Ideas Claras
DE INTERES PARA HOY sábado, 25 de junio de 2022
Indice:
X Encuentro Mundial de las Familias Roma 2022: Oración oficial
El Papa Francisco no renuncia: “Quiero vivir mi misión hasta que Dios me lo permita”
El Papa: “El Señor se toma en serio todas nuestras necesidades”
EL INMACULADO CORAZÓN DE LA VIRGEN MARÍA* : Francisco Fernandez Carbajal
Evangelio del sábado: Inmaculado Corazón de María
Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de Maria
“La mies es mucha y pocos los operarios” : San Josemaria
¿Rezar cuando me “nazca”? | El Modelo de toda familia : José Martínez Colín
El demonio, «¿un cuento infantil?»: magistral lección de un exorcista a un conocido cura influencer
El divorcio y los prejuicios : Plinio Corrêa de Oliveira
Vivamos bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús : Silvia del Valle Márquez.
Castidad y fidelidad en el noviazgo : José Luis Soria
Iglesia prófuga, millones de cristianos entre los refugiados
¿Por qué Dios estableció desigualdades en la sociedad? : John Horvat
Murmuración, mal negocio : por ALEJO FERNANADEZ PEREZ
La legalización de las drogas blandas : Jesús Domingo Martínez
La ancianidad no como una carga : José Morales Martín
La emotividad es necesaria pero… : Jesús Martínez Madrid
El saqueo del dinero público la horrenda política mundial : Antonio García Fuente
X Encuentro Mundial de las Familias Roma 2022: Oración oficial
“El amor familiar: vocación y camino de santidad”
El Papa cogiendo a una niña en brazos © Vatican Media
La diócesis de Roma y el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida han presentado la oración oficial para el X Encuentro Mundial de las Familias que se celebrará en Roma del 22 al 26 de junio del año 2022. Así lo han transmitido a través de un comunicado conjunto hoy, jueves 22 de abril de 2021.
Rezar con Amoris Laetitia
El comunicado también informa de que el cardenal Joseph Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio, ha comentado la noticia afirmando que “rezar es una forma de entrar en el corazón del Año Amoris Laetitia y en la preparación del evento que tendrá lugar en Roma”, y que “muchas familias y comunidades han esperado mucho tiempo para poder llegar, al menos espiritualmente, a Roma. La oración les acompañará y les ayudará a acoger el mensaje del encuentro”.
“La oración estará en el corazón del camino de preparación, guiará los trabajos e inspirará las reflexiones para discernir, a la luz de la fe, los nuevos desafíos que la emergencia pandémica plantea a la comunidad eclesial en relación con las familias”, ha añadido el vicario Angelo De Donatis, y ha invitado “a todos a prepararse para este acontecimiento de gracia que la Iglesia de Roma tiene la alegría de organizar, dirigiendo esta oración al Señor en la intimidad de la propia familia, junto con la comunidad parroquial y diocesana”.
Sobre la oración oficial
Igualmente, la nota del Dicasterio destaca que la oración oficial del Encuentro Mundial de las Familias en Roma “nace de un profundo agradecimiento al Padre Celestial por el gran don de la Familia, lugar privilegiado de relaciones amorosas”. Está inspirado en el tema elegido por el Papa Francisco para el evento, y está pensada “como una herramienta pastoral: puede recitarse desde ahora en las parroquias, en las comunidades, en casa, para prepararse al evento internacional del próximo año”.
El purpurado Farrell ha subrayado que “del amor vivido en la familia nace la vocación de cada hijo; es el amor saboreado en el hogar el que traza las primeras sendas del camino de la santidad”, y que “la experiencia de la oración nos introduce en el sentido profundo y salvífico de las relaciones en la vida cotidiana”.
Los binomios familia y vocación, junto con familia y santidad, prosigue, “muestran cómo las relaciones familiares tienen una importancia básica en la generación del amor. En una época caracterizada por las pruebas y las dificultades, en la que la familia vive y afronta retos y dificultades, hablar de santidad familiar podría parecer anacrónico o inapropiado. De ahí la importancia de la oración para vivir plenamente el sacramento del matrimonio”.
“La relación con Dios, en efecto, permite a los esposos cristianos revivir cada día la Gracia recibida que los sostiene en sus fatigas y luchas cotidianas. Nuestra vida puede ser siempre un camino de santidad personal, de pareja o de familia, un camino para crecer en el amor a los demás. Cada miembro de la familia, niño, joven, padre o abuelo, está llamado a redescubrir en sí mismo una llamada a la santidad. En este sentido, la vida familiar puede convertirse en una expresión del ‘rostro más bello de la Iglesia’ (GE 9). Esto revela la fecundidad de una lectura cruzada de Amoris Laetitia y Gaudete et Exsultate, que el Papa Francisco nos propone en el tema del Encuentro para comprender plenamente la vocación de la familia”, manifiesta.
Para concluir, el cardenal De Donatis ha dicho que los esposos cristianos, “siguiendo las huellas de ilustres santos y beatos y sostenidos por su intercesión, están invitados a recorrer juntos su camino de santidad. Siguiendo el ejemplo de los padres de santa Teresa de Lisieux o del matrimonio Beltrame Quattrocchi, están llamados a vivir con confianza las pruebas dolorosas de la vida y a ver en la trama de su amor la presencia fiel de Cristo. Del impulso de esperanza generado por el amor fiel de Dios nace el deseo de anunciar su amor y hacer de la familia ‘vía de la Iglesia’ (AL 69), lugar donde se alimentan nuevas vocaciones”.
A continuación, sigue el texto íntegro de la oración oficial del Encuentro Mundial de las Familias en Roma 2022.
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El amor familiar: vocación y camino de santidad
Oración oficial para el X Encuentro Mundial de las Familias 22-26 de junio de 2022
Padre Santo, estamos aquí ante Ti
para alabarte y agradecerte el gran don de la familia.
Te pedimos por las familias
consagradas en el sacramento del matrimonio, para que redescubran cada día la gracia recibida y, como pequeñas Iglesias domésticas,
sepan dar testimonio de tu Presencia
y del amor con el que Cristo ama a la Iglesia.
Te pedimos por las familia
que pasan por dificultades y sufrimientos,
por enfermedad, o aprietos que sólo Tú conoces:
Sostenlas y hazlas conscientes
del camino de santificación al que las llamas,
para que puedan experimentar Tu infinita misericordia y encontrar nuevas formas de crecer en el amor.
Te pedimos por los niños y los jóvenes, para que puedan encontrarte
y responder con alegría a la vocación que has pensado para ellos;
por los padres y los abuelos, para que sean conscientes de que son signo de la paternidad y maternidad de Dios
en el cuidado de los niños que, en la carne y en el espíritu, Tú les encomiendas;
y por la experiencia de fraternidad que la familia puede dar al mundo.
Señor, haz que cada familia
pueda vivir su propia vocación a la santidad en la Iglesia como una llamada a ser protagonista de la evangelización, al servicio de la vida y de la paz,
en comunión con los sacerdotes y todo estado de vida.
Bendice el Encuentro Mundial de las Familias
Amén
© Librería Editora Vaticana
El Papa Francisco no renuncia: “Quiero vivir mi misión hasta que Dios me lo permita”
Zanjados rumores surgidos en las últimas semanas
Audiencia General, 22 junio 2022 © Vatican Media
“Quiero vivir mi misión hasta que Dios me lo permita”, el Papa Francisco zanja las especulaciones sobre su posible renuncia con estas palabras emitidas durante una audiencia con los obispos de Brasil, que se encuentran en visita ad limina.
Al ser interrogado por Vatican News, el pasado 20 de junio, sobre la salud del Papa, el arzobispo brasileño de Porto Velho, monseñor Roque Palosch, confirmó que el Santo Padre “manifestó que tiene muchos desafíos” y que no se le pasa por la cabeza lo que está saliendo en estos días en la prensa sobre su posible renuncia: “Quiero vivir mi misión hasta que Dios me lo permita”.
El 4 de junio de 2022, la Oficina de Prensa de la Santa Sede anunció que el Obispo de Roma visitará a finales de junio la ciudad italiana de L’Aquila. Allí está sepultado el Papa Celestino V, cuyo pontificado duró solo cinco meses en 1294.
Algunos aludieron también a que cuando el papa emérito Benedicto XVI renunció en 2013 había visitado la tumba de ese pontífice unos años antes. No obstante, la visita a esta ciudad supone una tradición centenaria que no se realiza desde 2009, fecha en la que tuvo lugar un terremoto que acabó con la vida de más de 300 personas.
Este hecho, unido a los problemas con la rodilla que Francisco presenta desde hace meses y que le han obligado a posponer, que no cancelar, el próximo viaje papal a el Congo y Sudán del Sur, han desatado las especulaciones y rumores en medios y redes sociales.
“La Iglesia se gobierna con la mente y el corazón y no por los pies”
El pasado 7 de junio, Mons. Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, miembro del Consejo de cardenales y arzobispo de Tegucigalpa, conversó con Suyapa Medios para desmentir las teorías sobre la posible renuncia del Sucesor de Pedro.
“Cuando una persona no tiene nada que hacer se dedica a fantasear”, expresó, aclarando que el Obispo de Roma “no está enfermo”, sino temporalmente limitado físicamente por una dolencia en la rodilla. Esto, indicó, no quiere decir que está incapacitado, pues “la Iglesia se gobierna con la mente y el corazón y no por los pies”.
El cardenal Rodríguez Maradiaga también indicó que en estos momentos se encuentran en un período de aplicación de la Constitución de la Reforma de la Curia Vaticana, a través de la nueva constitución apostólica, Praedicate Evangelium, que entró en vigor el pasado 5 de junio, día de Pentecostés.
Finalmente, el arzobispo de Tegucigalpa pidió oraciones por el Papa Francisco y no prestar atención a rumores mal intencionados.
“El Papa no es futbolista, sino pastor”
Por su parte, más recientemente, el 21 de junio de 2022, Jorge Mario Eastman, embajador de Colombia ante la Santa Sede, expuso en su cuenta de Twitter: “Se mueven las fake news en redes, aupadas por retardatarios de Estados Unidos que sugieren que el Papa Francisco está pensando en renunciar. Todo eso es carreta”.
“Está como un lulo, la cabeza intacta y el humor a 100. Tiene un dolor de rodilla incómodo, pero él no es futbolista sino Pastor”, añadió.
El Papa: “El Señor se toma en serio todas nuestras necesidades”
Palabras del Santo Padre antes del Ángelus
Ángelus 19 junio 2022 © Vatican Media
“El Señor se toma en serio todas nuestras necesidades” dice el Papa Francisco en el Ángelus de este domingo, 19 de junio de 2022, Fiesta del Corpus Christi.
“El Señor se toma en serio todas nuestras necesidades, empezando por las más elementales. Y quiere dar ejemplo a los discípulos diciendo: “Dadles vosotros de comer” (v. 13), a esa gente que le había escuchado durante la jornada”. Exhorta el Santo Padre, “Nuestra adoración eucarística encuentra su verificación cuando cuidamos del prójimo, como hace Jesús: en torno a nosotros hay hambre de comida, pero también de compañía, hay hambre de consuelo, de amistad, de buen humor, hay hambre de atención, hay hambre de ser evangelizados. Esto encontramos en el Pan eucarístico: la atención de Cristo a nuestras necesidades, y la invitación a hacer lo mismo hacia quien está a nuestro lado”
A continuación, siguen las palabras del Papa al introducir la oración mariana, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
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Palabras del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y feliz domingo!
En Italia y en otros países hoy se celebra la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. La Eucaristía, instituida en la Última Cena, fue como el punto de llegada de un recorrido, a lo largo del cual Jesús la había prefigurado a través de algunos signos, sobre todo la multiplicación de los panes, narrada en el Evangelio de la Liturgia de hoy (cfr Lc 9,11b-17). Jesús cuida de la gran multitud que lo ha seguido para escuchar su palabra y ser liberada de varios males. Bendice cinco panes y dos peces, los parte, los discípulos distribuyen, y “comieron todos hasta saciarse” (Lc 9,17), dice el Evangelio. En la Eucaristía cada uno puede experimentar esta amorosa y concreta atención del Señor. Quien recibe con fe el Cuerpo y la Sangre de Cristo no solo come, sino que queda saciado. Comer y quedar saciados: se trata de dos necesidades fundamentales, que se satisfacen en la Eucaristía.
Comer. “Comieron todos”, escribe San Lucas. Al atardecer los discípulos aconsejan a Jesús que despida a la multitud, para que pueda ir a buscar comida. Pero el Maestro quiere proveer también a esto: quiere dar también de comer a quien le ha escuchado. Pero el milagro de los panes y de los peces no sucede de forma espectacular, sino casi de forma reservada, como en las bodas de Caná: el pan aumenta pasando de mano en mano. Y mientras come, la multitud se da cuenta de que Jesús se encarga de todo. Este es el Señor presente en la Eucaristía: nos llama a ser ciudadanos del Cielo, pero mientras tanto tiene en cuenta el camino que debemos afrontar aquí en la tierra. Si tengo poco pan en la bolsa, Él lo sabe y se preocupa.
A veces se corre el riesgo de confinar la Eucaristía a una dimensión vaga, lejana, quizá luminosa y perfumada de incienso, pero lejos de las situaciones difíciles de la vida cotidiana. En realidad, el Señor se toma en serio todas nuestras necesidades, empezando por las más elementales. Y quiere dar ejemplo a los discípulos diciendo: “Dadles vosotros de comer” (v. 13), a esa gente que le había escuchado durante la jornada. Nuestra adoración eucarística encuentra su verificación cuando cuidamos del prójimo, como hace Jesús: en torno a nosotros hay hambre de comida, pero también de compañía, hay hambre de consuelo, de amistad, de buen humor, hay hambre de atención, hay hambre de ser evangelizados. Esto encontramos en el Pan eucarístico: la atención de Cristo a nuestras necesidades, y la invitación a hacer lo mismo hacia quien está a nuestro lado. Es necesario comer y dar de comer.
Pero, además del comer, no debe faltar el quedar saciados. ¡La multitud se sació por la abundancia de comida, y también por la alegría y el estupor de haberlo recibido de Jesús! Ciertamente necesitamos alimentarnos, pero también quedar saciados, saber que el alimento nos es dado por amor. En el Cuerpo y en la Sangre de Cristo encontramos su presencia, su vida donada por cada uno de nosotros. No nos da solo la ayuda para ir adelante, sino que se da a sí mismo: se hace nuestro compañero de viaje, entra en nuestras historias, visita nuestras soledades, dando de nuevo sentido y entusiasmo. Esto nos sacia, cuando el Señor da sentido a nuestra vida, a nuestras oscuridades, a nuestras dudas, pero Él ve el sentido y este sentido que nos da el Señor nos sacia, esto nos da ese “algo más” que todos buscamos: ¡es decir la presencia del Señor! Porque al calor de su presencia nuestra vida cambia: sin Él sería realmente gris. Adorando el Cuerpo y la Sangre de Cristo, pidámosle con el corazón: “¡Señor, dame el pan cotidiano para ir adelante, Señor sáciame con tu presencia!”.
Que la Virgen María nos enseñe a adorar a Jesús vivo en la Eucaristía y a compartirlo con nuestros hermanos y hermanas.
EL INMACULADO CORAZÓN DE LA VIRGEN MARÍA*
Memoria
— El Corazón de María.
— Un Corazón materno.
— Cor Mariae dulcissimum, iter para tutum.
I. En mí está toda gracia del camino y de verdad, en mí toda esperanza de vida y de fuerza1, leemos en la Antífona de entrada de la Misa.
Como considerábamos en la fiesta de ayer, el corazón expresa y es símbolo de la intimidad de la persona. La primera vez que se menciona en el Evangelio el Corazón de María es para expresar toda la riqueza de esa vida interior de la Virgen: María -escribe San Lucas- guardaba todas estas cosas, ponderándolas en su corazón2.
El Prefacio de la Misa proclama que el Corazón de María es sabio, porque entendió como ninguna otra criatura el sentido de las Escrituras, y conservó el recuerdo de las palabras y de las cosas relacionadas con el misterio de la salvación; inmaculado, es decir, inmune de toda mancha de pecado; dócil, porque se sometió fidelísimamente al querer de Dios en todos sus deseos; nuevo, según la antigua profecía de Ezequiel –os daré un corazón nuevo y un espíritu nuevo3–, revestido de la novedad de la gracia merecida por Cristo; humilde, imitando el de Cristo, que dijo: Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón4; sencillo, libre de toda duplicidad y lleno del Espíritu de verdad; limpio, capaz de ver a Dios según la Bienaventuranza del Señor5; firme en la aceptación de la voluntad de Dios, cuando Simeón le anunció que una espada de dolor atravesaría su corazón6, cuando se desató la persecución contra su Hijo7 o llegó el momento de su Muerte; dispuesto, ya que, mientras Cristo dormía en el sepulcro, a imitación de la esposa del Cantar de los Cantares8, estuvo en vela esperando la resurrección de Cristo.
El Corazón Inmaculado de María es llamado, sobre todo, santuario del Espíritu Santo9, en razón de su Maternidad divina y por la inhabitación continua y plena del Espíritu divino en su alma. Esta maternidad excelsa, que coloca a María por encima de todas las criaturas, se realizó en su Corazón Inmaculado antes que en sus purísimas entrañas. Al Verbo que dio a luz según la carne lo concibió primeramente según la fe en su corazón, afirman los Santos Padres10. Por su Corazón Inmaculado, lleno de fe, de amor, humilde y entregado a la voluntad de Dios, María mereció llevar en su seno virginal al Hijo de Dios.
Ella nos protege siempre, como la madre al hijo pequeño que está rodeado de peligros y dificultades por todas partes, y nos hace crecer continuamente. ¿Cómo no vamos a acudir diariamente a Ella? «“Sancta Maria, Stella maris” -Santa María, Estrella del mar, ¡condúcenos Tú!
»-Clama así con reciedumbre, porque no hay tempestad que pueda hacer naufragar el Corazón Dulcísimo de la Virgen. Cuando veas venir la tempestad, si te metes en ese Refugio firme, que es María, no hay peligro de zozobra o de hundimiento»11. En él encontramos un puerto seguro donde es imposible naufragar.
II. María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón12.
El Corazón de María conservaba como un tesoro el anuncio del Ángel sobre su Maternidad divina; guardó para siempre todas las cosas que tuvieron lugar en la noche de Belén y lo que refirieron los pastores ante el pesebre, y la presencia, días o meses más tarde, de los Magos con sus dones, y la profecía del anciano Simeón, y las zozobras de su viaje a Egipto... Más tarde, le impresionó profundamente la pérdida de su Hijo en Jerusalén, a la edad de doce años, y las palabras que Este les dijo a Ella y a José cuando por fin, angustiados, le encontraron. Luego descendió con ellos a Nazareth y les estaba sometido. Pero María conservaba todas estas cosas en su corazón13. Jamás olvidó María, en los años que vivió aquí en la tierra, los acontecimientos que rodearon la muerte de su Hijo en la Cruz y las palabras que allí oyó a Jesús: Mujer, he ahí a tu hijo14. Y al señalar a Juan, Ella nos vio a todos nosotros y a todos los hombres. Desde aquel momento nos amó en su Corazón con amor de madre, con el mismo con que amó a Jesús. En nosotros reconoció a su Hijo, según lo que Este mismo había dicho: Cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a Mí me lo hicisteis15.
Pero Nuestra Señora ejerció su maternidad antes de que se consumase la redención en el Calvario, pues Ella es madre nuestra desde el momento en que prestó, mediante su fiat, su colaboración a la salvación de todos los hombres. En el relato de las bodas de Caná, San Juan nos revela un rasgo verdaderamente maternal del Corazón de María: su atenta solicitud por los demás. Un corazón maternal es siempre un corazón atento, vigilante: nada de cuanto atañe al hijo pasa inadvertido a la madre. En Caná, el Corazón maternal de María despliega su vigilante cuidado en favor de unos parientes o amigos, para remediar una situación embarazosa, pero sin consecuencias graves. Ha querido mostrarnos el Evangelista, por inspiración divina, que a Ella nada humano le es extraño ni nadie queda excluido de su celosa ternura. Nuestros pequeños fallos y errores, lo mismo que las culpas grandes, son objeto de sus desvelos. Le interesan los olvidos y preocupaciones, y las angustias grandes que a veces pueden anegar el alma. No tienen vino16, dice a su Hijo. Todos están distraídos, nadie se da cuenta. Y aunque parece que no ha llegado aún la hora de los milagros, Ella sabe adelantarla.
María conoce bien el Corazón de su Hijo y sabe cómo llegar hasta Él; ahora, en el Cielo, su actitud no ha variado. Por su intercesión nuestras súplicas llegan «antes, más y mejor» a la presencia del Señor. Por eso, hoy podemos dirigirle la antigua oración de la Iglesia: Recordare, Virgo Mater Dei, dum steteris in conspectu Domini, ut loquaris pro nobis bona17, Virgen Madre de Dios, Tú que estás continuamente en su presencia, habla a tu Hijo cosas buenas de nosotros. ¡Bien que lo necesitamos!
Al meditar sobre esta advocación de Nuestra Señora, no se trata quizá de que nos propongamos una devoción más, sino de aprender a tratarla con más confianza, con la sencillez de los niños pequeños que acuden a sus madres en todo momento: no solo se dirigen a ella cuando están en gravísimas necesidades, sino también en los pequeños apuros que les salen al paso. Las madres les ayudan con alegría a resolver los problemas más menudos. Ellas –las madres– lo han aprendido de nuestra Madre del Cielo.
III. Al considerar el esplendor y la santidad del Corazón Inmaculado de María, podemos examinar hoy nuestra propia intimidad: si estamos abiertos y somos dóciles a las gracias y a las inspiraciones del Espíritu Santo, si guardamos celosamente el corazón de todo aquello que le pueda separar de Dios, si arrancamos de raíz los pequeños rencores, las envidias... que tienden a anidar en él. Sabemos que de su riqueza o pobreza hablarán las palabras y las obras, pues el hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca cosas buenas18.
De nuestra Señora salen a torrentes las gracias de perdón, de misericordia, de ayuda en la necesidad... Por eso, le pedimos hoy que nos dé un corazón puro, humano, comprensivo con los defectos de quienes están junto a nosotros, amable con todos, capaz de hacerse cargo del dolor en cualquier circunstancia en que lo encontremos, dispuesto siempre a ayudar a quien lo necesite. «¡Mater Pulchrae dilectionis, Madre del Amor Hermoso, ruega por nosotros! Enséñanos a amar a Dios y a nuestros hermanos como tú los has amado: haz que nuestro amor hacia los demás sea siempre paciente, benigno, respetuoso (...), haz que nuestra alegría sea siempre auténtica y plena, para poder comunicarla a todos»19, y especialmente a quienes el Señor ha querido que estemos unidos con vínculos más fuertes.
Recordamos hoy cómo, cuando las necesidades han apremiado, la Iglesia y sus hijos han acudido al Corazón Dulcísimo de María para consagrar el mundo, las naciones o las familias20. Siempre hemos tenido la intuición de que solo en su Dulce Corazón estamos seguros. Hoy le hacemos entrega, una vez más, de lo que somos y tenemos. Dejamos en su regazo los días buenos y los que parecen malos, las enfermedades, las flaquezas, el trabajo, el cansancio y el reposo, los ideales nobles que el Señor ha puesto en nuestra alma; ponemos especialmente en sus manos nuestro caminar hacia Cristo para que Ella lo preserve de todos los peligros y lo guarde con ternura y fortaleza, como hacen las madres. Cor Mariae dulcissimum, iter para tutum, Corazón dulcísimo de María, prepárame..., prepárales un camino seguro21.
Terminamos nuestra oración pidiendo al Señor, con la liturgia de la Misa: Señor, Dios nuestro, que hiciste del Inmaculado Corazón de María una mansión para tu Hijo y un santuario del Espíritu Santo, danos un corazón limpio y dócil, para que, sumisos siempre a tus mandatos, te amemos sobre todas las cosas y ayudemos a los hermanos en sus necesidades22.
1 Antífona de entrada. Misas de la Virgen María, I. Misa del Inmaculado Corazón de la Virgen María, n. 28. — 2 Lc 2, 19. — 3 Cfr. Ez 36, 26. — 4 Mt 11, 29. — 5 Cfr. Mt 5, 8. — 6 Cfr. Lc 2, 35. — 7 Cfr. Mt 2, 13. — 8 Cfr. Cant 5, 2. — 9 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 53. — 10 Cfr. San Agustín, Tratado sobre la virginidad, 3. — 11 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 1055. — 12 Antífona de comunión, Lc 2, 19. — 13 Lc 2, 51. — 14 Jn 19, 26. — 15 Mt 25, 40. — 16 Cfr. Jn 2, 3. — 17 Misal de San Pío V, Oración sobre las ofrendas de la Misa de Santa María Medianera de todas las gracias; cfr. Jer 18, 20. — 18 Mt 12, 35. — 19 Juan Pablo II, Homilía 31-V-1979. — 20 Cfr. Pío XII, Alocución Benedicite Deum, 31-X-1942; Juan Pablo II, Homilía en Fátima, 13-V-1982. — 21 Cfr. Himno Ave Maris Stella. — 22 Oración colecta de la Misa.
Después de la consagración del mundo al dulcísimo y maternal Corazón de la Virgen María en 1942, llegaron numerosas peticiones al Romano Pontífice para que extendiera el culto al Inmaculado Corazón de María, que ya existía en algunos lugares, a toda la Iglesia. Pío XII accedió en 1945, «seguros de encontrar en su amantísimo Corazón... el puerto seguro en medio de las tempestades que por todas partes nos apremian». A través del símbolo del corazón, veneramos en María su amor purísimo y perfecto a Dios y su amor maternal hacia cada hombre. En él encontramos refugio en medio de todas las dificultades y tentaciones de la vida y el camino seguro -iter para tutum- para llegar prontamente a su Hijo.
Evangelio del sábado: Inmaculado Corazón de María
Comentario de la memoria del Inmaculado Corazón de María. “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre?”: La Virgen María no entiende, pero se fía de Jesús porque los planes de Dios son más grandes que los planes de los hombres. Pidamos a María tener un corazón a la manera del suyo, siempre dispuestos a aceptar la voluntad de Dios.
25/06/2022
Evangelio (Lc 2, 41-51)
Sus padres iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y cuando tuvo doce años, subieron a la fiesta, como era costumbre. Pasados aquellos días, al regresar, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo advirtiesen sus padres. Suponiendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino buscándolo entre los parientes y conocidos, y al no encontrarlo, volvieron a Jerusalén en su busca. Y al cabo de tres días lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles. Cuantos le oían quedaban admirados de su sabiduría y de sus respuestas. Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre:
—Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo, angustiados, te buscábamos.
Y él les dijo:
—¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre?
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Comentario
Hoy celebramos en la Iglesia la fiesta del Sagrado Corazón de María. Los Corazones de Jesús y de María están maravillosamente unidos desde el momento de la Encarnación. La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de María. El papa Pío XII estableció la fiesta para toda la Iglesia el 4 de mayo de 1944. Por medio de la intercesión de María obtenemos la paz entre las naciones, libertad para la Iglesia, la conversión de los pecadores, amor a la pureza y la práctica de las virtudes.
En el Evangelio de hoy, la Sagrada Familia acude al Templo de Jerusalén. Lo hacen por devoción. La Ley de Moisés obligaba a los varones israelitas a presentarse ante el Señor tres veces por año: en Pascua, en Pentecostés y en la fiesta de los Tabernáculos. Ese deber no afectaba a las mujeres ni a los niños antes de que cumplieran 13 años. Además, en tiempos de Jesús, era costumbre que sólo los que residían a menos de una jornada de viaje hiciesen esa peregrinación, que además se solía limitar a la fiesta de Pascua. Como Nazaret distaba de Jerusalén varios días de camino, tampoco José se hallaba estrictamente ligado por el precepto. Sin embargo, tanto él como María iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de Pascua (Lc 2, 41).
En el camino de vuelta, los varones y las mujeres viajaban por separado. Los niños podían ir con cualquiera de los dos grupos. María y José se percatan de que Jesús no está y angustiados le buscan entre los parientes y conocidos (Lc 2, 44). A toda prisa, quizá esa misma noche, regresaron en su busca a Jerusalén. Al tercer día de búsqueda lo hallaron en el Templo. Lo encontraron sentado en medio de los doctores, escuchándolos y preguntándoles. Y cuantos le oían, quedaban admirados de su sabiduría y de sus respuestas (Lc 2, 46-47).
También la Virgen y su Esposo, al verlo, se maravillaron (Lc 2, 48). Pero su asombro no se debía a la sabiduría de las respuestas, sino a que era la primera vez que sucedía algo semejante: Jesús, el hijo obedientísimo, se había quedado en Jerusalén, sin avisarles.
—Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo, angustiados, te buscábamos. Y Él les respondió: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que Yo esté en las cosas de mi Padre? Pero ellos no comprendieron lo que les dijo (Lc 2, 48-50).
Ellos no comprendieron la respuesta que les dio (Lc 2, 50). María y José no entienden. Jesús quiere revelar los aspectos misteriosos de su intimidad con el Padre, aspectos que María intuye, pero sin saberlos relacionar con la prueba que estaba atravesando. La respuesta de María es admirable. En lo más profundo de su alma conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón (Lc 2, 51).
Al recibir esa respuesta, sin comprenderla, María y de José acataron los planes de Dios, con una humildad y una docilidad plenas. Es una lección para todos los cristianos, que nos invita a aceptar con amor las manifestaciones de la Providencia divina, aunque en ocasiones no las entendamos. El corazón de María se une totalmente al corazón de Jesús. No entiende, pero se fía porque sabe que los planes de Dios son más grandes que los planes de los hombres. Pidamos a María tener un corazón a la manera del suyo, siempre dispuestos a aceptar la voluntad de Dios.
¡Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros!
Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de Maria
El Papa Francisco ha dado a conocer la oración que se usará para la consagración de Rusia y Ucrania. Una oración larga y sentida, en la que se le pide que interceda a Dios para que se haga el milagro y llegue la paz.
23/03/2022
En la carta a los obispos, el Santo Padre ha escrito:
Ha pasado casi un mes desde el inicio de la guerra en Ucrania, que está causando sufrimientos cada día más terribles en esa martirizada población, amenazando incluso la paz mundial. La Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto. En este sentido, agradezco a todos aquellos que están respondiendo con gran generosidad a mis llamamientos a la oración, al ayuno y a la caridad.
Ahora, acogiendo también numerosas peticiones del Pueblo de Dios, deseo encomendar de modo especial a la Virgen las naciones en conflicto. Como dije ayer al finalizar la oración del Ángelus, el 25 de marzo, Solemnidad de la Anunciación, deseo realizar un solemne Acto de consagración de la humanidad, particularmente de Rusia y de Ucrania, al Corazón inmaculado de María. Puesto que es bueno disponerse a invocar la paz renovados por el perdón de Dios, el Acto se hará en el contexto de una Celebración de la Penitencia, que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro a las 17:00, hora de Roma. El Acto de consagración está previsto en torno a las 18:30.
Quiere ser un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la humanidad a la Reina de la paz. Por esta razón, lo invito a unirse a dicho Acto, convocando, el día viernes 25 de marzo, a los sacerdotes, religiosos y demás fieles a la oración comunitaria en los lugares sagrados, para que el Pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante. A este respecto, le transmito el texto de la oración de consagración, para poder recitarla durante ese día, en fraterna unión.
Le agradezco la acogida y la colaboración. Lo bendigo de corazón a Usted y a los fieles confiados a su cuidado pastoral. Que Jesús los proteja y la Virgen Santa los cuide. Recen por mí.
Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de Maria
Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz.
Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo. Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común. Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra, hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas. Nos hemos vuelto indiferentes a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: perdónanos, Señor.
Post en Instagram en el que el Papa Francisco invita a unirse al solemne Acto de consagración de la humanidad, especialmente de Rusia y Ucrania, al Corazón Inmaculado de María
En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo. Es Él quien te ha entregado a nosotros y ha puesto en tu Corazón inmaculado un refugio para la Iglesia y para la humanidad. Por su bondad divina estás con nosotros, e incluso en las vicisitudes más adversas de la historia nos conduces con ternura.
Por eso recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio.
Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2,3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna.
Acoge, oh Madre, nuestra súplica.
Tú, estrella del mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.
Tú, arca de la nueva alianza, inspira proyectos y caminos de reconciliación.
Tú, “tierra del Cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo.
Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar.
Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear.
Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.
Reina de la familia humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.
Reina de la paz, obtén para el mundo la paz.
Extracto del acto de Consagración al Inmaculado Corazón de Maria
Que tu llanto, oh Madre, conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que has derramado por nosotros hagan florecer este valle que nuestro odio ha secado. Y mientras el ruido de las armas no enmudece, que tu oración nos disponga a la paz. Que tus manos maternas acaricien a los que sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Que tu abrazo materno consuele a los que se ven obligados a dejar sus hogares y su país. Que tu Corazón afligido nos mueva a la compasión, nos impulse a abrir puertas y a hacernos cargo de la humanidad herida y descartada.
Santa Madre de Dios, mientras estabas al pie de la cruz, Jesús, viendo al discípulo junto a ti, te dijo: «Ahí tienes a tu hijo» (Jn 19,26), y así nos encomendó a ti. Después dijo al discípulo, a cada uno de nosotros: «Ahí tienes a tu madre» (v. 27). Madre, queremos acogerte ahora en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a través de ti. El pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón palpita por ellos y por todos los pueblos diezmados a causa de la guerra, el hambre, las injusticias y la miseria.
Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz. El “sí” que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará. A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.
Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. Tú que eres “fuente viva de esperanza”, disipa la sequedad de nuestros corazones. Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión. Tú que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz. Amén.
“La mies es mucha y pocos los operarios”
La mies es mucha y pocos los operarios. -"Rogate ergo!" -Rogad, pues, al Señor de la mies que envíe operarios a su campo. La oración es el medio más eficaz de proselitismo. (Camino, 800)
25 de junio
Aún resuena en el mundo aquel grito divino: "Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué quiero sino que se encienda?" -Y ya ves: casi todo está apagado...
¿No te animas a propagar el incendio? (Camino, 801)
Querrías atraer a tu apostolado a aquel hombre sabio, a aquel otro poderoso, a aquel lleno de prudencia y virtudes.
Ora, ofrece sacrificios y trabájalos con tu ejemplo y con tu palabra. -¡No vienen! -No pierdas la paz: es que no hacen falta.
¿Crees que no había contemporáneos de Pedro, sabios, y poderosos, y prudentes, y virtuosos, fuera del apostolado de los primeros doce? (Camino, 802)
Desgarra el corazón aquel clamor –¡siempre actual!– del Hijo de Dios, que se lamenta porque la mies es mucha y los obreros son pocos.
–Ese grito ha salido de la boca de Cristo, para que también lo oigas tú: ¿cómo le has respondido hasta ahora?, ¿rezas, al menos a diario, por esa intención? (Forja, 906)
Para seguir al Señor, es preciso darse de una vez, sin reservas y reciamente: quemar las naves con decisión, para que no haya posibilidades de retroceder. (Forja, 907)
¿Rezar cuando me “nazca”? | El Modelo de toda familia
José Martínez Colín
1) Para saber
Cuenta Martín Descalzo, periodista y escritor español del siglo XX, que una profesora les pidió a los niños que escribieran qué animal o cosa les gustaría ser. Hubo respuestas muy variadas. Una peculiar, fue la de un niño que respondió que le gustaría ser un televisor. Y explicaba: así mis padres y hermanos me mirarían y cuidarían más, me escucharían con mayor atención e incluso callarían a los demás cuando estuviera yo hablando.
No le faltaba razón al niño, si no era atendido en su hogar. Pues una familia ha de ser un lugar donde las diferentes personas que la componen vivan unidas en el amor. San Juan Pablo II describía a la Santísima Trinidad como una comunidad de Personas unidas en al amor. Con motivo de la Solemnidad de la Santísima Trinidad, el Papa Francisco recordó las palabras de Jesús sobre el Espíritu Santo, quien «no hablará de sí mismo, sino que recibirá de lo mío y os lo comunicará a vosotros». Y más adelante, respecto al Padre, dice Jesús: «Todo lo que tiene el Padre es mío» (Jn 16,14-15).
Jesús nos revela las otras dos Personas: el Padre y el Espíritu Santo. El Padre le da al Hijo todo lo que posee, se dona enteramente al Hijo. El Hijo se dona en la Cruz y en la Eucaristía, y el Espíritu Santo es enviado para nosotros, es el Don de Dios. La perfección de Dios la podemos contemplar en su Amor al donarse, perfección a la cual está llamado todo hombre.
2) Para pensar
El escritor inglés, C.S. Lewis, escribió un libro divertido y profundo titulado “Cartas del diablo a su sobrino”. Nos presenta los consejos que un diablo viejo, le va enseñando a su joven y novato sobrino. Entre otros, le dice que les haga creer a los hombres que rezar las oraciones de la infancia es cosa de niños, que ahora como adultos y maduros no las recen, pues parecen loros, sino que ahora como adultos sólo recen y acudan a Misa cuando lo “sientan”, “cuando les nazca”, de forma espontánea.
Pero se cae en un círculo vicioso: mientras menos se reza, menos “ganas” les dan y rezan menos. Y al rezar menos vuelven a disminuirse las “ganas”, y así no salen nunca, lográndose el objetivo del demonio: alejarnos de Dios. Pensemos si solemos caer en esa trampa diabólica.
3) Para vivir
Es frecuente que al hablar, hablamos de nosotros: “Yo he hecho esto, y eso…”, “yo tenía este problema…”. ¡Qué diferencia respecto al Espíritu Santo, que habla anunciando a los otros, al Padre, al Hijo! Ha de estimularnos, dice el Papa Francisco, a vivir con los demás y para los demás. Nos invita a preguntarnos si reflejamos el Dios en el que creemos, si creemos que para vivir necesitamos a los demás y entregarnos a ellos.
La Trinidad nos enseña que no se puede estar nunca sin los otros, porque no somos islas, estamos en el mundo para vivir a imagen de Dios: necesitados de los demás y necesitados de ayudar a los demás. La señal de la cruz que hago cada día —Padre e Hijo y Espíritu Santo— ¿se queda en un mero gesto ocioso o inspira mi manera de hablar, conocer, responder, juzgar, perdonar? Concluyó el Papa Francisco acudiendo a la Virgen María, hija del Padre, madre del Hijo y esposa del Espíritu, para que nos ayude a acoger y testimoniar en la vida el misterio de la Santísima Trinidad, de Dios-Amor que se dona.
El demonio, «¿un cuento infantil?»: magistral lección de un exorcista a un conocido cura influencer
El padre Guy-Emmanuel Cariot, rector de la basílica de Saint-Denys en Argenteuil y exorcista de la diócesis de Pontoise.
¿Existe el demonio de verdad? ¿Es simplemente una “entidad simbólica” o es un ser real? Pese a la clara enseñanza de la Iglesia al respecto, y la insistencia del Papa Francisco en hablar del demonio, todavía hay pastores, algunos muy influyentes, que diluyen la realidad de Satanás.
La última polémica al respecto se ha producido en Francia, con el agravante además de que por medio están cientos de miles de jóvenes y adolescentes. El sacerdote Matthieu Jasseron es un joven párroco en la diócesis de Sens-Auxerre y un auténtico influencer en las redes sociales, especialmente en TikTok, donde acumula más de un millón de seguidores.
No es la primera vez que sus opiniones sobre temas relacionados con la fe chocan con las enseñanzas de la Iglesia, lo que ha provocado la confusión en muchos de sus jóvenes seguidores. Y la última ha sido precisamente sobre el demonio.
En uno de sus vídeos en TikTok llegaba a afirmar que la enseñanza sobre el demonio es como un “cuento para niños” y que cuando aparece Jesús en los Evangelios expulsando demonios en realidad lo que estaba haciendo era sanar a personas de distintas dolencias.
El sacerdote francés Matthieu Jasseron tiene más de un millón de seguidores en TikTok.
Este sacerdote influencer ha sido contundentemente rebatido por el padre Guy-Emmanuel Cariot, rector de la basílica de Saint-Denys en Argenteuil y exorcista de la diócesis de Pontoise, a través de un artículo en Famille Chretienne.
“El problema cuando ya no se habla de esto en las iglesias es que esta realidad resurge, muchas veces teñida de errores. En las librerías de los supermercados hay infinidad de libros sobre ángeles, todos imbuidos de esoterismo y francamente coqueteando con el paganismo. Cuando se rechaza a Dios desde la cultura e incluso desde la enseñanza cristiana, surgen todos los demás ‘dioses’”, recuerda el exorcista.
Además, recuerda que “esta pobre exégesis” utilizada por el sacerdote influencer ha sido rebatida “1.000 veces” y “particularmente por los Papas" desde el Concilio Vaticano II.
De este modo, el padre Cariot muestra algunas consideraciones basadas en el Catecismo y que son las que reflejan la verdadera enseñanza de la Iglesia con respecto al demonio.
En primer lugar, el exorcista francés insiste en recordar que “Dios es inocente del mal” y que “cualquier concesión a esta afirmación nos aleja de la revelación cristiana”. Por ello, añade: "El origen del mal, tal como lo cuenta el relato de la caída original, exonera a Dios de todo mal. ¿Quién podría decir que esta pregunta no es vital? Si Dios tiene alguna complicidad con el mal, eso cambia todo en su rostro. Él se nos revela en Jesucristo como el ‘cordero inocente’”.
En segundo lugar, el padre Guy-Emmanuel Cariot explica un hecho fundamental: “el diablo se revela como el adversario del plan divino, que es hacer de los hombres sus hijos. El diablo es sobre todo el adversario de Dios”.
En este sentido, el exorcista de Pontoise señala que Satanás “viene a acusar al hombre de todos los males, para así hacer fracasar en él el plan de la adopción divina. Eso es lo que hizo con Adán, es lo que hizo con éxito con Judas”.
“Todos los sufrimientos de la Pasión son como los sufrimientos de Jesús por Judas. Sí, el plan de Dios puede ser extinguido y aniquilado por la sumisión del corazón humano a sugerencias diabólicas”, sentencia.
La Iglesia siempre ha enseñado la realidad y la existencia del demonio.
En tercer aspecto que destaca, y que tiene mucho que ver con la polémica, es que “el diablo es una criatura”. El exorcista muestra que “lejos de los relatos mitológicos de la Antigüedad que siempre nos presentan un principio del mal luchando contra un principio del bien, la revelación bíblica nos presenta al diablo como una criatura angelical”.
“La falta de fe y de conocimiento sobre el demonio proviene lamentablemente de la falta de atención y enseñanza sobre el mundo angélico, ese ‘mundo invisible’ del cual afirmamos en el Credo que Dios es el creador. Dios no crea un ángel malo sino que cada ángel compromete la totalidad de su libertad una sola vez (nosotros que estamos en el tiempo, podemos evolucionar en nuestra libertad, no el ángel). Lucifer, celoso del plan de adopción filial de los hombres, se niega entonces a servir y es expulsado del cielo con sus ángeles”, recuerda el padre Cariot.
En cuarto lugar destaca que “el diablo es derrotado”. Para muchos esto es una paradoja pues parece que el mal triunfa en el mundo. Sin embargo, la realidad es muy diferente: “su derrota es total y la gracia se extenderá por todo el mundo. Entonces, ¿por qué el mal parece reinar con tanta fuerza? Tomaré la imagen un tanto trivial del pato al que le han cortado la cabeza y cuyo sistema nervioso sigue moviendo las alas o el pico. El poder molesto del diablo ciertamente no ha terminado. Pero la puerta del cielo está abierta y la Salvación es posible en Jesucristo. Ya nadie podrá cerrar esta puerta. Es la base de la esperanza cristiana tantas veces encarnada por los santos a lo largo de los siglos. En circunstancias a menudo infernales, pudieron encarnar la victoria. Pensemos en San Maximiliano Kolbe cantando los salmos en su terrible calabozo de Auschwitz y acompañando con inmensa caridad a sus compañeros de prisión hasta el encuentro con su Creador. ¿Qué queda del nazismo hoy? Nada. ¿Qué queda de la caridad de Maximiliano Kolbe? ¿Dónde está la victoria? Donde el amor de Jesús revelado en la cruz se encarna en el mundo”.
Otro punto que destaca el padre Cariot es que la liturgia enseña al cristiano la actitud correcta. Para ello, insiste en que desde el Bautismo se invita al catecúmeno a renunciar a Satanás, no como algo abstracto que representa un mal moral, sino como un ser angélico claramente señalado por Cristo en numerosas ocasiones en el Evangelio. Se trata de renunciar a Satanás para decir sí a Dios.
“La oración cristiana por excelencia que es el Padre Nuestro nos invita también en su última petición a ser librados del mal”, recuerda el exorcista. Así aclaró esto el propio Papa Francisco en el punto 160 de Gaudete et Exsultate: “Cuando Jesús nos dejó el Padrenuestro quiso que termináramos pidiendo al Padre que nos libere del Malo. La expresión utilizada allí no se refiere al mal en abstracto y su traducción más precisa es «el Malo». Indica un ser personal que nos acosa. Jesús nos enseñó a pedir cotidianamente esa liberación para que su poder no nos domine”.
Por último, el padre Cariot habla del combate por la libertad. Según afirma, es ilusorio no ver al diablo por ningún lado, pero también considera muy peligroso verlo victorioso en todos lados. “Es claro que en ninguna parte de las Sagradas Escrituras vemos al diablo actuando directamente en una decisión humana. Siempre es por sugestión que empuja al hombre a caer, pero no puede hacer nada sin nosotros. Entendemos, pues, aquí lo que nos dice San Pablo: "Revestíos de las armas de Dios para poder resistir a las acechanzas del Diablo. Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas. Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo, manteneros firmes. ¡En pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y revestidos de la Justicia como coraza, calzados los pies con el Celo por el Evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la Fe, para que podáis apagar con él todos los encendidos dardos del Maligno. Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios" (Efesios 6, 11-17).
Como conclusión, este sacerdote añade que “lejos de mitos antiguos y cuentos infantiles, la realidad diabólica está bien atestiguada en la obra de la salvación de Jesucristo”.
La propuesta de matrimonio – Evert Jan Boks, 1882
«Es necesario acabar con esta historia de los prejuicios», dicen algunos.
En realidad, el único realmente pernicioso es aquel prejuicio que está en la base de todos ellos, que es el de no tener ninguno. En este sentido se llegó a tales extremos que una persona «despojada de prejuicios» se convirtió en sinónimo de persona absolutamente sin vergüenza. Esto es tan verdadero que los impenitentes célibes, libres del «prejuicio» del matrimonio indisoluble, no desean casarse porque sólo querrían caminar hacia el matrimonio con la idea de un divorcio posible.
Ahora bien, si se trata de acabar con prejuicios, no vemos porque se ha de parar a mitad de camino. Algunas personas consideran que es demasiado que una persona pueda casarse cuatro veces, aunque una sola vez sería poco.
Ahora bien, este es un prejuicio injustificado y tonto. Si la cuestión es poder reajustar la situación matrimonial hasta «que funcione», no hay que limitar el número de las experiencias. Lo mejor, en este sentido, sería suprimir, de una vez por todas, el matrimonio, no teniendo otra regla que el arbitrio de las partes.
¿La inmoralidad? Prejuicio; puro prejuicio.
Hay incluso quienes piensan que el vínculo del matrimonio es inmoral porque genera uniones ilícitas. Si hubiera un divorcio, estas uniones ilícitas se harían legítimas.
Es decir que el criterio de la moralidad se convirtió en que exista un registro oficial, hecho por un notario.
Aceptación de uniones homosexuales es incompatible con el Cristianismo
¿Puede haber prejuicio más absurdo? ¡Una unión será moral o inmoral según constan o no de algunas palabras garabateadas en un pedazo de papel del Estado! Si el matrimonio indisoluble es un prejuicio social, el divorcio será nada menos que un prejuicio burocrático.
Por ahí se ve que sólo hay dos actitudes coherentes frente al matrimonio: su negación o su indisolubilidad. El divorcio es la hipocresía de quien no tiene el coraje de encarar de frente lo que realmente piensa.
Plinio Corrêa de Oliveira
Vivamos bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús
Escrito por Silvia del Valle Márquez.
El Sagrado Corazón de Jesús nos vino a traer toda una espiritualidad especial donde el Amor y la esperanza tienen un lugar primordial y donde la devoción y frecuencia a la Eucaristía son básicas.
El Sagrado Corazón de Jesús nos vino a traer toda una espiritualidad especial donde el Amor y la esperanza tienen un lugar primordial y donde la devoción y frecuencia a la Eucaristía son básicas.
Acabamos de celebrar esta solemnidad y muchos podrían pensar que ya pasó el tiempo del Sagrado Corazón de Jesús pero en realidad esta devoción nos debe acompañar durante toda nuestra vida, por lo que debemos buscar estar dentro del Corazón de Jesús para recibir su Amor.
Y si lo hacemos en familia es mucho mejor, por eso aquí te dejo mis 5Tips para vivir bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús, en familia.
PRIMERO. Que todos conozcan la historia del Sagrado Corazón de Jesús.
Existen muchas opciones para conocer cómo Santa Margarita recibió el mensaje del Sagrado Corazón de Jesús Corazón de Jesús y como en mayo de 1673, le da sus promesas para los que sean devotos y propaguen el Corazón de Jesús.
Podemos echar mano de libros, películas y devocionarios para que cada uno de los miembros de nuestra familia lo puedan conocer a su nivel. Mientras más a detalle la conozcan, más se enamorarán del Sagrado Corazón de Jesús pues conocerán el inmenso Amor que nos tiene.
SEGUNDO. Que todos tengan claro el significado del Corazón.
Es una imagen muy bella y que debemos conocer bien porque tienen un gran significado y valor ya que Jesús mismo nos deja ver su Corazón.
En primer lugar está el Corazón traspasado de Jesús que está vivo porque aun sangra, está rodeado de una corona de espinas para recordarnos que sufrió mucho por su gran Amor por nosotros. También está rodeado de unos rayos de luz que simbolizan que él nos ilumina siempre. Arriba del corazón esta una pequeña cruz rodeada de fuego que simboliza los dolores más íntimos del Jesús, esos por los que Jesús sintió la tentación de dejarlo todo y que sudó sangre en el huerto de los olivos. Y el fuego que los rodea es el fuego del Amor de Dios que todo lo purifica.
TERCERO. Conságrense al Sagrado Corazón de Jesús.
Siempre es buen momento para hacerlo ya que el acto de consagrarse en sí, darle el control de tu vida al Corazón de Jesús y eso es garantía de que siempre buscará llevarnos al cielo.
Debemos recordar que este camino al cielo no siempre es el más sencillo, pero es el más seguro. Además, Jesús nos puso el ejemplo ofreciendo su vida por nosotros, entonces nosotros podemos ofrecerle nuestra vida a Jesús y así ayudarle a llevar almas a su Sagrado Corazón.
Podemos hacer la consagración siguiendo alguna fórmula ya establecida o con las palabras que salgan de nuestro corazón, lo que importa es que le expresemos a Jesús nuestro deseo de vivir bajo su protección y cuidado.
Y en este sentido, también podemos pedirle a Jesús que cuide el corazón de nuestros hijos para que el mundo no los deslumbre y desvíe del camino que lleva al cielo con Él.
CUARTO. Encomienda tu día al Sagrado Corazón de Jesús.
Primero que nada, debemos buscar tener una imagen del Corazón de Jesús porque una de sus promesas es que en la casa que sea expuesta y venerada, Dios las va a bendecir.
Y ahí frente a esta imagen bendita, podemos ir a encomendarle nuestro día, ya sea de forma personal o familia. Esto implica que le estamos pidiendo su ayuda y protección, por lo que en muchas ocaciones las cosas nos saldrán como las hemos planeado, sino como nos convienen más para cumplir la voluntad de Dios en nosotros.
Debemos estar dispuestos a que Jesús se encargue de nuestra vida.
Y QUINTO. Conoce y practica la devoción al Sagrado Corazón de Jesús
Jesús le dice a Santa Margarita María de Alacoque en 1675 que le concederá a todos aquellos que comulguen los nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final, es decir, que no morirán en desgracia ni sin recibir los Sacramentos. Además de que le promete que Su Divino Corazón será su refugio en aquél último momento.
Es por eso que tenemos una gran oportunidad si con amor asistimos a misa y en condiciones para recibir la sagrada comunión y ofrecerla para reparar los dolores más íntimos que sufre el Sagrado Corazón de Jesús.
En realidad es muy fácil vivir bajo la protección y cuidado del Sagrado Corazón de Jesús, solo es cuestión de que le demos permiso de tomar el control de nuestra vida y seamos dóciles instrumentos en sus manos.
Enseñemos a nuestros hijos a resguardarnos en el Amantísimo Corazón de Jesús.
Castidad y fidelidad en el noviazgo
También en el noviazgo va desarrollándose la necesidad de vivir la fidelidad y muy especialmente la castidad como una preparación al matrimonio.
«El matrimonio no es efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes» (Humanae vitae, numero 8), ni en el plano que pudiéramos llamar filogenético ni en el plano ontogenético es decir, ni en cuanto al matrimonio como institución y al hombre como especie, ni en lo que atañe a este o a aquel matrimonio en concreto y a sus protagonistas. El amor conyugal «es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte. Así lo conciben el esposo y la esposa el día en que asumen libremente y con plena conciencia el empeño del vinculo matrimonial» (Ibidem, n. 9), pero para llegar a esa madurez, se ha de aprender antes la lección en la escuela del noviazgo. Si en esos años previos se cultiva egoístamente una alergia a todo lo que signifique estabilidad, fidelidad a un compromiso, lazo noble, cierre de otras posibilidades porque se va abriendo lo gran puerto del amor humano limpio, entonces no será fácil secundar la gracia sacramental para vivir hasta la muerte la fidelidad conyugal.
Aunque pueda resultar paradójico, tratándose de líneas que abren unas consideraciones sobre el noviazgo, hemos de comenzar reconociendo que no es posible hacer siquiera un resumen orgánico y medianamente completo del tema.
La riqueza de la actividad humana—las innumerables posibilidades de la libertad—y la variedad de circunstancias de edad, ambiente, formación, etc., son inabarcables y resulta vanidosamente estéril cualquier pretensión de encuadrar la acción dentro de un esquema. Cuando se olvida este hecho, se trazan unas líneas teóricas de acción, que tienen poco que ver con la verdadera realidad; o se da lugar a un planteamiento simplista y genérico y, por tanto, fácilmente ineficaz; o se crea un monstruo artificial, de miembros hipertrofiados, según los aspectos que han resultado mas interesantes al autor o están más de moda: solo autonomía, solo lirismo, solo sexo, solo sociología, solo liturgia, solo política, etc., etc.
El NOVIAZGO Y LA FIDELIDAD
Probablemente sorprenda un poco este titulo, siendo así que una característica del noviazgo es la posibilidad de cambio, la opción a rectificar una elección no acertada, por el procedimiento de romper las relaciones, aunque a veces ese sistema no sea sencillo ni llevadero. Tampoco se me escapa que el simple hecho de enunciar la palabra noviazgo, implica actualmente una toma de posición bien concreta, precisamente porque hay quien se resiste incluso a dar status propio al noviazgo mismo. Pero esta es precisamente otra razón para aclarar este punto bien a fondo.
Si lo que se rechaza del noviazgo es un conjunto de convencionalismos sociales pasados de moda, no habría nada que objetar, aunque seria oportuno examinar con cierta detención lo que se entiende por convencionalismos. Me explico perfectamente la resistencia intima que algunos chicos pueden sentir a reconocerse en la palabra novios, por la carga formalista con que a sus ojos aparece ese nombre. Pero no es sensato pretender abolir lo que constituye la esencia del noviazgo, se le llame como se quiera la situación, la actitud interior, la conducta mutua—y en relacion a terceros—de un hombre y una mujer, en el tiempo que precede a su posible matrimonio y con vistas precisamente a ese matrimonio. En este sentido, es evidente que no puede designarse con la palabra noviazgo cualquier enamoramiento adolescente o adulto, aunque revista ciertas características de estabilidad y exclusividad. Y por los mismos motivos, lo que se dirá a continuación no esta dirigido al simple trato entre un chico y una chica, si bien pueda también aplicársele en algunos aspectos. Fundamentalmente, el noviazgo implica una intencionalidad hacia el futuro, que—por el sentido de responsabilidad que debe llevar implícito, por el compromiso mas o menos expreso que encierra, y, por sus otros caracteres específicos—supera y trasciende la simple relación entre el boy-friend y la girl-friend.
Compromiso
Estamos hablando de intencionalidad hacia el futuro, y no en vano interesa resaltar precisamente el aspecto de fidelidad a un compromiso—sujeción libre a unos deberes—que se encierra en esa voluntaria atadura. Quizás por este hecho, tenga hoy tan pocas simpatías el noviazgo serio: pero advirtamos que quien vea el deber como una falta de libertad, quien no sepa renunciar a determinadas posibilidades por amor, quien -no quiera que nada ni nadie le coarte, quien no se decida a aceptar ese necesario condicionamiento, se descalifica automáticamente incluso para el matrimonio, que implica la definitividad del compromiso provisional y primerizo del noviazgo.
Entiendase que no hablo necesariamente de un compromiso jurídico o formal, como es el de los antiguos esponsales o el de a llamada petición de mano. Me estoy refiriendo a un compromiso intimo, quizás sin ninguna manifestación explicita, pero no por eso carente de fuerza. Es un compromiso-tendencia o, si se prefiere, una disponibilidad al compromiso comprometiéndose. Es una actitud compleja, porque ha de conciliar la definitividad con la prueba; la exclusividad en acto, con la apertura hacia otras posibilidades; la isla con la península; la provisionalidad, con la voluntariedad de una estabilidad probable, deseada y futura. Se trata, en fin, de conseguir un equilibrio que difícilmente puede existir, o aun concebirse, si falta amor y sentido de responsabilidad. Por eso es tan importante, aunque sea balbuciente. Limitarse a pasar el tiempo, no terminar nunca de decidirse, entender el noviazgo como un modo de entretenerse los domingos por la tarde, o echarse a ciegas y sin reflexión en el río de la primera posibilidad de matrimonio que se presenta, son otros tantos modos de equivocar el camino hacia la vida conyugal, con riesgo de arruinar toda la vida futura, también la eterna.
Por eso en este punto pueden hacerse residir bastantes catástrofes matrimoniales, a pesar de que hayan logrado posponerse algún tiempo, escondidas detrás de la festiva apariencia de las bodas o de la brillante facilidad de los primeros momentos: fallan, porque se han casado dos inmaduros, aunque a veces basta que sea inmaduro uno solo. No han crecido por dentro. No se han conocido. No se han entregado verdaderamente el uno al otro, aunque incluso puedan haber ofendido al Señor con intimidades ilícitas no es esa la entrega verdadera.
Estabilidad
«EI matrimonio no es efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes» (Humanae vitae, numero 8), ni en el plano que pudiéramos llamar filogenético ni en el plano ontogenetico es decir, ni en cuanto al matrimonio como institución y al hombre como especie, ni en lo que atañe a este o a aquel matrimonio en concreto y a sus protagonistas. El amor conyugal «es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte. Así lo conciben el esposo y la esposa el día en que asumen libremente y con plena conciencia el empeño del vinculo matrimonial» (Ibidem, n. 9), pero para llegar a esa madurez, se ha de aprender antes la lección en la escuela del noviazgo. Si en esos años previos se cultiva egoístamente una alergia a todo lo que signifique estabilidad, fidelidad a un compromiso, lazo noble, cierre de otras posibilidades porque se va abriendo lo gran puerto del amor humano limpio, entonces no será fácil secundar la gracia sacramental para vivir hasta la muerte lo fidelidad conyugal.
Concedamos que el noviazgo reúne un determinado número de características que lo definen e identifican. Tengo derecho o pensar que un chico y una chica son novios si veo que encarnan todas, o la mayoría, o bastantes de esos caracteres distintivos. Lo mismo que tengo derecho a no admitir que sean novios, si carecen de alguna señal que sea fundamental, por ejemplo, la edad: nadie toma en serio los noviazgos entre crios de ocho años. Con parecido hilo de razonamiento, estimo que no se puede considerar noviazgo autentico y bueno, el de quien se reserva el derecho de simultanear cariños—por llamarlos de alguna manera—, o de hacer pareja con quien guste y cuando le guste. Son aberraciones, en mayor o menor grado desde el trasnochado argumento del libertino—todavía no estamos casados— hasta los coqueteos vanidosos, por celos, por venganza o por sencilla y simple estupidez.
Si hay quien rechaza el noviazgo—hasta el mismo nombre, decíamos—, por lo que tiene de estabilidad o de institución exigente de nuevas responsabilidades (arcaísmos decimonónicos y tópicos aparte), rechaza una joya. Dan tanta pena esas parejas de jóvenes vagabundos, a veces desarrapados y sucios, que salpican aeropuertos y carreteras de medio mundo. No son novios ni probablemente quieren serlo son amantes en el sentido mas pobre de la palabra, compañeros de quita y pon, enamorados mientras dura, pobrecillos que dan y toman todo lo que pueden, sin la luz de una norma moral. Pero son también el paradigma de muchos otros chicos, que sin su aparatosidad de trashumantes, tampoco quieren o saben que la felicidad del amor humano exige fidelidad, sentido de responsabilidad, aceptación gustosa de las limitaciones que impone el hecho de ser hombres y no animales criaturas de Dios; mas todavía hijos de Dios.
El NOVIAZGO Y LA CASTIDAD
Es evidente que el noviazgo no es solo un tiempo que precede al matrimonio, sin que es sobre todo su preparación, su escuela, su premisa. En el noviazgo está la clave de tantas cosas, positivas y negativas, que condicionarán más tarde la vida matrimonial, en un sentido o en otro. Por lo que se refiere a la castidad también. Si un matrimonio limpio es en buena parte fruto de un limpio noviazgo, podríamos igualmente decir que a un noviazgo turbio suele suceder un matrimonio sucio.
Doctrina cristiana
Vivir castamente el noviazgo tiene una gran importancia, no sólo por la razón suprema de mantenerse en amistad con Dios, sino porque—aun humanamente las faltas o los pecados en esta materia tienen una proyección que va más allá de la inmediata. Hay que considerar esas cosas también en lo que tienen de síntoma, de actitud de fondo ante Dios primero, pero al mismo tiempo ante uno mismo, ante la persona del otro, ante el mundo. Las faltas de delicadeza, los atentados más o menos velados al pudor, las familiaridades animalescas o los pecados de lujuria que tengan lugar en el noviazgo, si no se corrigen y adquieren carta de naturaleza, se proyectan y multiplican en el matrimonio, de un modo absolutizador y desbordante
El noviazgo bien vivido constituye, en cambio, una garantía insospechadamente eficaz para el futuro. Es «una ocasión de ahondar en el afecto y en el conocimiento mutuo. Y como toda escuela de amor, ha de estar inspirado no por el afán de posesión, sino por el espíritu de entrega, de comprensión, de respeto, de delicadeza» (J. Escrivá de Balaguer, Conversaciones, Madrid, 1969, 3.. ed., n. 105).
Entender esa etapa frívolamente, a la ligera, como algo impuesto mostrencamente por la imposibilidad de contraer matrimonio en seguida, o verla como un medio oficioso de satisfacer la sensualidad mientras tanto, es equivocado y lleva a gravísimos errores, no solo morales.
No es este el lugar para exponer la teología moral en lo referente a la castidad, ni sus fundamentos. Entre tantas enseñanzas, rotundas y repetidas, de la Sagrada Escritura (cfr., p. e., Tob. 4,12 y 6,16 ss.; Eccli. 41, 17 y 20; 1 Thes. 4, 3-5; 1 Cor. 5, 9 y 6, 9-10), recordemos simplemente estas dos: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios». {Mt. 5, 8);» la fornicación y cualquier especie de impureza (…) ni se nombre entre vosotros, como corresponde a santos. Porque—tened esto bien entendido—ningún fornicador o impúdico o avaro, que viene a ser una idolatría, será heredero del reino de Cristo y de Dios. Que nadie os engañe con palabras vanas, pues por tales cosas descargó la ira de Dios sobre los incrédulos (tEph. 5, 3-6).
Pero ante las afirmaciones de la Revelación—y ante todo lo que la Iglesia enseña en consecuencia—caben dos opuestas actitudes:
a) O se admite lo que la doctrina cristiana propone como norma moral, aunque se sea consciente de que no es fácil de vivir—por ejemplo, durante el noviazgo—, o no se sepa como llevarlo a la práctica en determinados casos.
b) O se rechaza en bloque esa doctrina, incluso cuando parece que solo se esta en desacuerdo con puntos concretos, tratando de reemplazarla—algunos dicen, mejorarla, ponerla al día—con otras reglas de comportamiento van desde las opiniones personales sobre aspectos aparentemente circunscritos, hasta los dogmatismos totalitarios y anárquicos de la revolución sexual.
Si se sostiene una opinión que en mayor o menor medida se reconozca en esta segunda actitud, lógicamente se discrepara de todo lo que diremos en adelante, pero con pena hemos de anticipar que en este ensayo no es posible tratar de entendernos no hay espacio ni siquiera para el prologo, para ponernos de acuerdo sobre el significado de algunos conceptos esenciales (amor, matrimonio, pecado, conciencia…), o para llegar a una plataforma de entendimiento sobre el sentido de la vida o sobre los postulados filosóficos mas elementales.
Premisas fundamentales
Las consideraciones que siguen pueden ayudar, en cambio, a quien se reconozca en la primera actitud a que nos referíamos, por muchas y variadas que puedan ser sus dificultades, si hay la disposición de fondo que exige la fe y la buena voluntad de acatar el Magisterio de la Iglesia. Aun entonces es preciso fijar unas cuantas premisas:
1. ° La doctrina católica es la que—en nombre de Cristo y con la asistencia del Espíritu Santo—enseñan el Papa, y los Obispos en comunicación con la Santa Sede, y forma un cuerpo unitario y sin contradicción a lo largo de los veinte siglos de cristianismo.
2. ° Las opiniones de un autor o de cien autores—se llamen o no se llamen teólogos—, lo mismo que los modos de conducta que se observen en la vida corriente aunque estén muy difundidos, no equivalen necesariamente a la doctrina católica ni tienen por que ser rectos y validos.
3. ° Mas aun son criterios equivocados, carecen de razón y enseñan un comportamiento objetivamente pecaminoso, si están en contradicción con la enseñanza de la iglesia. De hecho, uno de los mayores problemas con que debe enfrentarse la pastoral en estos temas es que los chicos aprenden a comportarse como novios según lo que ven hacer a otros novios, o según lo que les propone el cine o leen en las novelas. Y, por lo general, esos modelos de comportamiento no son cristianos, sino paganos; no reflejan el verdadero amor humano sino el afán de satisfacción sensual.
Con estas premisas—aunque con las reservas ya mencionadas antes—resultan automáticamente descalificados argumentos como «lo hacen todos»; «se ve siempre así en las películas»; «no estamos ya en el siglo XIX»; «lo he leído en un libro de un teólogo muy famoso»; «después del Concilio hay autores que lo admiten»; «me han dicho que si», etc. En una palabra, se trata de los argumentos que apelan a motivos extrínsecos, de autoridad, modernidad, aggiornamento, para justificar actitudes contrarias a lo que es la norma moral cristiana.
Dificultades
Quedan no obstante en pie las dificultades que podríamos llamar intrínsecas, o sea, las que origina la misma vida de novios, a pesar de que los dos tengan buena voluntad para acomodar la propia conducta al amor de Dios. Sin pretensiones de ninguna sistematización, podríamos agrupar así estos obstáculos
I) La espontaneidad del cariño.
II) Los peligros de la ocasión.
III) Las concesiones ante la compasión o el chantaje.
1) La espontaneidad del cariño. Suele oírse que el corazón no admite convencionalismos y que—si el amor es sincero— todo lo demás cuenta poco. En ese contexto, se sigue afirmando que—siendo lo primero el cariño—las relaciones sexuales entre novios no tienen que esperar a ser legitimadas por lo que seria un mero compromiso social, jurídico, económico, etc.: el matrimonio contraído. Con esas premisas, serian lógicas y aun obligadas todas las manifestaciones de afecto entre novios, fueran cuales fueran sus modalidades.
Resulta patente que un planteamiento de ese estilo, que prescinde de toda referencia a Dios, a la ley moral o a la enseñanza de la Iglesia, esta viciado de raíz y no puede ser aceptado por nadie que quiera seguir llamándose cristiano. La Revelación, a la que ya hemos hecho referencia, no puede ser ignorada o dejada de lado. Puntualicemos además dos ideas que atañen al tema:
a) No es lo mismo el amor que sus manifestaciones. Aun sin dejar de ser autentico—más aun: acrisolándose en su genuidad humana—, el cariño ha de acomodar sus modos de expresión a lo que exija la ley moral No se trata de ir contra la espontaneidad—entendiendo esta palabra en su sentido más valioso, como opuesto a artificiosidad o a hipocresía—, sino de atribuirle el valor que le corresponde. En todos los campos y no solo en el del amor, lo espontáneo debe elevarse hasta transformarse en lo humano, para poder transfigurarse en lo divino, mediante la gracia de Dios. De hecho, la espontaneidad no solamente no es una regla de vida, sino que con frecuencia es una tendencia hacia un modo de conducta pecaminoso. Reacuérdense, por ejemplo, los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia, pereza; en todos hay de ordinario un gran componente de espontaneidad, mayor o menor según el temperamento. Son cosas que fácilmente, tan fácilmente que aparecen también cuando no las quisiéramos, porque son las tendencias al mal, que el pecado original ha dejado en nuestra naturaleza.
Por eso la actividad humana no ha de guiarse por la espontaneidad sino por la ley moral, que enriquece y facilita el verdadero libre obrar. Lo que debe caracterizar nuestra vida no es el instinto—que es lo mas espontáneo que mueve a la acción, por las raíces deterministas que posee (pura bioquímica) —, sino el amor y el deber, el sentido de responsabilidad, la obediencia libre a una norma ética.
De ahí que en el noviazgo no sea lícito identificar amor humano e intimidad sexual, aunque sean cosas relacionadas. Lo mismo que, para los ya esposos, puede y debe seguir existiendo el amor, aun cuando las relaciones conyugales—por los motivos que sean—estén impedidas. El amor, más allá de la atracción, de la satisfacción o de la instintividad, es una decisión moral.
En el fondo, si parece a veces plantearse un conflicto entre amor y castidad, es porque no se reflexiona sobre el significado del amor humano. Tiene valor, pero no es el suyo un valor absoluto: en su nombre no se justifican acciones que vayan contra el Amor, con mayúscula. Ni podría realmente llamarse amor lo que fuera causa de un grave daño espiritual: la muerte del alma, por el pecado grave, es la más terrible manifestación de desamor.
b) Fuera del legítimo matrimonio, es pecado mortal la búsqueda directa del placer sexual o la realización—total o parcial—de acciones que estén destinadas por su naturaleza, independientemente de la intención del hombre, a la transmisión de la vida. Y esto, aunque—por las razones que sean—se sepa que no llegara la concepción, y aunque la intención no sea ofender a Dios sino manifestar cariño. Hay una «inseparable conexión, que Dios ha querido y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal el significado unitivo y el significado procreador» (Humanae vitae, n. 12).
No se puede querer un elemento impidiendo el otro, porque esta en juego algo muy profundo: la esencia de un acto, que trasciende todas las técnicas, todos los resultados y todas las intenciones. Un hombre es un hombre, aunque este dormido o loco o paralítico; el acto conyugal es algo que tiene sentido y licitud únicamente donde sus dos significados pueden desarrollarse plenamente: en el matrimonio. «Usar de este don divino destruyendo su significado y finalidad aunque solo sea parcialmente es contradecir la naturaleza del hombre y de la mujer, y sus más intimas relaciones, y por lo mismo es contradecir también el plan de Dios y su voluntad» (ibid.) aunque no se le quisiera ofender.
«Queremos reiterar lo que siempre afirmo la Iglesia acerca de las relaciones sexuales prematrimoniales, sentidas hoy por muchos jóvenes como un preámbulo natural o aun conveniente del matrimonio que lo verdadera preparación matrimonial es la pureza, el respeto mutuo, el dominio esforzado sobre la natural impaciencia de la pasión, el afán nobilísimo de situar el centro de gravedad de la relación por encima de los sentidos. Solo puede entregarse el cuerpo cuando con el se entrega la vida entera en el compromiso indisoluble, social, sacramental del matrimonio. Solo entonces, dentro de esta comunidad definitiva de amor en la sociedad y en la Iglesia, es santa la entrega de los cuerpos antes, no puede ser sino una ambigua anticipación, abierta a los engaños, las amarguras y frustraciones que la experiencia muestra donde quiera que se ha resquebrajado el orden verdadero del amor cristiano» (Matrimonio y Divorcio, Declaración del comisión permanente del Episcopado de Chile, 6-11-71, n. 51).
De todos modos, aclarado ese punto, puede seguir flotando una duda: ¿hasta donde se puede llegar en las manifestaciones de afecto?
A grandes trazas, y sin entrar en casuísticas antipáticas, podríamos fijar unos criterios 1. No deben ser cosas que, en el fondo de la conciencia, tengan un timbre de lujuria, de bajeza, de egoísmo o de clandestinidad se puede llegar—suele decir Monseñor Escrivá de Balaguer cuando se refiere a este tema, en conversaciones con gente joven—hasta donde se llegaría en presencia de la propia madre. 2. Nunca deben suscitar directamente ninguna de las manifestaciones corporales que son propias de la intimidad conyugal 3. A la hora de la responsabilidad moral, no puede prescindirse de lo que pase en la conciencia del otro, porque los novios son dos. Una intencion afectuosa, si es imprudente, puede ser la causa de un pecado. 4. Siempre debe quedar tal limpia transparencia, que no se enfrié la vida de piedad sentida ni parezca haberse levantado un muro entre el alma y Dios.
II) Los peligros de la ocasión. Puestos a extremar las cosas, alguna podría pensar que en esta materia el mismo noviazgo es ya un peligro. Bajo cierto aspecto es verdad, pero no se puede cerrar ahí la discusión, porque en el fondo no se ha hecho más que recordar una verdad de Perogrullo que los novios son criaturas humanas.
Es cierto que el noviazgo lleva consigo una serie de circunstancias que podrian ser consideradas ocasión de pecado, en sentido moral: el cariño y la necesidad de manifestarlo; la oportunidad de estar juntos con frecuencia; la familiaridad, etc. Pero no es posible tratar de evitar esas cosas equivaldría a suprimir el noviazgo, con todas sus características.
Aun a riesgo de que el planteamiento parezca simplista, el problema práctico puede reducirse a pocos puntos bien concretos. Cuando hay un fondo de rectitud y de buena voluntad, muchas victorias y muchas derrotas espirituales dependen de que se hayan sabido evitar o no tres ocasiones peligrosas: la soledad, la oscuridad y el coche. Asi de sencillo.
Claro que el noviazgo requiere momentos de intimidad, para cambiar impresiones y confidencias nobles, y para empezar a entrenarse en el nosotros y el mundo, pero intimidad no quiere decir soledad, absoluta o con cómplices alrededor. No se trata de entrar en detalles. Doy por sentado que los novios son lo suficientemente crecidos como para detectar por si mismos, con la ayuda de Dios y de su Ángel Custodio, cuando se presentan esas situaciones que ponen el alma en peligro inmediato. Si ellos no saben huir y así guardarse, no habrá nadie en la tierra que los guarde, porque la famosa carabina ya pasó a la historia, aunque siga figurando en el Diccionario de la Lengua.
III) Las concesiones ante la compasión o el chantaje. Sin necesidad de afrontar el fondo del problema, basta recordar que hay diferencias en el modo de ser masculino y femenino. Entre hombre y mujer se abre con frecuencia la laguna de la ignorancia o de la duda sobre la interioridad del otro, en su sentido más amplio. Cada uno sabe lo suyo, aunque sea con bastantes aproximaciones; y cada uno se ve obligado a fiarse, para saber lo que el otro vive, por lo que el otro dice. Luego, andando el tiempo y creciendo la experiencia, no hará falta hablar, y no será fácil disimular la realidad. Pero en el noviazgo todavía no se ha llegado a ese punto, y no han perdido eficacia las palabras mentirosas.
No necesariamente, pero en este aspecto la chica suele ser la engañada, si es ingenua y no esta atenta. Un clima de opinión bastante extendido puede contribuir a hacerle creer que el mandamiento de la pureza tiene distinta vigencia para el hombre y para la mujer; y si, además, ha tenido que bajar aprisa y corriendo de las nubes rosas del romanticismo, lo que no conseguiría una tentación descarada lo consigue la compasión, o el respeto humano, o el miedo de parecer anticuada. Digamos solo que ha de reaccionar con prontitud, para no dar ocasión a la pasión, y con fortaleza.
Hay momentos, incluso, en los que se impone el romper, si no hacerlo llevarla necesariamente a ofender a Dios o si se exigen pruebas de la autenticidad del cariño —pecados graves—, como condición para continuar las relaciones. «Quien ama al padre o a la madre mas que a mi, no es digno de mi, y quien ama al hijo o a la hija mas que a mi, no es digno de mi. (Mt. 10, 37-38).
A MODO DE RESUMEN
Advertíamos al principio que no era posible abarcar todo el tema del noviazgo en el ámbito de este artículo. Diremos ahora que si existe la manera de hacer un resumen de toda la actitud de los interesados: el noviazgo no se puede vivir cristianamente, si no se vive cristianamente fuera y al margen del noviazgo. Es ilusorio pensar en unas recetas espirituales delimitadas y especificas.
La receta esta en lo de siempre: la vida de oración, la frecuencia de sacramentos, la mortificación habitual, el afán por cumplir siempre y en todo la voluntad de Dios—aunque haya fallos y caídas—, la devoción filial a la Virgen, y tantas otras cosas, indispensables en la vida cristiana. No son un lujo ni asuntos para uso libre de quien les tenga afición. Quizás a veces pueden pasar meses y aun años sin que se note el estado de desnutrición espiritual del alma que prescinde de esos medios sobrenaturales, pero hay momentos en los que la debilidad de la vida del espíritu aparece con toda su trágica agudeza de ordinario, cuando se ha de hacer frente a nuevas dificultades o a situaciones más complejas que las habituales. Es el caso del noviazgo, como será luego el caso del matrimonio o—todavía mas adelante—la paternidad y la educación de los hijos.
Tratemos sinceramente de amar a Dios sobre todas las cosas, de mantenernos en su presencia, como los enamorados dirigen continuamente su pensamiento a la persona que aman, y todas nuestras acciones—aun las más pequeñas—se llenaran de eficacia espiritual. Por eso, cuando un cristiano se mete por este camino del trato ininterrumpido con el Señor—y es un camino para todos, no una senda para privilegiados—, la vida interior crece, segura y firme; y se afianza en el hombre esa lucha, amable y exigente a la vez, por realizar hasta el fondo la voluntad de Dios» (J. Escrivá de Balaguer, Es Cristo que pasa, Madrid 1973, n. 119).
Por José Luis Soria
Iglesia prófuga, millones de cristianos entre los refugiados
Cristianos que se ven obligados a huir por las persecuciones.
En 58 de los 76 países donde son más perseguidos, los cristianos declaran que también fueron obligados a abandonar sus hogares. Así lo revela un nuevo informe de la ONG que trabaja en la defensa de la libertad religiosa:
“No es una consecuencia, sino parte de la estrategia de persecución. Que los gobiernos y los organismos internacionales no cierren los ojos a este aspecto cuando los acojan”.
Milán (AsiaNews)
– La persecución contra los cristianos no se produce sólo en sus propios países, sino que puede continuar también con aquellos que se han visto obligados a abandonarlo todo para ponerse a salvo.
Así lo revela un nuevo informe publicado hoy por Open Doors, una ONG internacional que a través de su World Watch List monitorea constantemente las situaciones más graves de persecución contra los cristianos en el mundo. El estudio – titulado “Iglesia prófuga. Informe 2022 sobre desplazados internos y refugiados” que se dio a conocer con motivo del Día Mundial del Refugiado que se celebra el 20 de junio- cruza datos sobre la libertad religiosa con los que recientemente llevaron a la ACNUR a registrar que hay 100 millones de personas en el mundo actual que fueron obligadas a huir de sus comunidades.
El resultado que se desprende es que en 58 de los primeros 76 países de la World Watch List de Open Doors (ver gráfico anterior), hay cristianos que declaran haber sido expulsados por la fuerza de sus hogares debido a su identidad religiosa.
Entre los desplazados internos -es decir, aquellos que se han visto obligados a abandonar sus hogares pero permanecen dentro de las fronteras de su propio país- casi la mitad (46%) proviene de 5 países que también están incluidos en la lista de aquellos donde los cristianos sufren. mayor persecución: Siria, Afganistán, República Democrática del Congo, Colombia y Yemen.
También el 68% de los refugiados -es decir, aquellos que tienen que abandonar su país debido a las guerras y la violencia– provienen de 5 países donde se vive un alto nivel de discriminación y persecución religiosa: Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar.
Precisamente esa fuerte superposición entre los países de origen de los refugiados y los países conocidos como los peores violadores de la libertad religiosa en el mundo, lleva a Open Doors a afirmar que sería vital una mejor comprensión del papel que tiene la identidad religiosa para responder a las necesidades de los que huyen y, en particular, de las minorías cristianas.
“Para tener una imagen completa de la persecución religiosa debemos observar tanto la Iglesia en su patria como la Iglesia que huye”,
Helene Fisher, experta del equipo que hizo la investigación.
“Dividir las comunidades religiosas es parte de una estrategia deliberada. El desplazamiento no es solo un subproducto de la persecución, sino que en muchos casos forma parte intencionalmente forma parte de una estrategia más amplia para erradicar el cristianismo de la comunidad o del país”.
En Oriente Medio es emblemático el caso de Irak, donde según Open Doors sólo quedan 166.000 cristianos, cuando hace veinte años había un millón. E incluso después de la derrota militar de ISIS en 2017, el regreso de los desplazados sigue obstaculizado por la falta de seguridad y la falta de apoyo de las autoridades en la recuperación de las propiedades perdidas en los últimos diez años debido al conflicto.
En cuanto a la situación en el resto de Asia, los principales factores que llevan a las personas a abandonar sus hogares son la familia y la comunidad local, con una fuerte presión sobre quienes se convierten al cristianismo desde otra religión. Especialmente grave es el caso de Pakistán, donde las minorías religiosas viven a la sombra de leyes contra la apostasía y la blasfemia e incluso dentro de las mismas familias una conversión se puede considerar como una amenaza contra su honor.
La inestabilidad política y el auge de los grupos religiosos extremistas son otros factores que alimentan los desplazamientos en la región, como está sucediendo, por ejemplo, en Myanmar, sobre todo en los estados de Karen, Chin, Kayah y Kachin. En Corea del Norte, donde no se permite ninguna religión, los que huyen buscan una mayor libertad del otro lado de la frontera, por ejemplo en China.
Pero según un experto regional, el Covid-19 ha complicado aún más la situación, con la consecuencia de que los hombres norcoreanos están más expuestos a las amenazas de denuncias por parte de los empleadores chinos, mientras que las mujeres corren el riesgo de ser víctimas de la trata.
Sensibilizar sobre la presencia de muchos cristianos entre los desplazados internos y los solicitantes de asilo – concluye Open Doors – es también una forma de protegerlos en su huida. En efecto, a veces sus sufrimientos continúan incluso en los campos de acogida, precisamente porque no se presta suficiente atención al tema de la violencia por motivos religiosos.
En algunos casos, explica Eva Brown, Senior Specific Religious Persecution Analyst de Open Doors, los gobiernos e incluso las organizaciones internacionales con buenas intenciones pueden lamentablemente ser cómplices en la agudización de la discriminación contra los cristianos desplazados. Por eso la conciencia de esta vulnerabilidad en múltiples niveles es vital. para que se puedan atender mejor las necesidades de los desplazados y de los refugiados marginados”.
¿Por qué Dios estableció desigualdades en la sociedad?
La Reina Santa Isabel de Hungría quedó viuda siendo aún joven y dedicó su riqueza a los pobres, construyendo hospitales. A partir de su canonización en 1236 se convirtió en un símbolo de la caridad cristiana para toda Europa
Los medievales vieron las desigualdades que existen en la naturaleza como una causa de unidad, no de división en la sociedad. Porque si todos fueran fuertes, sabios y ricos, no tendrían necesidad de otras personas
Los medievales vieron las desigualdades que existen en la naturaleza como una causa de unidad, no de división en la sociedad. Su enfoque realista estaba lejos de la mentalidad individualista del mundo moderno, que sostiene que cada individuo es un ser que se construye a sí mismo (self-made man) y un ser autónomo en competencia con los demás.
La explicación del teólogo Ralph de Acton es típica de la concepción medieval:
«Dios podría haber hecho todos los hombres fuertes, sabios y ricos, pero no quiso hacerlo. Deseó en cambio que algunos hombres deben ser fuertes, otros débiles; estos sabios, aquellos necios; estos ricos y otros pobres. Porque si todos fueran fuertes, sabios y ricos, no tendrían necesidad de otras personas».
El primer deber de caridad es corregir a los que yerran
El Dominicano Giordano de Pisa, predicando en Florencia en 1304, sugiere que incluso los ricos necesitan a los pobres ya que por su generosidad los ricos «podrían ganar la vida eterna por medio de ellos» (Diana Wood, Medieval Economic Thought, Cambridge University Press, 2002, p . 43).
John Horvat
Hay personas que si no están hablando mal de algo o de alguien dan la sensación de ser mudos o estar muertos.
Por murmuración entenderemos aquí la conversación un poco denigrante, en voz baja , en ausencia del sujeto denigrado y con un tanto de regodeo o recochineo sobre el ausente . Se corroe la buena fama de personas o cosas, sin razones y con cierta mala voluntad sobre ellas. La murmuración tiene muchos nombres: maledicencia , trapisonda, enredos, chismes, calumnias, despellejar, poner como hoja de perejil,… todas ellas son primas entre si y de la mentira y el engaño.
Generalmente, la murmuración no produce graves daños; pero en ocasiones puede causar verdaderas tragedias. Extender las ideas de que : “Me han dicho que tal empresa está arruinada… Me acabo de enterar que la mujer de X se entiende con Y… Se de buena tinta que Z le está robando a su empresa,…” y otras análogas, sin pruebas de ningún tipo, pueden causar por desprestigio la ruina de esa empresa, que X se separe de su esposa o que Z sea expulsado de su empresa sin que los afectados sepan ni por qué.
¿ Por qué se murmura? Por envidia, por odio, por intereses, por vanidad,…Es muy corriente que cuando varias personas empiezan a hablar mal de alguien, este alguien no importe a ninguno ni un comino. Solo les importa el propio YO a cada uno. Si decimos que Fulano es feo, torpe, necio, pobre,…en el fondo estamos dando a entender que nosotros somos guapos, ágiles, inteligentes y ricos. Algo que nos alegra y llena de satisfacción. Con frecuencia, la causa es un complejo de inferioridad, adobado con la cobardía de quien es incapaz de dar la cara.
En la costumbre de murmurar interviene en buena medida la aquiescencia de quienes les escuchan y jalean con agrado por miedo a ir contracorriente. A Jesús le condenaron los mismos que unas horas antes le aclamaban. Bastó que una mayoría pidiese la muerte de Cristo para que, incapaces de oponerse, gritaran como “todos” : ¡Crucifícale! ¡Crucifícale!
De vez en cuando surge una de esas personas a quienes desagrada el trapicheo y termina encarándose con el chismoso. Resultado: se expone a perder las amistades con él o , si no lo hace, se convertirá en un cómplice. Mal embrollo moral “tío”. Todas las cosas se pueden decir sin empeorar las situaciones, pero cuando hay algo que decir, ¡ se dice claramente y sin pamplinas!. Y si hay que perder a ciertos amigos, no perderíamos gran cosa. Hay una forma de quedar siempre mal ante los demás: andar con subterfugios y medias tintas.
Cuando iniciamos ciertos comentarios, sin importancia aparente ¿Sabemos el daño y los perjuicios que podemos ocasionar? La mentira tiene muchas facetas: reticencia, cabildeo, murmuración... Pero es siempre arma de cobardes. Son los mismo que tras despellejar a Don Fulano corren a decirle: Oye se dice por ahí que tu…Te lo digo para que estés sobre aviso. Al final todo termina sabiéndose, pero ¿y mientras tanto? Pues ese final puede tardar años y los perjuicios familiares, sociales y económicos pueden ser irreversibles
¿Y que puede hacer el ofendido? Más bien poco, pues suele ser el último que se entera de lo que se dice y de quien lo dice. Y si se entera, carecerá de pruebas para ir a juicio. Si además es un alma noble, de prestigio y con autoridad habrá encontrado una dura cruz que sobrellevar. Es el momento de recurrir a Cristo, el único amigo que nunca falla.
¡Ay, esos medios de comunicación! Vendidos al poder político, empresarial o social a los que sirven contra sus rivales a base de susurraciones, murmuraciones, trapisondas, enredos, chismes, cuentos, insidias, calumnias,…, envileciéndose hasta grados animalescos. No hay que preocuparse, como son muy listos : Todo lo justificarán muy bien y en todos los casos.
No hablar mal, no es suficiente. Las personas queremos ser amadas.
Los jefes no deberían consentir jamás la murmuración, que debería ser castigada severamente y con rapidez. Muchas veces, es suficiente la presencia de un solo hombre o mujer “decente” para cambiar un ambiente bajuno. A la larga, la murmuración es un negocio donde todo son pérdidas.
En el campo del catolicismo la murmuración, los chismes, la maledicencia, la calumnia,… están bien definidas, se las considera siempre de más o menos gravedad, según los casos, pero todo el mundo sabe, o debería saber, a que atenerse.
El Catecismo de la Iglesia Católica no deja dudas al respecto, y los confesores no deberían ser transigentes con los aparentes casos leves, que por su continua repetición, abren la puerta a más graves situaciones. Supuesto que se confiesen de esos “casos leves”.
En el terreno de la política, los políticos saben los daños que causan las murmuraciones y calumnias; sin embargo, los utilizan descaradamente como armas de combate contra los rivales políticos. Aprovechando los medios de comunicación afines se puede incidir en el voto de los ciudadanos y modificar así el rumbo de cualquier política. Se juega en estos casos con la vida y el porvenir de millones de personas.
Los políticos carentes de toda moral, los seguidores de la Nueva Era, del Relativismo Moral y de cualquiera de las sociedades secretas o sectas conocidas como perjudiciales no deberían ser votados ¡jamás!
Son como el caballo de Atila, por donde pasan no crece la hierba. No es difícil detectarlos: “Por sus hechos los conoceréis” Un buen político ha sido primero un buen hombre, lo que antes se llamaba un hombre cabal, un hombre en el que se puede confiar. Si lleva estas virtudes a la política será un buen político; si no, se quedará como otros muchos en políticos de rastrojera, cuando no terminan en simples alimañas.
La murmuración es una roña que ensucia y entorpece el engranaje social, resta fuerzas, quita la paz, y hace perder la amistad entre las personas. Es difícil de eliminar; pero, como a la malas hierbas, podemos reducirla a dimensiones soportables.
El sucio ambiente de la murmuración se transforma radicalmente cuando nos acostumbramos a hablar de forma cordial de todo y de todos. Todos tenemos algo bueno. Si no fuera posible, callémonos, así no tendremos que arrepentirnos.
Hagamos una prueba durante una semana: Empecemos a hablar bien de todos nuestros conocidos, con naturalidad, sin coba – la falta de sinceridad se nota rápidamente-, sonriamos levemente con agrado, pocas palabras, consideremos como hermanos a los que nos rodean – en realidad lo son-.
Hagamos un esfuerzo por comprenderlos y quererlos. Algo así como lo que hacía la hermana Teresa de Calcuta o como lo hacen las madres con sus niños pequeños.
¿Es difícil ? Naturalmente, y mucho más de lo que nos imaginamos. Hablar bien de lo bueno que tengan nuestros amigos es algo que a algunos les cuesta muchísimo trabajo. Si a ellos los elevamos, parece como si nosotros bajásemos. Por lo menos, intentémoslo.
Sin olvidar que para hacer el bien hay que entrenarse diariamente, no menos que para meter goles. El principio físico de “Toda acción tiene una reacción igual y contraria” , también se da en las relaciones humanas: Sonría y le sonreirán; ame y le amarán, de y le darán; gruña, y le gruñirán;…
Bastaría ser un poco inteligente para comprobar que nos “conviene” cambiar seriamente y de verdad nuestra actitud para con los que nos rodean. Si se nos ocurriese utilizar la “coba” nos pasaríamos de listos y caeríamos en un repugnante fariseísmo.
La única arma válida es la del amor, la que nos recordó Jesús: “Amar al prójimo como a sí mismo”. Aun no se ha inventado nada mejor. Solución : Jamás hablemos mal de nadie, pues como cuando escupimos al cielo, antes o después la saliva nos caerá en la cara.
No hablar mal, no es suficiente. Las personas queremos, necesitamos ser amados, estimados y que alguien hable bien de nosotros y reconozca lo poco o mucho bueno que tenemos. Deseamos ser alguien , no algo.
Reconozcamos con sinceridad lo guapa que está María, lo buen trabajador que es nuestro amigo Juan, lo elegante que va y lo bien que guisa nuestra mujer o madre, lo bien que juega al fútbol nuestro hijo…
Podríamos asegurar que muy pronto subiremos varios puntos sobre el concepto que tenían de nosotros. Hasta nos mirarán con un poquito más de cariño. Y todo, por un precio bastante módico.
por ALEJO FERNANADEZ PEREZ
La legalización de las drogas blandas
Dentro de las nuevas políticas, proponer una forma de vida centrada en un individualismo que paraliza y genera disolución social, es preocupante la insistencia con que ciertos partidos autollamados progresistas persiguen la legalización de las drogas blandas. El consumo de esas sustancias en los más jóvenes está creciendo de forma alarmante, en el contexto de una permisividad social y educativa que obvia las evidencias científicas que relacionan lo que vulgarmente se llama “fumar porros” con problemas de adicción, esquizofrenia, psicosis, bipolaridad, falta de atención, y otras consecuencias como el incremento de accidentes de tráfico. No habría más que fijarse en la experiencia de los Países Bajos, donde el consumo de esas sustancias es legal desde hace años, para constatar un incremento en la fabricación de estupefacientes y en el crimen organizado.
Jesús Domingo Martínez
La ancianidad no como una carga
Ante verdaderos dramas como el de la soledad no deseada que, sin ser exclusivo de ellos, de los ancianos, les golpea de manera especial, todos nos debemos sentir invitados a estimar y valorar a las personas mayores, y favorecer que puedan mostrar y ofrecer la riqueza de los años, entendida como la bendición de una larga vida. El documento “Orientaciones para la pastoral de las personas mayores. La ancianidad: riqueza de frutos y bendiciones”, propone fomentar el diálogo entre generaciones para que los más mayores ayuden a los más jóvenes a levantar la mirada hacia el horizonte y hacia lo alto, presentándoles una vida real, no ficticia. Los jóvenes, por su parte, pueden ayudar a los mayores a sumergirse en el momento presente tan avanzado en el uso de la tecnología y en tantas ramas del conocimiento. La propuesta es, en definitiva, ver la ancianidad como un tiempo de gracia que puede ser de especial vitalidad, como un auténtico regalo de Dios y nunca como una carga.
José Morales Martín
La emotividad es necesaria pero…
La nueva ley educativa y el desarrollo de los planes de estudio aprobados por el Gobierno hacen frecuente referencia a las emociones. Se habla, por ejemplo, del desarrollo de la empatía, una palabra muy de moda. Es cierto que, si algo no suscita algún tipo de sentimiento como la atracción, la curiosidad, el rechazo o la pasión, es difícil aprender y conocer. No hay por qué despreciar la educación en inteligencia emocional.
La emotividad es necesaria para aprender y hay que educarla. Otra cosa es el emotivismo que absolutiza los sentimientos sin dirigirlos a un contenido objetivo. Las emociones no saben controlarse a sí mismas, hace falta algo que esté fuera para regirlas.
Jesús Martínez Madrid
El saqueo del dinero público la horrenda política mundial
Ese es el problema principal de la política de “saqueos” que se practica en el planeta; es el abuso continuo del que llega a mandar y dispone de los recursos públicos a su entero capricho, estableciéndose las diferencias enormes que hay en lo que debiera ser un reparto mucho más equitativo de ese dinero público, que todos los países poseen y que incluso se roba impunemente y se traslada a determinados lugares (paraísos fiscales) para que ni pague impuestos, al país donde fue impunemente robado; ese latrocinio hoy generalizado a grados que ni sabemos, es el motivo de todos “los follones”, protestas rebeliones y demás disturbios que asolan el planeta, todo lo demás es mentira; y es por lo que por muchas elecciones, plebiscitos y “urnas” que se pongan en los lugares donde se ponen, no se solucionan los problemas mundiales, que de llegarse a sistemas mucho mejores del reparto de bienes, desaparecerían por sí mismos. Y ¡¡ojo!! Nadie entienda que hablo de mantener parásitos del tipo que sean, no, la verdadera justicia social y económica, no es mantener parásitos, ni mucho menos, y es precisamente esa abundancia de parásitos, la que obstaculiza el verdadero progreso humano, puesto que lo que se hace es, “un destruir continuo”, lo que ocasionas las miserias que arrastramos desde muchos siglos atrás.
En resumen, que los que llegan a gobernar, no saben hacerlo y como en general (sálvese el que pueda) se convierten en los principales ladrones de los recursos propios, el resultado es el que es y vemos; y no el que debiéramos disfrutar, si de verdad, el que llega a gobernar gobernara con justicia, que ya y a estas alturas del siglo veintiuno, debiera estar establecida en el muy podrido mundo en que nos hacen vivir.
Es lo que la inteligencia de “un nada que piensa y define”, dice a la vista de todo lo que soportamos de “tiranías” en la actualidad; no existen ni ideas sociales, ni religiosas, ni políticas; todo se reduce a un mercenariado, donde cada cual que puede, roba en masa lo que no le pertenece en absoluto; es por lo que todos los sistemas son un fracaso y la mentira es la que impera en la vida planetaria en todos o casi todos los sentidos, que son discutibles de verdad.
Y lo hago como español que nacido en el transcurso de una de las peores guerras intestinas (“la civil de 1936-1939”) tuvo que vivir todas las horribles experiencias del denominado, “bando perdedor”; el que milagrosamente superado, termina con la muerte del “dictador-tirano”; Franco, pero el que a pesar de todo, al morir deja un país muy rico y bien pertrechado, pero el que han destruido los herederos de aquel gobernante (me da igual denominar a izquierdas o derechas por la inutilidad e incluso complicidad de ambas partes en los desastres y pobrezas actuales y que asolan España) que al menos y en lo económico y social supo llevar a España a un nivel social y económico nunca logrado y menos soñado en su enorme historia de poderes disueltos siempre en el manirroto gobernar de una infinidad de gobernantes que no supieron hacerlo nunca. Y esa es la historia de este “pomposo” país de “cuentos y leyendas”, cuya realidad ni de jocosidad se puede calibrar de otra forma que de la de miserable.
CORRUPCIÓN, NEPOTISMO, PARÁSITOS, CARGOS BIEN PAGADOS PERO INÚTILES PARA LA MARCHA DE UN PAÍS, ABUSOS CONTINUOS DESDE…. “Felipe quiero un hijo tuyo, o a España no la va a conocer ni la madre que la parió”; delincuentes que debieran estar en la cárcel y con los bienes confiscados y viven fuera y sin “miedo alguno”, por lo que con malas artes acumularon, por ejemplo; “los Pujol y los pujoleros”, y así en toda la geografía española; los ERES en Andalucía, la justicia “que se reparte la clase política” y en general; LA CORRUPCIÓN GLOBAL. Elecciones votaciones ¿para qué y para quién? ¿Dónde están los bienes que había en 1975? ¿Quién ha gobernado desde entonces, y que hicieron y hacen los separatistas? Y hoy se vuelven a las, “ínfulas de nosotros somos”; pero no olvidemos que aquí, han gobernado los mismos en los últimos cincuenta años y los resultados, a la vista están; ¿Qué podemos esperar de las nuevas huestes, más de lo mismo? Seguro, puesto que España, “sigue siendo rica y muy saqueable por el que llega al poder”.
Terminando: ¡La situación es el resultado de malos y peores gobiernos que son los únicos culpables de la situación tan pordiosera, que soportamos los españoles!
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)
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