizar el tener un número considerable de hijos y perpetuar a la especie. En el mundo animal, la característica primordial es la poligamia. Sin embargo y a pesar de sus investigaciones, el mismo Wright manifestó que no existe ninguna coacción genética sobre lo que el ser humano no tenga control. “Los genes, digan lo que digan, nunca decidirán por nosotros si deseamos o no ser infieles”. Coincidiendo con esta idea Caruso agrega: “el hombre es, por naturaleza, un ente cultural”. La carga genética, entonces, puede dar (quizá) una luz sobre la tendencia genética a ser infieles, pero no explica el porque algunas personas caen en esta práctica y otras no, lo que nos lleva de vuelta a la encrucijada.
El binomio compromiso-infidelidad
Mitchell S. indica que el romance prospera con la novedad, el misterio y el peligro, y es dispersado por la familiaridad. El amor duradero es -por tanto- una contradicción de términos Históricamente en la mayoría de las culturas ha habido una clara separación entre lo doméstico y lo erótico. Las personas casadas, frecuentemente por acuerdo mutuo, con la meta de procrear y mantener una vida de familia alcanzan “derechos” maritales legales. De esta manera. Eros era entonces reprimido o buscado en otro lugar. Actualmente, con grandes expectativas acerca de la sexualidad y del modelo de amor solidario, queremos combinar lo doméstico y lo erótico en una persona. Los seres humanos ansían tanto la seguridad como la aventura, lo familiar y lo nuevo Así que cuando las relaciones de pareja son predecibles y puestas a prueba con negociaciones, obligaciones, responsabilidades, tratos contractuales y demandas de nuestra necesidad de libertad y espontaneidad se vuelven más reprimidas. Quizás esto explique por que las parejas son particularmente vulnerables a las aventuras durante los años que tienen hijos, cuando los matrimonios sin apoyo de sus familiares y las obligaciones hacia la comunidad les abruman. Cuanto más estrecha sea nuestra construcción del matrimonio y la vida familiar, mayor será nuestra urgencia por encontrar la libertad en algún otro lugar. Mitchell no habla directamente sobre affairs, se refiere a las dificultades de manejar esta división entre lo previsible y lo nuevo. Esta implícito en lo que dice que cuando manejamos mal nuestras contradicciones encogiendo el deseo, creamos paradójicamente las condiciones ideales para una transgresión sexual.
Swidler A, 2001 sostiene además que el mito tradicional americano del amor como compromiso de por vida y sacrificio de uno mismo se está erosionando, cediendo paso en su lugar a una noción emergente del amor basada principalmente en el crecimiento individual. Las representaciones ficticias de las relaciones amorosas representan normas culturales, costumbres e ideales.
Buss, D. M., también tiene una respuesta evolucionista a por qué, con una tasa tan elevada de divorcios, los seres humanos siguen empeñados en casarse. Los niños de hogares estables son los que tienen una mayor probabilidad de prosperar. Como es natural, una familia con dos padres puede ser más inestable y desgastarse más que una con un solo padre, pero el matrimonio contribuye a asegurar que una ruptura del compromiso y la subsiguiente separación de los cónyuges no será una decisión que se adopte caprichosamente. En realidad, la mayoría de las sociedades tienen costumbres y leyes que complican de un modo u otro el acto de la separación.
Evolución del compromiso
A propósito de la teoría del intercambio social del Thiebaut y Kelley (1952) (“los seres humanos actúan con otros seres humanos en el pleno reconocimiento de que sus actos serán de alguna manera recompensados”) Sternberg, (1989 y 200) y aduce que es una forma más específica de la teoría de la reafirmación aplicada a las relaciones interpersonales. Parte de la base de que el individuo pretende maximizar las recompensas y minimizar los castigos. En consecuencia, experimentará una mayor intimidad y una menor atracción hacia quienes le ofrecen más recompensas y menos castigos. En un estudio realizado por Sternberg en New Haven sobre diferentes estratos sociales destinado a averiguar lo que es y no es importante en una relación interpersonal, identificó diez grupos principales de características que resultaban significativas a largo plazo. Los participantes fueron ochenta adultos de edades comprendidas entre los diecisiete y sesenta y nueve años, con una media de treinta y un años. En orden descendente de importancia, estos grupos son los siguientes: comunicación íntima/apoyo, comprensión/valoración, tolerancia/aceptación, flexibilidad/moldeabilidad, valores/capacidades, familia/religión, finanzas/quehaceres domésticos, atracción física/romance apasionado, agrado/amistad, y fidelidad. Conviene observar que tanto la intimidad como la pasión y el compromiso -a través de la fidelidad- son relevantes a largo plazo.
A raíz de dicho estudio definieron cuatro atributos de las relaciones interpersonales cuyo peso específico aumenta en el transcurso de tres períodos temporales sucesivos: compartir los valores, voluntad de cambiar como respuesta mutua, voluntad de tolerar los defectos de la pareja y coincidencia del credo religioso. El segundo y el tercero tienen un especial interés, porque ponen de manifiesto la importancia de la flexibilidad en una relación. Para que las cosas vayan viento en popa, disponemos de una doble alternativa: cambiar para adaptarnos mejor a las características de nuestra pareja, o esperar que ésta acepte determinados rasgos de nuestra conducta como «nuestra forma de ser» y como algo que es imposible modificar.
Existen tres atributos que pierden importancia en los tres segmentos de tiempo: el interés mutuo, la relación con los padres y la capacidad -¿deseo?- de escucharla con atención. No es difícil entender por qué, en términos generales, el segundo atributo es el que posee una menor significación. Con frecuencia los padres intentan meter baza, tener siempre algo que decir cuando una relación adquiere visos de seriedad. Pero en la práctica, una vez consolidada, el impacto paternal disminuye. La importancia decreciente del interés mutuo sugiere que, con los años, los miembros de la pareja tienden a encontrar intereses externos. Por otro lado, los autores encontraron cinco atributos cuya importancia iba en aumento a corto y medio plazo, pero que posteriormente perdían significación: el atractivo físico, la capacidad para hacer el amor, la capacidad para empatizar, la conciencia de los deseos de la pareja y la expresión de afecto. Sólo uno de ellos decrecía al principio y luego aumentaba: la coincidencia en el nivel intelectual.
Investigación sobre percepción relacional de la pareja
Presento de forma extractada los resultados de una investigación sobre percepción relacional de la pareja concluida en junio de 2011. Para no abrumar con datos exhaustivos he seleccionado solo los más relevantes. El cuestionario y las tablas al completo pueden consultarse en www. institutospiral.com (Departamento de Investigación Clínica) .
El estudio se realizó a partes iguales en las ciudades de Madrid y Oviedo. La muestra la formaban 211 personas elegidas al azar entre los 17 y 65 años con 95 mujeres y 116 varones. Antes de cerrar las preguntas se había efectuado un pretest semiestructurado.
Se distribuyeron para el análisis tres franjas de edad: de 17 a 29 años (37 sujetos, 17,5%), de 30 a 49 años (117 sujetos, 55,5%) y más de 50 años (57 sujetos, 27,0%). De dicho grupo tenían pareja un 43,2% de la primera franja de edad, un 67,5% de la segunda y un 73,7% de la tercera.
He agrupado los resultados más relevantes en tres categorías de datos:
1. Por sexo.
2. Por edad.
3. Por sexo y edad (por separado).
Para visualizar mejor los resultados se exponen solo las gráficas, incluyendo las tablas al final para quien las desee consultar.
Resultados relevantes por sexo
1. Que es más importante, la infidelidad sexual o la emocional
Los resultados confirman las tesis evolucionistas. Ambos sexos valoran principalmente la fidelidad social (57,95 y 56%), pero los hombres valoran mucho más la fidelidad sexual (24,1% frente a 8,4%).
2. ¿Qué cualidad valoras más en tu pareja?
Se pidió a los participantes que eligieran de un listado de 8 cualidades las 3 que más apreciaran. La sinceridad y la fidelidad (junto con el respeto en las mujeres) fueron las más valoradas. Destaca poderosamente el atractivo físico como cualidad más importante para los varones (37,7% frente al 7%), lo que avala los postulados de Buss.
3. ¿Qué amenaza el matrimonio?
Las mujeres opinan que la principal amenaza para el matrimonio es la falta de respeto (55%), lo que no es compartido por los varones que relegan dicha amenaza al 4º lugar (34%). Sin embargo los hombres valoran mucho la infidelidad (47%), aspecto este al que las mujeres -a su vez- conceden mucha menos importancia (29%). Hombres y mujeres coinciden en señalar la pérdida del amor y la falta de comunicación como elementos destacados.
4. ¿Está enamorado/a de su pareja?
Aunque el porcentaje de respuestas afirmativas es similar, sorprende que ningún varón asegure no estar enamorado. Nada menos que un 15% de mujeres dice no estar enamorada de su pareja (¿son ellas más francas?).
Resultados relevantes por franjas de edad
5. ¿Qué alimenta el amor?
Los sujetos de todas las edades señalan la confianza como el atributo que más alimenta el amor. Las principales discrepancias estriban en la importancia relativa que se le concede a la pasión y los ideales (mucho mayor en los jóvenes). La creencia de que el compromiso de estar juntos y los hijos incentivan amor es directamente proporcional a la edad.
6. ¿La pareja es la forma ideal de convivencia?
La gráfica es bien ilustrativa. Según avanza la edad mayor importancia cobra la creencia de que la pareja es la forma ideal de convivencia.
7. ¿Existe una persona predestinada para mi?
Esta pregunta esconde un mito del pensamiento mágico (como el del príncipe azul). Una creencia que se va desmontando con la edad tal y como se observa ilustrativamente en la gráfica.
8. ¿Cree en la fidelidad extrema?
Las respuestas a esta pregunta confirman que los jóvenes son más radicales al respecto. Sorprende, pues pudiera parecer que estas edades sean más tolerantes y abiertas. En definitiva, parece que la fidelidad es cuestión de amor propio, y la infidelidad es percibida como un atentado al yo y en consecuencia proscrita por los jóvenes (en edad de autoafirmación).
Resultados relevantes según franjas de edad y sexo
9. ¿Por qué rompería la relación?
Se pedía a los participantes que seleccionaran dos de las 8 opciones posibles (seleccionadas de una exploración pre-test). Estos fueron los resultados.
Según edad
Todas las edades consideraron la infidelidad y la falta de respeto como causas principales de ruptura. La falta de pasión y de sexo era más importante para los más jóvenes, y la rutina como causa de importancia creciente según avanza la edad.
Por sexo
Las causas de ruptura son similares a las respondidas en el apartado “amenazas para el matrimonio” con remarcables diferencias como la importancia que cobran aspectos ausentes en aquel apartado como la pérdida del amor (40% y 47% en mujeres y hombres) y los celos (23% y 16% en mujeres y hombres). Se mantienen en parecidos términos la infidelidad, la falta de respeto y la falta de comunicación como causas de ruptura.
10. Fidelidad sexual y emocional (su pareja es exclusivamente para Vd.)
Se pedía a los participantes que seleccionaran dos de las 8 opciones posibles (seleccionadas de una exploración pre-test). Estos fueron los resultados.
Por edad
Hay una distribución bastante homogénea. El 70% o más de todas las franjas de edad afirman que la pareja es exclusiva en lo sexual, en lo afectivo o en ambas cosas.
Por sexo
La concordancia aquí es máxima, más del 75% de ambos sexos afirman que la pareja es exclusiva en lo sexual, en lo afectivo o en ambas cosas.
11. ¿Se puede querer a más de una persona a la vez? (referida a la relación de pareja)
Por edad
Las diferencias aquí son enormes. Los más jóvenes responden en un 62% que sí se puede querer simultáneamente a más de una persona. Las cifras se invierten para los de más edad (un 30%) y los de edades intermedias (un 38%).
Por sexo
Las diferencias entre hombres y mujeres son notables. Las mujeres rechazan el amor simultáneo (un 68%) mientras que los hombres lo aceptan en mucha mayor medida (un 47%). Son datos que abundan en las tendencias monogámicas de la mujer y poligámicas del hombre.
Discusión
Las ciencias sociales en pleno abordan el binomio fidelidad-compromiso: la filosofía, la psicología, la religión, la sociología, la ética y la antropología dan sus propias definiciones de ambos conceptos. La monogamia sería el trasunto evolutivo de la fidelidad y el compromiso. Lo natural (que no lo aceptado) es la fidelidad social y la infidelidad sexual. Esto es algo que no sorprende a ningún profesional de las ciencias humanas y sociales pero que sigue sin ser asimilado por el conjunto de la sociedad. Admitiendo la clásica diferencia entre fidelidad sexual y social (o emocional), parece que en el reino animal predomina la infidelidad sexual, representando la fidelidad social un mecanismo de recíproca salvaguarda que en muchas ocasiones tiene fecha de caducidad. Así pues, la pregunta lógica no es el por qué de la fidelidad sino por qué no ser infiel. Lo natural es ser infiel sexualmente pero no lo frecuente ni lo aceptado, aunque cada vez se aproximan más las cifras. Es decir; empleando el clásico ejemplo de que la caries es frecuente pero no natural (lo natural es una dentadura sana), la infidelidad es natural pero no normal. Los argumentos contra la infidelidad en virtud de lo expuesto se efectuarían “contra natura”.
Las convenciones sociales de orden moral desvían arteramente la atención hacia el binomio infidelidad-monogamia o fidelidad-monogamia que son conceptos independientes. La división fidelidad sexual vs emocional algo aclara. Otros binomios mixtificados son fidelidad-compromiso, infidelidad-antidependencia y compromiso-monogamia. En mi opinión la pregunta evolutiva no es ¿por qué somos infieles? sino ¿por qué somos fieles?, o, lo que es igual ¿cual es el origen de la fidelidad y el compromiso? y no a la inversa. Un fiscal tiene que demostrar la culpabilidad del reo partiendo de la presunción de inocencia. Yo parto de la presunción de que tanto la fidelidad como el compromiso representan potenciales de comportamiento que responden a expectativas sociales monogámicas. Notemos que la mayor parte de investigaciones se refieren a la infidelidad sexual. Los datos aquí presentados considero que ofrecen una aproximación válida a la percepción fenomenológica y actitud social de la fidelidad, la infidelidad, la monogamia y el compromiso.
Carlos Sirvent, en dialnet.unirioja.es/
Descripción de libro.
José Luis Velayos
Se plantea una visión antropológica razonada bajo un aspecto unitario, en base a hallazgos científicos de actualidad. Y se expone cómo el cerebro integra determinadas situaciones. El libro, escrito de forma rigurosa, va dirigido a un público general, procurando hacer comprensibles los complejos mecanismos cerebrales implicados.
Se estudian asuntos básicos: la emoción, la consciencia, el humor, el compromiso en libertad, la risa y la sonrisa, las modas, el arte, la música, la geometría cerebral. Se abordan, entre otros, temas vitales: la tristeza, el suicidio, el dolor y la felicidad, el estrés, la ancianidad, la memoria, la solidaridad en época de coronavirus, la “nueva normalidad”. Se tratan temas relacionados con la generación humana: amar y hacer el amor, el cerebro transexual, la sexualidad en el niño, el feminismo, la homosexualidad, la paternidad, la maternidad. Y se hacen reflexiones sobre la muerte, la existencia de Dios, la ausencia de Dios, la inmortalidad, la resurrección.
Libertad para decir lo que uno piensa
Escrito por Jaime Nubiola
Publicado: 07 Abril 2022
Libertad para decir lo que uno piensa. Esta actitud hoy en día requiere valentía, pues a muchos les paraliza el miedo a no ser “políticamente correctos”, a disentir de la “mayoría”
Hace unos días me llamó la atención el editorial del New York Times del pasado 18 de marzo en defensa de la libertad de expresión. Llevaba por título «America Has a Free Speech Problem» y en él se abordaba la creciente dificultad que sienten muchos norteamericanos para expresar sus opiniones en público cuando no coinciden con las de la mayoría, cuando no están de moda, cuando no son las que defienden los medios de comunicación. «La libertad de expresión −afirmaba solemnemente el consejo editorial− es la base del autogobierno democrático». Y añadían unas líneas más abajo: «La libertad de expresión exige una gran disposición para interesarse por las ideas que no nos gusten y una gran moderación frente a las palabras que nos desafíen e incluso nos molesten». Aportaban una encuesta que mostraba el cambio en el espacio público norteamericano en esta materia en las últimas décadas, sobre todo, porque «en el curso de su lucha por la tolerancia, muchos progresistas −añadían− se han vuelto intolerantes con quienes no están de acuerdo con ellos o expresan opiniones diferentes y han asumido una especie de fariseísmo y censura».
Traigo esto a colación porque en una clase reciente en la que había cierto debate sobre una cuestión controvertida, advertí en el rostro de una valiosa alumna que no estaba de acuerdo con lo que decían varios de sus compañeros. Le invité a hablar, pero respondió que no tenía nada que decir. Por la noche me envió un mensaje del que copio lo esencial: «Le escribo para comentarle que la clase de hoy me ha dejado bastante en shock. Soy consciente de que se ha dado cuenta de las caras que estaba poniendo (soy muy expresiva, no lo puedo evitar). Tenía ganas de participar porque no estaba de acuerdo con la mayoría de cosas que se han dicho, pero me ha dado la sensación de que se me iba a echar todo el mundo encima y tampoco quería ofender a nadie… La próxima vez intentaré armarme de valor y participar, porque ahora a posteriori me arrepiento de no haber expuesto lo que pensaba». Le agradecí el mensaje y me dejó pensando que el problema que detecta el New York Times en la sociedad americana viene a ser el mismo que encontramos en nuestras aulas. Muchos alumnos no se atreven a decir lo que piensan por miedo a ser rechazados por los demás.
La semana siguiente planteé a todo el curso esta cuestión para determinar si consideraban que en el aula habíamos logrado crear el espacio de libertad al que cabe aspirar en un curso de «Claves del pensamiento actual». Se trata de un grupo de cincuenta estudiantes de últimos cursos de Comunicación y de Derecho y me resultaron de gran interés sus intervenciones. Anoté en la pizarra tres de sus comentarios. El primero decía que realmente no les gusta discutir, porque lo pasan mal llevando la contraria a alguien. Otro explicaba que los jóvenes de hecho solo hablan con los que piensan como uno y, por tanto, ni siquiera escuchan las opiniones de quienes piensan de forma diferente en una determinada materia. Finalmente, un tercero añadía que muchas veces los jóvenes se callan para no tener que admitir que están equivocados o que son ignorantes, ya que sus opiniones no están suficientemente fundamentadas.
Subí a Facebook un breve post sobre esta materia y ha suscitado una veintena de comentarios; mejor dicho, de testimonios por parte de personas que en su lugar de trabajo, con el grupo de sus amigos o incluso en el ámbito de su familia no se sienten con libertad para expresar sus opiniones por miedo a llevarse un disgusto o a ser rechazados. Escribe Rafael Luis P. desde Argentina: «Se ha perdido la tolerancia en las discusiones, tal vez porque las ideas no están lo suficientemente fundadas, y nadie se escucha, todos hablan a la vez y todo termina mal. Claro ejemplo se ve en las conversaciones o discusiones de los paneles de la televisión, donde los mismos periodistas no son capaces de respetar a sus colegas y los interrumpen, por no hablar de los políticos. Tienes la formidable oportunidad de enseñar a los universitarios a saber escuchar a los demás, a no interrumpir y, sobre todo, a saber fundamentar sus ideas».
A su vez Mario R., desde Kansas: «Soy docente en una universidad pública en los Estados Unidos desde hace veinticinco años. No solamente el «free speech» está amenazado, sino que la autocensura académica es muy grave: autocensura en clase, sobre todo, porque puede perderse el trabajo. En los últimos cinco años esta crisis se ha agudizado».
Los testimonios podrían multiplicarse, pero basta con asomarse a los comentarios casi siempre agresivos y llenos de insultos personales que se publican en las páginas web de los periódicos españoles en su formato digital. Su lectura es del todo desagradable, pues apenas están corregidos o filtrados, ya que eso requiere personas dedicadas a esa tarea. En contraste, los abundantes comentarios a los artículos del New York Times −siempre muy bien escritos− son a menudo tan interesantes como el artículo que comentan porque aportan testimonios u opiniones discrepantes: la experiencia humana es siempre plural.
Libertad para decir lo que uno piensa. Esta actitud hoy en día requiere valentía, pues −como diagnostica Sagrario Z. desde Pamplona− a muchos les paraliza el miedo a no ser “políticamente correctos”, a disentir de la “mayoría”. Como herederos de Sócrates, es misión de quienes nos dedicamos a la filosofía recordar a todos que no debemos renunciar a expresarnos con libertad. Y, por supuesto, hemos de aprender también todos a expresarnos con amabilidad, pues la expresión educada de la propia opinión anima a los demás a responder con la misma libertad e inteligencia.
Jaime Nubiola,
El principio del fin del aborto en los Estados Unidos
El Tribunal Supremo de USA ha decretado que la Constitución americana no otorga el «derecho» al aborto y devuelve la decisión al «pueblo» y sus «representantes electos», es decir, al gobierno de cada estado.
Rafael Palomino Lozano·24 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos
Grupos provida celebran la decisión del Tribunal ©CNS Photo
Ha sido necesario casi medio siglo para que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos revocara su sentencia Roe v. Wade, que declaró la existencia de un derecho constitucional al aborto.
Casi 50 años hasta alcanzar esta nueva sentencia, Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, una importante victoria en favor de los seres humanos no nacidos, que deja tras de sí algo más de sesenta millones de abortos.
Como se recordará, la nueva sentencia Dobbs tuvo ya su polémico preanuncio con la filtración a la prensa, hace unos meses (aún no ha podido determinarse quién filtró el borrador), y con la posterior reacción en contra y a favor de la opinión pública.
Dobbs es un hito jurídico de primer orden, con un valor simbólico innegable. Sin embargo, en realidad no significa que el aborto haya sido abolido en los Estados Unidos de América.
De hecho, la ley del estado de Mississippi de la que trae causa la sentencia no abolía el aborto, lo limitaba en los plazos y en las indicaciones: «Excepto en una emergencia médica o en el caso de una anormalidad fetal severa, una persona no realizará o inducirá intencionalmente un aborto de un ser humano nonato si se ha determinado que la edad gestacional probable del ser humano nonato es mayor de 15 semanas». Entonces, ¿dónde radica la importancia de esta nueva decisión? En muchas cosas, de las cuales selecciono ahora tres.
En primer lugar, en desenmascarar en mito (y la imprecisión jurídica) de que la Constitución de los Estados Unidos alberga un derecho al aborto. No existe tal. Ese pretendido derecho se construyó desde el activismo judicial, que convierte a los jueces en legisladores.
En segundo lugar, en remitir la cuestión a las cámaras legislativas de los cincuenta estados que componen los Estados Unidos. Aquí los esfuerzos pro-vida se multiplicarán en muy distintas versiones en cuanto a la limitación del aborto (ecografía previa, prohibición de aborto si late ya el corazón del bebé, sistemas de indicaciones, obligación de anestesiar al bebé antes de matarlo…) pero, sobre todo, permitirá impulsar normas de protección positiva (ayudas a las madres, centros de acompañamiento al embarazo…).
En tercer lugar, estos cincuenta años han significado la consagración paciente, constante, del movimiento pro-vida. Es movimiento ha supuesto, entre otras cosas, una corriente inter-religiosa transversal y ecuménica que ha reunido a gente de buena voluntad bajo la bandera de la causa común de la vida humana.
En fin, asistimos desde hoy al principio del fin del aborto en los Estados Unidos.
Cuatro señales que indican que tu matrimonio podría estar en crisis
Por Lilia Borlongan-Álvarez / catholicstand.com - 27.06.2022
foto: stefamerpik
Muchas parejas ignoran algunos signos reveladores de problemas, los esconden debajo de la alfombra, por así decirlo, y luego, un día, se dan cuenta de que ya no pueden hacer frente a los asuntos de la vida diaria con sus cónyuges.
Sin embargo, ignorar una crisis no es para nada recomendable; afrontarla es la única forma de superarla. Los psicólogos y los expertos en familia nos hablan de algunos signos comunes de problemas maritales. En el artículo de Reader's Digest , "Claves para un matrimonio duradero", el psicólogo Alan Loy McGinnis enumera varios signos de problemas y aconseja qué hacer con ellos:
Señal #1: Marido y mujer ya no se ríen juntos ni se sorprenden
Esto es cierto entre las parejas que se enfrentan a las presiones del trabajo, los hijos, la familia ampliada y la vida familiar en general. Vuelven a casa del trabajo agotados sin tiempo para divertirse. Por lo tanto, dice McGinnis, una relación descuidada puede volverse aburrida y sin sentido del humor.
Dice que las parejas enamoradas disfrutan planeando placeres inesperados para sus parejas. “Él se detiene en el camino a casa para comprarle una rosa, simplemente porque disfruta viendo el deleite en sus ojos cuando se la entrega. No es tanto la acción como el pensamiento lo que habla de amor. Cuando desaparecen las sorpresas, es una señal segura de que la vitalidad se ha ido del matrimonio”, dice McGinnis.
Señal #2. El esposo o la esposa confía en otras personas y fantasea con tener una aventura
McGinnis menciona que pensar en una aventura incrementa las posibilidades de que la fantasía se haga realidad. Además, cuando uno de los dos se abre con otra persona y expone los problemas de su matrimonio a otro con la mera intención de contarlo, se está violando la intimidad del otro cónyuge y es poco caritativo.
Señal #3. Marido y mujer nunca recuerdan o hablan de sus sentimientos
“La mayoría de las parejas felices fortalecen los lazos saboreando su pasado”, dice McGinnis.
Disfrutan viendo películas familiares, hojeando álbumes de fotos, hablando de aventuras compartidas, riéndose de la forma en que superaron una crisis... cuando dos personas están cerca, disfrutan hablando entre sí sobre lo que creen y cómo están cambiando sus convicciones. Compartir tus creencias más personales no es solo un regalo de amor sino un acto de confianza. Cuando cesa el recuerdo, se ha producido un cambio significativo de sentimientos.
Señal #4. Se evitan el uno al otro
Los síntomas pueden variar: el esposo llega a casa tarde en la noche, la esposa se acuesta temprano, él bebe o juega, ella no está en casa cuando se supone que debe estar. No hace falta decir que su matrimonio está en un gran problema.
Consejos para afrontarlas
McGinnis comparte consejos importantes para las parejas que desean arreglar un matrimonio en problemas y hacerlo feliz y vibrante:
No tengan miedo de hablar de su insatisfacción: Él dice que si uno de los cónyuges tiene el coraje de comenzar, por lo general el otro está ansioso por discutir el problema, escribe McGinnis, diciendo que hay formas correctas e incorrectas de expresar la frustración de uno. En lugar de decir “estás aburrido estos días”, dice, prueba algo como “Cariño, siento que no somos tan cercanos como solíamos ser y lo extraño. ¿Has estado pensando lo mismo?
Hablar y escuchar: McGinnis dice que las parejas casadas más felices generalmente reservan un tiempo regular solo para hablar. “Muchas parejas se benefician de salir de casa para hablar, aunque sea solo para dar un paseo. Esto elimina cualquier tentación de doblar la ropa o mirar televisión en lugar de concentrarse el uno en el otro”, dice.
Tomarse de las manos, abrazarse. Los masajes en la espalda, tomarse de la mano y abrazarse pueden hacer mucho para fortalecer el vínculo matrimonial porque todos necesitamos ese tipo de cercanía física, dice McGinnis.
Encontrar tiempo para divertirte: No es necesario gastar dinero para divertirse, lo importante es pasar un rato juntos, reírse, disfrutarse.
Que las pantallas no se tomen estas vacaciones
Por LaFamilia.info
Foto: freepik
En este período de vacaciones, es importante tener en cuenta algunas apreciaciones alrededor de la tecnología, pues en este tiempo es usual que los niños abusen de las pantallas, y que los padres lo permitan de algún modo, dejando de lado las bondades de otras actividades que son primordiales en el desarrollo de los menores.
La especialista en terapia ocupacional pediátrica, Cris Rowan, y autora del libro “Virtual Child”, escribe en un artículo del Huffington Post sobre la influencia de la tecnología en el desarrollo del niño. Rowan explica que existen cuatro factores críticos y necesarios para un desarrollo saludable del niño, que son el movimiento, el tacto, la conexión humana y el contacto con la naturaleza:
“Estos tipos de aportaciones sensoriales garantizan el desarrollo normal de la postura, la coordinación bilateral, los estados óptimos de excitación y la autorregulación que hacen falta para adquirir las bases necesarias para la escolarización. Los niños pequeños necesitan dos o tres horas al día de juegos activos para adquirir una estimulación sensorial apropiada de sus sistemas vestibular, propioceptivo y táctil. La estimulación táctil recibida al tocar, abrazar y jugar es fundamental para el desarrollo de la praxis, las pautas planificadas de movimiento. Además, el tacto activa el sistema parasimpático, que disminuye el cortisol, la adrenalina y la ansiedad. La naturaleza y el espacio verde no solo ejercen una influencia tranquilizadora sino que restablecen la atención y fomentan el aprendizaje.”
Por eso, los expertos dicen que el tiempo libre de los hijos, ha de cumplir una triple misión: ha de ser un periodo de descanso, diversión y desarrollo. ¿Pero qué pasa cuando la mayor parte de ese tiempo libre está dedicado a la tecnología?
La influencia de la tecnología en el desarrollo del niño
La Dra. Cris Rowan habla de la gran influencia que está teniendo la tecnología en el desarrollo de las nuevas generaciones, la cual los sistemas educativos y sanitarios, apenas están empezando a descubrir:
“La obesidad y la diabetes infantiles son ya epidemias nacionales en Canadá y Estados Unidos, y sus causas están relacionadas con el uso excesivo de las tecnologías. Hay diagnósticos de trastorno de déficit de atención e hiperactividad, autismo, trastorno de coordinación, retrasos en el desarrollo, habla ininteligible, dificultades de aprendizaje, trastorno del procesamiento sensorial, ansiedad, depresión y trastornos del sueño asociados al uso excesivo de las tecnologías y en alarmante aumento. Una mirada más detallada a los factores cruciales para cumplir las etapas de desarrollo y los efectos de las tecnologías en esos factores ayudaría a los padres, educadores y profesionales sanitarios a comprender mejor las complejidades de esta cuestión y a construir estrategias eficaces para reducir el uso de la tecnología.”
Como han cambiado los tiempos…
La especialista recuerda con nostalgia cómo eran las épocas pasadas, en las que los niños se recreaban al aire libre, eran activos y más recursivos a la hora de divertirse:
“Recordar los viejos tiempos en los que éramos niños puede ser útil para intentar comprender los problemas a los que se enfrentan los niños de hoy. Hace solo 20 años, los niños jugaban todo el día al aire libre, montaban en bicicleta, hacían deporte y construían fuertes. Los niños de antes, con su dominio de juegos imaginarios, creaban su propia forma de divertirse, que no necesitaba un equipamiento costoso ni la supervisión de los padres. Los niños de antes se movían... mucho, y su mundo sensorial era natural y sencillo. Antes, la mesa del comedor era un lugar central en el que las familias se reunían para comer y hablar de cómo había ido el día, y después de cenar se convertía en el sitio en el que se hacían bizcochos, trabajos manuales y deberes (…) Hoy las familias son diferentes. La influencia de la tecnología en una familia del siglo XXI está fracturando su base y causando una desintegración de los valores fundamentales que hace tiempo eran el tejido que las unía.” Concluye Rowan.
El control e ingenio de los padres
Es una realidad que los niños de hoy se divierten de una forma diferente a la de tiempos atrás, y sería ilógico no reconocer o prohibir a los menores hacer parte de esa realidad. No obstante, el control de los padres para velar por un uso moderado de los aparatos es la clave del asunto, y más en las vacaciones. Al mismo tiempo es necesario que los padres se esmeren por crear espacios para el juego, las actividades al aire libre y la diversión familiar.
“Todo lo produce y destruye el planeta”
Ya en filosofía profunda, se consideró al planeta como “un ser vivo”; por tanto y como nosotros “los monos humanos”; ha de tener sus propias defensas naturales; para defenderse de ataques ajenos a su propio ser natural; como por ejemplo ocurre hoy con el tan, temido (por lo propagado ya que ha resultado un negocio descomunal) ”virus chino”; por lo que me llama la atención la tan temida y cacareada contaminación de los plásticos; que al final, no son otra cosa que materias procedentes del propio vientre de nuestro planeta.
Recordemos igualmente lo que nos dicen los que se consideran eruditos en la formación de “cuerpos estelares” y que nos sirven en innumerable documentales; donde incluso se nos muestra, lo que se estima fue la formación del planeta; procedente de “materias estelares” diminutas, las que por lo que sea, se condensaron (y siguen condensándose) hasta formar los múltiples cuerpos estelares o planetarios que hay en el Universo; los que indefectiblemente, lo hicieron y hacen, con suma violencia, donde las reacciones “infernales”, al final dieron en el nuestro, esos “corpúsculos de vida, de los que se nos asegura, somos los seres humanos, simplemente unos descendientes animales más”. “Dejemos a Dios o los Dioses aparte, puesto que ello es tan discutible, que lo único que se puede asegurar, es los resultados finales, tangibles y palpables, como somos nosotros mismos; puesto que intentar resolver si primero fue “el huevo o la gallina”; ello es imposible y queda dentro del misterio que en realidad, es “la vida”, tal y como la conocemos.
Por todo ello me llama la atención (“ya no me sorprende apenas nada”) lo que les copio, dejándoles la dirección, por si quieren ver el resto; y es lo que sigue: “La Gran Mancha de Basura del Pacífico también alberga una gran riqueza de especies marinas: Los investigadores descubrieron una abundante vida marina en medio de los desechos que flotan sobre la superficie del Pacífico; el hallazgo podría tener implicaciones para las labores de limpieza del océano. A bordo de un barco que acompañaba al nadador Ben Lecomte, a través de la Gran Mancha de Basura del Pacífico, tomaron muestras del agua y encontraron altas concentraciones de neuston u organismos que viven en la superficie. En 2019, el nadador francés Benoit Lecomte nadó más de 300 millas náuticas a través de la Gran Mancha de Basura del Pacífico para generar conciencia sobre la contaminación del plástico en los mares. En su recorrido, a menudo se sorprendía al ver que no estaba solo. “Cada vez que veía un desperdicio de plástico flotante había vida a su alrededor”, comentó Lecomte. La mancha no era tanto una isla de basura como una sopa de basura de botellas de plástico, redes de pesca, neumáticos y cepillos de dientes. Y en su superficie flotaban dragones azules nudibranquios, carabelas portuguesas y otros pequeños animales que viven en la superficie, conocidos en conjunto como el neuston. Los científicos a bordo del barco que acompañaba la travesía de Lecomte, tomaron de manera sistemática muestras de las aguas superficiales de la mancha. El equipo descubrió que había concentraciones mucho más altas del neuston dentro de la mancha que afuera de ella. En algunas partes de la mancha, había casi tanto neuston como trozos de plástico”. https://www.nytimes.com/es/2022/05/11/espanol/mancha-de-basura-pacifico.html
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Y como estamos viendo, que “la asquerosa política actual”, toda ella, se basa en “meternos miedos y terrores”; seguro que internacionalmente, “los gabinetes secretos; todos están compinchados para crear ese ambiente de terror”, para así dominarnos mucho mejor; por todo ello, conviene a cada cual, que empiece a ejercitarse por sí mismo y a pensar analizando individualmente; y por lógica aceptando lo que en realidad es el mundo y la vida; que si bien tiene sus miedos y misterios, pero hay que vivirla con la entereza que corresponde a un verdadero ser humano, que como individuo es capaz de enfrentarse a su propia vida y no dejarse llevar, por estos inútiles que dicen gobernarnos; y los que no nos “predican”, nada más que miedos y terrores; presentándose ellos como únicos salvadores de la siempre tragedia de la vida humana, que sí, que lo es, y cada uno de nosotros tenemos que vivir la nuestra, pero sepámoslo hacer con la entereza que nos corresponde y no sugestionados por tanto bandido y sinvergüenza, que vive opíparamente a costa de nosotros;y seguro que se ríe en la sombra que cubren, “sus siempre obscuros negocios”, que son siempre materiales.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí mucho más)
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