Las Noticias de hoy 4 Marzo 2023

Enviado por adminideas el Sáb, 04/03/2023 - 12:26

Para una buena Confesión – Subsidio Pastoral – Conferencia Episcopal  Ecuatoriana

Ideas Claras

DE INTERES PARA HOY    sábado, 04 de marzo de 2023      

Indice:

ROME REPORTS

El Papa: “Al diablo se lo vence oponiéndole con fe la Palabra divina”

Llamamientos del Papa ante las angustiosas noticias que siguen llegando

Papa Francisco: “Pedir perdón no basta”

El papa: “Miremos a Ucrania, recemos por Ucrania”

LLAMADOS A LA SANTIDAD : Francisco Fernandez Carbajal

Evangelio del sábado: para ser buenos hijos, decir buenos días

“Tú eres sal, alma de apóstol” : San Josemaria

Sexto Dolor y Gozo de San José – Siete Domingos

Muy humanos, muy divinos (VII): Nuestro trabajo, levadura de Dios : Javier del Castillo

El horror de la guerra que no cesa

HABLAR CON EL CORAZÓN : Silvia Del Valle

Zelenski y Putin: un año de guerra de liderazgos : Luis Ángel Díaz Robredo

Familia, más que un concepto : Celso Morga
San José Obrero: quién fue José de Nazaret, el padre de Jesús : Fundación CARF

Tras los pasos de san Juan Pablo II

En busca de la excelencia perdida : Enrique García-Máiquez 

Del respeto a lo sagrado. Carnavales : Josefa Romo

La veracidad y crisis de la democracia : JD Mez Madrid

Cómo rectificar un poco : Pedro García

Un viaje que ha hecho creíble el anuncio del Evangelio : Juan García. 

“Y no hay más: es la realidad” : Domingo Martínez Madrid

«Las cosas no cambian porque te pongas un anillo en el dedo»: Jackie y Bobby Angel

 

 

ROME REPORTS

 

El Papa: “Al diablo se lo vence oponiéndole con fe la Palabra divina”

Palabras del Santo Padre antes del Ángelus

 

Ángelus 26 febrero 2023 © Vatican Media

Este domingo, 26 de febrero de 2023, el Papa Francisco se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, para recitar el Ángelus, con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para la cita habitual de los domingos.

Estas fueron las palabras del Papa al introducir la oración mariana:

***

Palabras del Papa

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de este primer Domingo de Cuaresma nos presenta a Jesús en el desierto tentado por el diablo (cfr. Mt 4,1-11). Diablo significa “el que divide”. El diablo siempre quiere crear división, y eso es lo que se propone también tentando a Jesús. Veamos entonces de quién quiere dividir el diablo a Jesús, y de qué modo lo tienta.

¿De quién quiere separar el diablo a Jesús? Después de recibir el bautismo de Juan en el Jordán, Jesús fue llamado por el Padre «mi Hijo amado» (Mt 3,17), y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma de paloma (cfr. v. 16). El Evangelio nos presenta así las tres Personas divinas unidas en el amor. Luego, Jesús mismo dirá que ha venido al mundo a hacernos partícipes de la unidad que existe entre Él y el Padre (cfr. Jn 17,11). El diablo, en cambio, hace lo contrario: entra en escena para dividir a Jesús del Padre y apartarlo de su misión de unidad para nosotros. Divide siempre.

Veamos ahora de qué modo intenta dividir. El diablo quiere aprovechar la condición humana de Jesús, que se encuentra débil porque ha ayunado durante cuarenta días y tiene hambre (cfr. Mt 4,2). El maligno intenta entonces instilar en Él tres “venenos” potentes con el fin de paralizar su misión de unidad. Y estos venenos son el apego, la desconfianza y el poder. Ante todo, el veneno del apego a las cosas, el apego a las necesidades; mediante razonamientos persuasivos, el diablo trata de sugestionar a Jesús: “Tienes hambre, ¿por qué tienes que ayunar? Escucha tu necesidad, satisfácela, tienes derecho y tienes también poder para ello: transforma las piedras en pan”. Esta es la primera tentación. Después, el segundo veneno, la desconfianza: “¿Estás seguro de que el Padre quiere tu bien? -insinúa el maligno-. ¡Ponlo a prueba, chantajéalo! Tírate desde el punto más alto del templo y haz que haga lo que tú quieres”. Por último, el poder: “¡No necesitas a tu Padre! ¿Por qué esperar sus dones? ¡Sigue los criterios del mundo, logra todo tú solo y serás poderoso!”. Las tres tentaciones de Jesús. E igualmente nosotros vivimos estas tres tentaciones, siempre. Es terrible. Pero es así también para nosotros: el apego a las cosas, la desconfianza y la sed de poder son tres tentaciones frecuentes y peligrosas que el diablo emplea con el fin de dividirnos del Padre y hacer que ya no nos sintamos hermanos y hermanas entre nosotros; las usa para llevarnos a la soledad y a la desesperación. ¡Esto es lo que quiere hacer el diablo, esto es lo que quiere hacernos a nosotros: llevarnos a la desesperación!

Pero Jesús vence las tentaciones. ¿Y cómo las vence? Evitando discutir con el diablo y respondiendo con la Palabra de Dios. Esto es importante: con el diablo no se discute, con el diablo no se dialoga. Jesús le hace frente con la Palabra de Dios. Cita tres frases de las Escrituras que hablan de libertad respecto a las cosas (cfr. Dt 8,3), de confianza (cfr. Dt 6,16) y de servicio a Dios (cfr. Dt 6,13), tres frases opuestas a las tentaciones. No dialoga nunca con el diablo, no negocia con él, sino que rechaza sus insinuaciones con las Palabras benéficas de las Escrituras. Esto supone una invitación para nosotros: ¡con el diablo no se discute! No se negocia, no se dialoga; no se lo vence tratando con él, es más fuerte que nosotros. Al diablo se lo vence oponiéndole con fe la Palabra divina. Jesús nos enseña a defender de este modo la unidad con Dios y entre nosotros de los ataques del que divide. La Palabra divina es la respuesta de Jesús a las tentaciones del diablo.

Por ello, preguntémonos: ¿qué lugar tiene en mi vida la Palabra de Dios? ¿Recurro a la Palabra de Dios en mis luchas espirituales? Si tengo un vicio o una tentación que se repite, ¿por qué no busco, haciendo que me ayuden, un versículo de la Palabra de Dios que responda a ese vicio? Luego, cuando llegue la tentación, lo recito, lo rezo confiando en la gracia de Cristo. Probemos, nos ayudará en las tentaciones, nos ayudará mucho, porque, entre las voces que se agitan dentro de nosotros, resonará la voz benéfica de la Palabra de Dios. Que María, que ha acogido la Palabra de Dios y con su humildad ha derrotado la soberbia del que divide, nos acompañe en la lucha espiritual de la Cuaresma.

 

Llamamientos del Papa ante las angustiosas noticias que siguen llegando

Palabras del Santo Padre después de la oración mariana

 

Ángelus 26 febrero 2023 © Vatican Media

El Papa, en sus palabras tras el Ángelus de este domingo, 26 de febrero de 2023, renovó varios llamamientos ante las angustiosas noticias que siguen llegando de Tierra Santa, Burkina Faso y Ucrania. También pidió por nuevos migrantes ahogados en el Mediterráneo. Y por las poblaciones de Siria y Turquía, afectadas por el terremoto.

Estas fueron las palabras del Papa después de la oración mariana, ofrecidas por la Oficina de Prensa de la Santa Sede

***

Palabras del Papa

Queridos hermanos y hermanas:

Una vez más llegan noticias dolorosas desde Tierra Santa: tantas personas muertas, también niños… ¿Cómo detener esta espiral de violencia? Renuevo el llamamiento a actuar de modo que el diálogo prevalezca sobre el odio y sobre la venganza, y rezo a Dios por los palestinos y los israelíes, para que encuentren el camino de la fraternidad y de la paz, con la ayuda de la comunidad internacional.

Estoy muy preocupado también por la situación en Burkina Faso, donde continúan los ataques terroristas. Invito a rezar por la población de ese querido país, para que las violencias sufridas no hagan que pierda la confianza en el camino de la democracia, de la justicia y de la paz.

Esta mañana me he enterado con dolor del naufragio ocurrido en la costa calabresa, cerca de Crotone. Ya se han recuperado cuarenta muertos, entre ellos muchos niños. Rezo por cada uno de ellos, por los desaparecidos y por los migrantes supervivientes. Doy las gracias a cuantos los han socorrido y a quienes los están acogiendo. Que la Virgen sostenga a estos hermanos y hermanas nuestros. Y no olvidemos la tragedia de la guerra en Ucrania, ya se ha cumplido un año de guerra. Y tampoco olvidemos el dolor de los pueblos sirio y turco, ocasionado por el terremoto.

Dirijo mi saludo a todos los que habéis venido desde Italia y desde otros países. Saludo a los peregrinos procedentes de España, Portugal, México y Croacia. Saludo a los fieles de Palermo, Montelepre, Termini Imerese y Riese Pio X; a los alumnos del Seminario Interregional Campano de Nápoles; a los adolescentes de diversas parroquias de la diócesis de Milán; a los niños de Confirmación de Cavaion y Sega (Verona), al grupo de Limbadi y a los niños de la Primera Comunión de Sant’Aurea en Ostia Antica.

Saludo a la Asociación Italiana de Donantes de Órganos, que celebra el 50 aniversario de su fundación: os agradezco vuestro compromiso de solidaridad social y os animo a seguir promoviendo la vida a través de la donación de órganos. Un saludo especial a todos los que han venido con ocasión del Día Mundial de las Enfermedades Raras, que tendrá lugar pasado mañana: renuevo mi apoyo a las asociaciones de los enfermos y de sus familias; que no les falte nuestra cercanía, especialmente a los niños, para hacerles sentir el amor y la ternura de Dios.

Y os deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!

 

 

Papa Francisco: “Pedir perdón no basta”

El Papa Francisco exige respuestas, acciones y espacios seguros para las víctimas de abusos

 

Se ha publicado el Video del Papa de marzo con la intención de oración que el Santo Padre confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa

El mensaje de este mes está dirigido a todas las personas que han sido víctimas de abusos, “especialmente los cometidos por miembros de la Iglesia”, “para que encuentren en la misma Iglesia una respuesta concreta a su dolor y a su sufrimiento”.

Para el Papa Francisco, son las víctimas quienes deben estar “en el centro” de todo; son las que necesitan “respuestas, acciones concretas para reparar los horrores que han sufrido y prevenir que no se repitan”. “Pedir perdón es necesario”, comienza diciendo al inicio del video, “pero no basta”.

El nuevo Video del Papa es un llamado para escuchar, acompañar, y proteger a las personas que han recibido abusos por parte de miembros de la comunidad eclesial.  

Escuchar, acompañar, proteger, reparar
En el camino que propone el Santo Padre para dar respuesta a los abusos cometidos, se ha de comenzar por “sacarlos a la luz en la sociedad y en las familias”. Se trata de una tragedia que no se puede esconder, ni en la Iglesia, ni “en las familias, en los clubs, en otro tipo de instituciones”.

Resulta fundamental, sigue explicando Francisco, que la Iglesia ofrezca “espacios seguros para escuchar a las víctimas, acompañarlas psicológicamente y protegerlas”.

El mensaje de Francisco se enfoca en las víctimas de este mal, que son quienes deben estar “en el centro” de todo.

Flores, luz, reanudación de la vida
La preocupación de Francisco por las víctimas y su llamamiento a sacar a la luz los abusos van acompañados, este mes, de un vídeo de animación que la Red Mundial de Oración del Papa ha realizado junto al artista italiano Hermes Mangialardo. Se trata de una historia con un fuerte contenido simbólico, que juega con la comparación entre la luz y la oscuridad, que habla de la singularidad de cada vida y del profundo sufrimiento causado por la violencia padecida. En las paredes de una casa oscura, en la que unas cortinas oscuras impiden la entrada del sol, cuelgan cuadros -símbolo de la obra de arte que representa cada vida- que representan flores, que precisamente por la falta de luz se marchitan. Son cuadros de diversos tipos y colores -algunos acabados al detalle, otros apenas esbozados con trazo infantil- colocados en las distintas estancias de la casa: el dormitorio de los niños, el rincón de deportes, el salón. Todas las habitaciones, tan diferentes entre sí, tienen en común la oscuridad que las domina, hasta que las cortinas del salón se rasgan y permiten por fin que entre la luz: los rayos de sol no sólo iluminan la casa, sino que también permiten que esas flores heridas -a las que ni siquiera el marco y el cristal han conseguido proteger de la violencia que ha penetrado profundamente en sus corazones- vuelvan a la vida y comiencen lentamente a levantarse de nuevo, llevándose consigo sus heridas.

La Iglesia es responsable de ofrecer espacios seguros para las víctimas y de permitir que encuentren allí mismo “una respuesta concreta a su dolor y a su sufrimiento”.

El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó acerca de esta intención de oración: “En el Evangelio, Jesús, hablando desde lo más profundo de su corazón, dice: ‘Pero el que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al fondo del mar’ (Mt 18, 6-7). El sufrimiento de Jesús ante lo intolerable. Es difícil encontrar palabras ante la aberración. ‘Cuando experimentamos la desolación causada por estas heridas eclesiales, con María nos conviene dar más tiempo a la oración (San Ignacio de Loyola, Ejercicios espirituales, 319)’ recuerda el Papa Francisco en su ‘Carta al Pueblo de Dios’ (2018). El Papa deseó que la Iglesia católica rece durante todo el mes de marzo por las víctimas de abusos de poder y de conciencia, y de abusos sexuales, para ‘despertar nuestra conciencia, solidaridad y compromiso con una cultura de la protección’ y luchar con determinación contra todo tipo y forma de abuso. Este espacio de oración puede llevar a reflexionar sobre las causas estructurales e ideológicas que han producido estos abusos y su invisibilización. La oración abre el corazón, permite escuchar y ver, y lleva a actuar contra estos crímenes que desfiguran el Evangelio de Jesucristo y el rostro de la Iglesia, para que podamos encontrar, como expresa la intención de oración del Papa, respuestas concretas al dolor y al sufrimiento de las víctimas”.

 

 

El papa: “Miremos a Ucrania, recemos por Ucrania”

Documental sobre la guerra: “Recemos por Ucrania”

 

Vatican Media

Después de ver el documental ‘Freedom on Fire: Ukraine’s Fight for Freedom’, el Santo Padre hizo una oración por la paz en Ucrania, que cumple un año en conflicto: “El espíritu de la guerra destruye”:

Publicamos a continuación las palabras pronunciadas este viernes 24 de febrero de 2023, por el Santo Padre Francisco en el Aula Nuova del Sínodo al final de la proyección del Documental «Freedom on Fire: Ukraine’s Fight for Freedom«, promovido por el director Evgeny Afineevsky, en presencia de unos 250 invitados entre necesitados, refugiados y miembros de la comunidad ucraniana de Roma, acompañados por Su Eminencia el Card. Konrad Krajewski, Elector de Su Santidad, y representantes de asociaciones de voluntarios:

***

Palabras del Santo Padre

Cuando Dios hizo al hombre, dijo que tomara la tierra, la hiciera crecer, la hiciera bella. El espíritu de la guerra es lo contrario: destruye, destruye, no la dejes crecer, destruye a todos, hombres mujeres, niños, ancianos, a todos

Hoy se cumple un año de esta guerra. Miremos a Ucrania, recemos por Ucrania y abramos nuestros corazones al dolor. No nos avergoncemos de sufrir y llorar, porque una guerra es destrucción, una guerra siempre nos empequeñece. Que Dios nos haga comprender esto.

Oremos

Padre Santo, que estás en los cielos, mira nuestras miserias, mira nuestras heridas, mira nuestro dolor, mira también nuestro egoísmo, nuestros bajos intereses y la capacidad que tenemos de destruirnos. Sana, sana nuestros corazones, sana nuestras mentes, sana nuestros ojos para que vean la belleza que Tú has hecho y no la destruyan en el egoísmo. Siembra en nosotros la semilla de la paz. Amén.

 

 

LLAMADOS A LA SANTIDAD

— El Señor llama a todos a la santidad, sin distinción de profesión, de edad, condición social, etcétera, en el lugar que cada uno ocupa en la sociedad.

— «Santificar el propio trabajo», «santificarse en el trabajo», «santificar a los demás con el trabajo». Necesidad de personas santas para transformar la sociedad.

— Santidad y apostolado en medio del mundo. Ejemplo de los primeros cristianos.

I. Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto1. Así termina el Evangelio de la Misa de hoy. De muchas maneras nos está recordando la Iglesia, en estos cuarenta días de preparación para la Pascua, que el Señor espera mucho más de nosotros: un empeño serio por la santidad.

Sed perfectos... Y el Señor no solo se dirige a los Apóstoles sino a todos los que quieran ser de verdad discípulos suyos. Se dice expresamente que cuando terminó Jesús estos discursos, las multitudes quedaron admiradas de su doctrina2. Esta gran cantidad de gente que le escucha estaría formada por madres de familia, pescadores, artesanos, doctores de la ley, jóvenes... Todos le entienden y quedan admirados, porque a todos se dirige el Señor. Para todos, cada uno según sus propias circunstancias, tiene el Señor grandes exigencias. El Maestro llama a la santidad sin distinción de edad, profesión, raza o condición social. No hay seguidores de Cristo sin vocación cristiana, sin una llamada personal a la santidad. Dios nos escogió para ser santos y sin mancha en su presencia3, repetirá San Pablo a los primeros cristianos de Éfeso; y para conseguir esta meta es necesario un esfuerzo que se prolonga a lo largo de nuestros días aquí en la tierra: el justo justifíquese todavía más y el santo más y más se santifique4.

Esta doctrina del llamamiento universal a la santidad, es, desde 1928, por inspiración divina, uno de los puntos centrales de la predicación de San Josemaría Escrivá, que ha vuelto a recordar en nuestro tiempo –de todas las maneras posibles– que el cristiano, por su Bautismo, está llamado a la plenitud de la vida cristiana, a la santidad.

El Concilio Vaticano II ha declarado para toda la Iglesia esta vieja doctrina evangélica: el cristiano es llamado a la santidad, desde el lugar que ocupa en la sociedad. «Todos los fieles, cualesquiera que sean su estado y condición, están llamados por Dios, cada uno en su camino, a la perfección de la santidad, por la que el mismo Padre es perfecto»5Todos y cada uno de los fieles.

Llama el Señor a todos los cristianos que están en medio del mundo en plena ocupación profesional, para que allí le encuentren, realizando aquella tarea con perfección humana y, a la vez, con sentido sobrenatural: ofreciéndola a Dios, viviendo la caridad con las personas que tratan, la mortificación, la presencia de Dios...

Hoy podemos preguntarnos en nuestra oración con el Señor si le damos gracias frecuentemente por esta llamada a seguirle de cerca, si estamos correspondiendo a las gracias recibidas mediante una lucha ascética clara y vibrante por adquirir las virtudes, si estamos vigilantes para rechazar todo aburguesamiento, que mata los deseos de santidad y deja el alma sumida en la mediocridad espiritual y en la tibieza. No basta con querer ser buenos; hay que esforzarse decididamente en ser santos.

II. Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto. La santidad, amor creciente a Dios y a los demás por Dios, podemos y debemos adquirirla en las cosas de todos los días, que se repiten muchas veces, con aparente monotonía. «Para amar a Dios y servirle, no es necesario hacer cosas raras. A todos los hombres sin excepción, Cristo les pide que sean perfectos como su Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48). Para la gran mayoría de los hombres, ser santo supone santificar el propio trabajo, santificarse en su trabajo, y santificar a los demás con el trabajo, y encontrar así a Dios en el camino de sus vidas»6.

Para que el trabajo, cualquier tarea recta, pueda convertirse en medio de santidad es necesario que esté humanamente bien hecho, ya que no podemos ofrecer a Dios nada defectuoso, pues no sería digno de Él7. El trabajo bien realizado supone tanto el cuidado de los pequeños deberes que toda profesión lleva consigo como el cumplimiento fidelísimo de la virtud de la justicia con otras personas y con la sociedad, el rectificar con prontitud si se ha cometido algún error con quienes o para quienes trabajamos, el afán constante por mejorar profesionalmente en nuestro quehacer. Esto vale igualmente para el empresario, para el obrero, o el estudiante. Para el médico o para la madre de familia que ha de dedicarse al cuidado de la casa sacando adelante los quehaceres corrientes del hogar.

Santificarnos en el trabajo nos llevará a convertirlo en ocasión y lugar de trato con Dios. Para esto, podemos ofrecer el trabajo al comenzarlo, y luego renovar ese ofrecimiento con frecuencia, aprovechando cualquier circunstancia. A lo largo de su realización se presentarán muchos momentos para ofrecer pequeñas mortificaciones que enriquecen la vida interior y el mismo trabajo que estamos haciendo; también, para el ejercicio de las virtudes humanas (la laboriosidad, la reciedumbre, la alegría...), y de las sobrenaturales (la fe, la esperanza, la caridad, la prudencia...).

El trabajo puede y debe ser el medio para dar a conocer a Cristo a muchas personas. Hay profesiones que tienen una repercusión inmediata en la vida social: la enseñanza, las que se relacionan con los medios de información, el ejercicio de las funciones públicas de un país... Pero no existen tareas que nada tengan que ver con la doctrina de Jesucristo. Aun en problemas muy técnicos de una empresa o en la manera como una madre de familia lleva su hogar, se darán soluciones distintas, en ocasiones radicalmente distintas, según se tenga una visión pagana o cristiana de la vida. Quien no tiene fe siempre tendrá una visión incompleta del mundo, y el modo de comportarse cristiano chocará a veces con la moda del momento, con los usos corrientes entre colegas de una misma profesión. Son circunstancias especialmente propicias para dar a conocer a Cristo, siendo ejemplares en la manera cristiana de actuar, llena de naturalidad y de firmeza.

El mundo está necesitado de Dios, más cuanto con mayor frecuencia repite que no tiene necesidad de Él. Los cristianos, esforzándonos en seguir a Cristo seriamente, lo daremos a conocer. «Un secreto. —Un secreto, a voces: estas crisis mundiales son crisis de santos.

»—Dios quiere un puñado de hombres “suyos” en cada actividad humana. —Después... “pax Christi in regno Christi” —la paz de Cristo en el reino de Cristo»8.

Santificar el trabajo. Santificarse en el trabajo. Santificar con el trabajo.

III. Los primeros cristianos vencieron muchos obstáculos con su empeño y con su amor a Cristo, y nos señalaron el camino: su firmeza en la doctrina del Señor pudo más que la atmósfera materialista, y frecuentemente hostil, que los circundaba. Metidos en la entraña misma de aquella sociedad, no buscaron en el aislamiento el remedio a un posible contagio y su propia supervivencia. Estaban plenamente convencidos de ser levadura de Dios, y su callada pero eficaz acción acabó por transformar aquella masa informe. «Supieron, sobre todo, estar serenamente presentes en el mundo, no despreciar sus valores ni desdeñar las realidades terrenas. Y esta presencia –“ya llenamos el mundo y todas vuestras cosas”, proclamaba Tertuliano–, presencia extendida a todos los ambientes, interesada por todas las realidades honestas y valiosas, llegó a penetrarlas de un espíritu nuevo»9.

El cristiano, con la ayuda de Dios, procurará hacer noble y valioso lo vulgar y corriente, convertir cuanto toque, no ya en oro, como en la leyenda del rey Midas, sino en gracia y en gloria. La Iglesia nos recuerda la tarea urgente de estar presentes en medio del mundo, para reconducir a Dios todas las realidades terrenas. Esto solo será posible si nos mantenemos unidos a Cristo mediante la oración y los sacramentos. Como el sarmiento está unido a la vid10, así debemos estar nosotros cada día unidos al Señor.

«Se necesitan heraldos del Evangelio expertos en humanidad, que conozcan a fondo el corazón del hombre de hoy, participen de sus gozos y esperanzas, de sus angustias y tristezas, y al mismo tiempo sean contemplativos, enamorados de Dios. Para esto se necesitan nuevos santos. Debemos suplicar al Señor que aumente el espíritu de santidad en la Iglesia y nos mande santos para evangelizar el mundo de hoy»11. Y esta misma idea la expresaba el Sínodo Extraordinario de Obispos haciendo un balance global de la situación de la Iglesia: «Hoy día necesitamos fuertemente pedir a Dios, con asiduidad, santos»12.

El cristiano ha de ser «otro Cristo». Esta es la gran fuerza del testimonio cristiano. Y de Jesús se dijo, a modo de resumen de toda su vida, que pasó por la tierra haciendo el bien13, y eso debería decirse de cada uno de nosotros, si de verdad procuramos imitarle. «El divino Maestro y Modelo de toda perfección, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, en cualquier circunstancia que viviere, la santidad de vida, de la cual Él es autor y consumador: Sed, pues, perfectos (...). Es completamente claro que todos los fieles de cualquier estado o condición de vida están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, santidad que, aun en la sociedad terrena, promueve un modo más humano de vivir»14.

1 Mt 5, 48. — 2 Mt 7, 28. — 3 Ef 1, 4. — 4 Apoc 22, 11. — 5 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 11. — 6 Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer, 55. — 7 Cfr. Lev 22, 20. — 8 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 301. — 9 J. Orlandis, La vocación del hombre de hoy, Rialp, Madrid 1973, 3ª ed., p. 48. — 10 Cfr. Jn 15, 1-7. — 11 Juan Pablo II, Discurso, 11-X-1985. — 12 Sínodo Extraordinario de Obispos 1985Relación final II, A n. 4. — 13 Hech 10, 38. — 14 Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 40.

 

 

Evangelio del sábado: para ser buenos hijos, decir buenos días

Comentario del sábado de la 1.ª semana de Cuaresma. “Si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más?”. En un mundo lleno de caras largas, somos los cristianos los llamados a contagiar la sonrisa, fruto de sabernos hijos del Padre.

04/03/2023

Evangelio (Mateo 5, 43-48)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

“Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y odiarás a tu enemigo.

Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre justos y pecadores.

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen eso también los publicanos?

Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen eso también los paganos?

Por eso, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.


Comentario

Dios no ha esperado que nosotros lo amemos. Él nos amó primero (1 Juan 4, 19). Pero no solo eso: nos amó también después del pecado original. Nos ama antes, durante y después de cada caída. Nos ama a pesar de nosotros mismos. Y después de la Cruz, nos mira como aquellos por los que su Hijo dio la vida. Valemos toda la sangre de Cristo. Es decir, para Dios valemos todo.

Así se comporta el Señor, y así aspira a que nos comportemos nosotros. El problema es que, en nuestro caso, rápidamente surgen las excusas.

El vecino que me cae antipático porque una vez no me saludó. La señora de la tienda de la esquina que una vez me despachó sin siquiera mirarme. El dependiente de la ventanilla del banco que no hace nada por resolverme el problema.

Mi cuñada, que es muy intensa. Mi jefe, que es insoportable. Mis hijos, que no hay quién los aguante.

Así, podríamos continuar con una lista infinita. De cada persona que conocemos podríamos mencionar un defecto, un error cometido, incluso, un mal que nos causaron. Pero Jesús, en este pasaje del sermón de la montaña, nos lo deja clarísimo: no hay excusa que valga. El Señor nos amó primero, y por todos dio la vida. Jesús no le negó el saludo a nadie: ni siquiera a Judas en el Huerto de los Olivos.

En un mundo lleno de oscuridad, somos los cristianos los llamados a traer luz. En un mundo lleno de caras largas, somos los cristianos los llamados a contagiar la sonrisa. En un mundo lleno de miradas al suelo y oídos ocupados con auriculares, somos los cristianos los llamados a decir siempre, pase lo que pase, buenos días.

Los avances neurocientíficos han permitido entender cada vez mejor por qué la risa se contagia. Las explicaciones son muy profundas, pero lo que aquí nos interesa es la ratificación del hecho: la risa, lo confirma la ciencia, es contagiosa.

Nunca sabemos lo que pueda pasar después de ese saludo. Quizás sea el primer paso para que el “fuego de Cristo que llevamos en el corazón” (cfr. Camino, n. 1) comience a calentar otras vidas. Si te parece que nadie a tu alrededor sonríe, empieza por sonreír tú, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos”. Seguramente te llevarás más de una sorpresa.

 

 

“Tú eres sal, alma de apóstol”

Tú eres sal, alma de apóstol. -"Bonum est sal" -la sal es buena, se lee en el Santo Evangelio, "si autem sal evanuerit" -pero si la sal se desvirtúa..., nada vale, ni para la tierra, ni para el estiércol; se arroja fuera como inútil. Tú eres sal, alma de apóstol. -Pero, si te desvirtúas... (Camino, 921)

4 de marzo

Los católicos hemos de andar por la vida como apóstoles: con luz de Dios, con sal de Dios. Sin miedo, con naturalidad, pero con tal vida interior, con tal unión con el Señor, que alumbremos, que evitemos la corrupción y las sombras, que repartamos el fruto de la serenidad y la eficacia de la doctrina cristiana. (Forja, 969)

En momentos de desorientación general, cuando clamas al Señor por ¡sus almas!, parece como si no te oyera, como si se hiciera sordo a tus llamadas. Incluso llegas a pensar que tu trabajo apostólico es vano.

–¡No te preocupes! Sigue trabajando con la misma alegría, con la misma vibración, con el mismo afán. –Déjame que insista: cuando se trabaja por Dios, ¡nada es infecundo! (Forja, 978)

Hijo: todos los mares de este mundo son nuestros, y allí donde la pesca es más difícil es también más necesaria. (Forja, 979)

Con tu doctrina de cristiano, con tu vida íntegra y con tu trabajo bien hecho, tienes que dar buen ejemplo, en el ejercicio de tu profesión, y en el cumplimiento de los deberes de tu cargo, a los que te rodean: tus parientes, tus amigos, tus compañeros, tus vecinos, tus alumnos... –No puedes ser un chapucero. (Forja, 980)

 

 

Sexto Dolor y Gozo de San José – Siete Domingos

 

Sexto dolor y gozo de San José

Bienaventurado Patriarca san José, que viste sujeto a tus órdenes al Rey de los Cielos. El consuelo que experimentaste al conducir de Egipto a tu querido Jesús fue turbado por el temor a Arquelao, fuiste, sin embargo, tranquilizado por el Ángel y permaneciste gozoso en Nazaret con Jesús y María.

Por este dolor y gozo te pedimos nos obtengas que, libres de todo temor nocivo, gocemos de la paz de conciencia y, viviendo tranquilos en unión de Jesús y de María, muramos en su compañía.

(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)

 

Sexto Dolor

El se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá (Mt 2, 21-22).

En el viaje de retorno a casa José tiene que cambiar los planes; toma el desvío y sigue hacia el norte, hacia Galilea. Va con Jesús -que ya tiene unos años- y con María; pero aunque camina contento, está preocupado por solucionar los problemas de cada día, por evitar los peligros del camino. Y no descansará tranquilo hasta el final del viaje.

La vida consiste, en cierto sentido, en ir de camino. De camino hacia la casa del Padre, nuestra morada definitiva. Cada día es un paso que nos puede acercar al cielo. Pero no caminamos solos, vamos en compañía de otros, sobre todo de nuestra familia.

 

 

Sería muy cómodo -muy egoísta- vivir sin preocuparse de los demás. Como a José, también a nosotros nos pide Dios que carguemos con la salud espiritual y física de los que nos rodean.

 

Sexto Gozo

Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: será llamado Nazareno (Mt 2,23).

En Nazaret estableció José de nuevo su taller de artesano. Trabaja y trabaja con la garlopa. María también trabaja. Y Jesús, todavía niño, juega con las virutas de serrín; aprende a moverse entre clavos y maderos para el momento de la redención.

José goza porque Dios ha querido que sea artesano, padre y esposo. Porque, precisamente en medio de esas tareas, él está con Jesús y con la Virgen María. Trabajar satisface humanamente, es medio de subsistencia, sirve para sacar adelante la familia. Pero sobre todo es el instrumento que tenemos para servir a Dios y a los demás.

Nazaret ha quedado para la historia como el modelo de hogar, y el lugar donde Dios enseña a trabajar por amor y con alegría sobrenatural. El santo patriarca será el patrono de quienes trabajen con ese sentido cristiano. ¡Qué gozada vivir en una familia así, trabajando como Él!

 

REFLEXIÓN

¿Estoy contento en mi trabajo porque me gusta, porque saco provecho, o tendría que tener una motivación más sobrenatural?

¿Procuro trabajar con la seriedad de un padre que tiene que sacar adelante su familia?

¿Advierto que Dios ve todo lo que realizo, cómo está hecho y las intenciones que tengo? ¿Se lo puedo ofrecer a Él? ¿Se lo ofrezco de hecho?

¿Dedico suficiente tiempo a mi familia? ¿Me doy cuenta de que los demás necesitan de mi tiempo, de mí?

¿Sé escuchar? ¿Recuerdo alguna cosa que me hayan hecho notar mis familiares y no acabo de tener en cuenta para rectificar?

¿Rezo por mi familia? ¿Rezamos en familia?

 

PROPÓSITO

Considerar en el trabajo -al menos al empezar- que puedo ofrecerlo a Dios a través de san José.

ORACIÓN

Oh glorioso José, alcánzame la gracia de trabajar a imitación tuya: con orden, constancia, intensidad y presencia de Dios; de trabajar teniendo siempre ante mis ojos las almas todas y la cuenta que habré de dar del tiempo perdido y de la vana complacencia en mis trabajos, tan contraria a la gloria de Dios. Así sea.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía.

 

 

Muy humanos, muy divinos (VII): Nuestro trabajo, levadura de Dios

En este séptimo artículo descubriremos algunas virtudes del trabajo que se esconden en una imagen que usó Jesús: la de aquella mujer que hace pan para muchas personas. El desafío es transformar nuestras tareas diarias en amor para quienes nos rodean.

21/09/2021

El trabajo, con sus objetos y sus rutinas, era quizá la realidad que mejor conocían quienes escuchaban a Jesús. Por eso en su predicación aparece con tanta frecuencia y desde tantos ángulos diversos. Ahí está el sembrador que arroja la semilla en el campo, el negociante que busca perlas finas, el pescador que lanza la red en el mar... Un día, para explicar algo tan importante como el modo en que Dios obra en el mundo, Jesús se fija en una de las tareas más ancestrales: la de elaborar el pan. «¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante al fermento que una mujer toma y echa en tres medidas de harina hasta que fermenta toda» (Lc 13,20). Así se desarrolla el Reino de Dios en la historia: codo a codo con nosotros, al compás de nuestro trabajo cotidiano, fermento que se inserta en el trabajo de Dios y que transforma el mundo desde dentro. Como dirá Jesús en otra ocasión, «mi Padre no deja de trabajar, y yo también trabajo» (Jn 5,17).

Con esta figura de la mujer que fermenta la harina, el Señor reviste de una dignidad inmensa una tarea que, de tan normal, parecería casi fuera de sitio. Quienes escuchaban al Señor tal vez imaginarían que, para describir algo tan trascendental como el desarrollo del Reino de Dios, habría sido más adecuado pensar en el trabajo de un noble de la época, o en las tareas de quienes se encargaban más directamente de las cosas religiosas. Pero el propio Jesús, siendo el Hijo del Altísimo, había ejercido un trabajo manual, sencillo. De modo que, en lugar de referirse a un puesto de influencia política, de eficacia económica, o de prestigio social, pensó en la labor de esas personas discretas que se despiertan temprano, antes que los demás, para que pueda llegar a tiempo ese pan de la primera comida, que usualmente dura apenas unas horas en su mejor estado.

Tres medidas de harina

Al describir la escena de esta mujer que trabaja la masa, Jesús menciona un detalle muy sugerente: la cantidad de harina. En el mundo judío de la época, tres «medidas» de harina equivalían aproximadamente a veintidós litros de masa, con lo que se podía producir pan para dar de comer a un centenar de personas. Tal cantidad de harina nos indica que la mujer no está trabajando solo para su propia familia, por numerosa que sea. Su tarea parece dirigirse más bien a una necesidad de la comunidad. No es difícil, pues, imaginarla en plena labor, poniendo el corazón en quienes disfrutarían de todo ese pan. Porque así sucede en todo trabajo: nuestra tarea nos pone en relación con los demás, nos ubica en algún lugar desde el que contribuimos al bien de los otros. De hecho, «las alegrías más intensas de la vida brotan cuando se puede provocar la felicidad de los demás, en un anticipo del cielo. Cabe recordar la feliz escena del film “La fiesta de Babette”, donde la generosa cocinera recibe un abrazo agradecido y un elogio: “¡Cómo deleitarás a los ángeles!”. Es dulce y reconfortante la alegría de provocar deleite en los demás»[1].

Tanto pan, para tanta gente, supondría un tiempo y un esfuerzo considerables. Pero esta mujer encara el reto y persevera en su labor «hasta que fermenta toda» la masa (Lc 13,20). Acabar la tarea emprendida, y acabarla bien, requiere fortaleza, concentración, perseverancia, puntualidad… Conseguir trabajar como esta mujer requiere sobreponerse a la pereza, que es de ordinario «el primer frente en el que hay que luchar»[2]. En ese sentido, sabemos que san Pablo no lo pensó dos veces a la hora de corregir la ociosidad que se había infiltrado entre los primeros cristianos de Tesalónica. Algunos de ellos pensaban que la segunda venida del Señor era inminente, y se decían que trabajar no tenía ya mucho sentido; vivían, pues, «sin hacer nada, solo ocupados en curiosearlo todo». Sin embargo, Pablo les dice: «El que no quiera trabajar, que no coma» (2 Ts 3,10-11).

El Padre nos ha hablado de las potencialidades que tiene el trabajo, también el que nos cuesta un poco más, cuando encontramos en él un lugar de amor y de libertad: «Podemos cumplir con alegría también los deberes que puedan resultar desagradables. Como nos dice san Josemaría, “no es lícito pensar que sólo es posible hacer con alegría el trabajo que nos gusta”. Se puede hacer con alegría ―y no de mala gana― lo que cuesta, lo que no gusta, si se hace por y con amor y, por tanto, libremente»[3].Esto rige incluso para dificultades en torno a la propia situación laboral, como pueden ser un momento de paro o de enfermedad, la pérdida de energías con el paso de los años, tensiones o incertidumbres en el propio sector, etc. San Josemaría, consciente de lo habituales que son ese tipo de situaciones en la vida, decía con realismo que «la enfermedad y la vejez, cuando llegan, se transforman en labor profesional. Y así no se interrumpe la búsqueda de la santidad, según el espíritu de la Obra, que se apoya, como la puerta en el quicio, en el trabajo profesional»[4].

Cuando el amor está de por medio

Son muchas las razones que nos pueden llevar a perseverar en una tarea honesta: la responsabilidad por sacar adelante a quienes dependen de nosotros, el deseo de servir a los demás, la ilusión de crear algo nuevo, etc. Sin embargo, también las buenas intenciones pueden adoptar progresivamente formas de amor propio, como el afán de reconocimiento, o los deseos de lucirse y aparentar ante los demás. Otras veces nos puede asediar la tentación de trabajar demasiado: un desvío sutil, que suele disfrazarse de virtud. El perfeccionismo y el eficientismo –o workaholism– se encuentran en este género de desorden. Lo que en su origen era un empeño por hacer las cosas bien, y de manera eficaz, puede derivar en lo que san Josemaría llamaba «profesionalitis»[5]: una dedicación excesiva al trabajo, que quita casi todo el tiempo a lo demás. «Vuestro trabajo —escribía en una ocasión— ha de ser responsable, perfecto, en la medida en la que la tarea humana pueda ser perfecta: con amor de Dios, pero teniendo en cuenta que lo mejor suele ser enemigo de lo bueno. Haced las cosas bien, sin manías ni obsesiones, pero acabándolas, poniendo siempre la última piedra y cuidando los detalles»[6].

El problema de la «profesionalitis» no estriba tanto en la manera en que se trabaja, como el peso que se da al trabajo en el horizonte de la vida. Es muy bueno, también para la salud mental y corporal, no perder de vista que el trabajo se ordena a una misión más grande, y que solo esa misión da sentido a la existencia de un hijo o una hija de Dios. La prudencia nos ayudará a integrar nuestro trabajo, aquí y ahora, dentro un horizonte que va mucho más allá del mismo trabajo. Un horizonte que está hecho no de objetivos, ni de plazos, sino de personas: empezando por Dios, que cuenta con esos momentos en que cuidamos especialmente nuestra relación con él, y siguiendo —también está allí el Señor esperándonos— por quienes nos rodean, que necesitan nuestro tiempo, nuestro afecto, nuestra atención.

La imagen de la mujer que amasa el pan nos pone ante los ojos la mejor razón para trabajar. Ella transforma su trabajo en un don, en una bendición: además de pan, la mujer da amor, porque cuando hacemos un regalo a alguien «lo primero que le damos es el amor con el que le deseamos el bien»[7]. La mujer no se limita a dar al prójimo lo que le corresponde; porque, cuando el amor está de por medio, es uno mismo el que se da. Por esto decía san Josemaría que no podemos limitarnos «a hacer cosas, a construir objetos. El trabajo nace del amor, manifiesta el amor y conduce al amor»[8]. Cuando alguien trabaja así por nosotros, nos conduce al amor, porque nos hace entrar en la lógica del don: un amor engendra otro, como una sonrisa engendra otra, transformando uno a uno los corazones. El amor de esta mujer, expresión del amor de Dios, es la levadura viviente que transforma, como un don suyo, a los que reciben el pan que ha trabajado con sus manos.

El mundo entero es altar para nosotros

La alusión a las tres medidas de harina tiene aún otro significado, que se entiende desde sus precedentes bíblicos: se trata de la misma medida que ofrecen Abrahán y Sara para honrar a los tres varones misteriosos que los visitan en Mambré (cfr. Gn 18,6), y también es la medida que usa Gedeón para ofrecer un sacrificio que el Señor consume con el fuego de un ángel (cfr. Ju 6,19-21). Tal vez para algún judío que escuchaba a Jesús, la sola mención de las medidas de harina evocaría estas acciones sagradas (a pesar de que los sacrificios se solían hacer sin levadura). Con esta alusión, el Señor parece querer recordarnos que el trabajo de esta mujer es una ofrenda a Dios, como lo puede ser el nuestro cuando lo unimos a la santa Misa. Convertimos así lo humano, nuestras horas de trabajo, en algo santo. Y entonces se realiza aquello tan hermoso de que «el mundo entero (…) es altar para nosotros»[9].

San Josemaría nos animaba a hacer de la Eucaristía «el centro de la vida interior, de tal manera que sepamos estar con Cristo, haciéndole compañía a lo largo de la jornada, bien unidos a su sacrificio: todo nuestro trabajo tiene ese sentido. Y esto nos llevará durante el día a decir al Señor que nos ofrecemos por Él, con Él y en Él a Dios Padre, uniéndonos a todas sus intenciones, en nombre de todas las criaturas. Si vivimos así, todo nuestro día será una Misa»[10].

***

La imagen de esta mujer con las manos en la harina se remontaba seguramente a la infancia de Jesús. ¿Quién sabe? Quizá incluso se trataba de su madre, santa María, que tantas veces preparó el pan. La imaginamos concentrada en su trabajo, poniendo de su parte lo necesario para que el proceso natural de la levadura siguiera su curso. Como sucede en nuestro trabajo: cuando lo hacemos cara a Dios, dejamos que él se sirva de nuestros esfuerzos para extender su reino, con su levadura divina. Así se lo hizo ver a san Josemaría: «Contemplo ya, a lo largo de los tiempos, hasta al último de mis hijos (…) actuar profesionalmente, con sabiduría de artista, con felicidad de poeta, con seguridad de maestro y con un pudor más persuasivo que la elocuencia, buscando —al buscar la perfección cristiana en su profesión y en su estado en el mundo— el bien de toda la humanidad»[11].

Javier del Castillo


[1] Francisco, Ex. ap. Amoris Laetitia, n. 129.

[2] San Josemaría, Cartas 2, n. 10.

[3] Mons. F. Ocáriz, Carta pastoral, 9-I-2018, n. 6.

[4] San Josemaría, Apuntes de la predicación, citado en E. Burkhart, J. López, Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de San Josemaría, Rialp, Madrid 2013, vol. III, p. 165.

[5] Cfr. san Josemaría, Surco, n. 502

[6] San Josemaría, Cartas 36, n. 38; citado en E. Burkhart, J. López, Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de San Josemaría, vol. III, pp. 189-190.

[7] Santo Tomás de Aquino, Suma teológica, I, q. 38, a. 2, resp.

[8] San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 48.

[9] San Josemaría, apuntes tomados de una meditación, 19-III-1968. Citado en J. Echevarría, Vivir la Santa Misa, Rialp, Madrid 2010, p. 17.

[10] San Josemaría, apuntes de la predicación, 27-V-1962.

[11] San Josemaría, Cartas 3, n. 4.

 

 

El horror de la guerra que no cesa

“Sientes un miedo que no se puede explicar”, cuenta Igor Chumak, huérfano ucraniano, nacido en Kiev y acogido de niño por un matrimonio vigués, que está viviendo la guerra de Ucrania en primera persona y que ha venido unos días a España. Igor relata la barbarie de la invasión rusa a su país y también la fe y el amor que le han inculcado desde los 9 años este matrimonio español, Rosa Montenegro y Pedro Matas, por lo que dice sentirse mitad ucraniano y mitad español.

28/02/2023

“La guerra me despertó a las 5 de la mañana”

“Escuché un fuerte ruido muy cerca de mi casa, eran las cinco de la mañana, del 24 de febrero cuando comenzó el bombardeo. Aún medio dormido, tardé en hacerme cargo de lo que estaba sucediendo, no quería creerlo, me asomé a la ventana y vi a la gente que entraba en pánico y corría, vi a muchos vecinos huyendo con bolsas en todas las direcciones, a pie y en coche”.

Aquel 24 de febrero de 2022, Rusia invadió Ucrania, con ataques de misiles sobre varias ciudades y fuerzas terrestres entrando en el país desde el norte, el sur y el este. Igor Chumak nos cuenta, un año después, que ese día ocurrió lo que jamás había pensado: “Ucrania fue bombardeada por Rusia, parecía surrealista que este tipo de cosas sucedieran en el siglo XXI. Hemos perdido amigos, familia… nos ha alterado la vida. Ya hace un año que fuimos bombardeados y desde entonces nuestras vidas han cambiado para siempre; se han perdido decenas de miles de vidas y millones de personas se han refugiado en otros países”.

Igor terminando de completar una furgoneta con ayuda humanitaria para Ucrania

Igor y otros compañeros se han dedicado a construir barricadas y trincheras utilizando máquinas-grúas y otros materiales de su propia empresa constructora; además, desde el principio de la guerra, está desarrollando un intenso trabajo de acción humanitaria directa: suministro de medicinas y alimentos y el traslado de personas a zonas más seguras o a la frontera; también acude a diario, desde su vivienda, para revisar los destrozos y atender a las víctimas jugándose la vida en más de una ocasión.

“Yo soy cristiano –dice Igor– quiero mucho a Jesús y pienso en lo que Dios nos dice en la Biblia sobre cómo debemos comportarnos: cuando la gente necesita ayuda tenemos que ayudar, si alguien no tiene comida, tenemos que darle comida, si yo puedo socorrer en algo, sé que tengo que acudir”.

“Muchas veces he sentido el miedo, sobre todo al principio de la guerra: he visto caer muchas bombas muy cerca y he visto morir a muchos vecinos míos. Pero sé que mi vida está en las manos de Dios y que si Él me protege no me pasará nada. Cuando ayudas a la gente, no sé cómo, pero el miedo desaparece de tu cabeza. Toda tu atención se enfoca en los niños y en sus madres que están en zonas de peligro. Gracias a Dios estamos vivos y hemos sacado a miles de personas de la zona”.

Igor agradece que España haya enviado desde el principio de la guerra ayuda humanitaria y que muchas familias españolas y de otros países hayan abierto sus casas para acoger a ucranianos. “Les suplico que recen por Ucrania, que pidan a Dios la paz. Ciertamente no pueden ir a mi país a ayudar, pero seguro que sí pueden rezar todos en algún momento de rodillas, o recen por Ucrania el domingo en la misa, porque eso nos va a dar mucha fuerza”.

Acaba de cumplirse un año de la invasión rusa a Ucrania. Se calcula que casi 18 millones de personas, el 40 % de toda la población, necesita asistencia humanitaria urgente. Pero también necesitan esperanza. Urge buscar una salida pacífica que acabe con esta barbarie para que miles de personas puedan rehacer sus vidas.

Primer verano en Vigo, con Rosa y Pedro

Igor y su hermana Inna vinieron por primera vez a España durante el verano de 1998. Víctimas de la explosión de Chernóbil (abril de 1989) Igor con 9 años e Inna con 11 años, llegaron a casa de Rosa Montenegro y Pedro Matas, supernumerarios del Opus Dei, que viven en Vigo (Galicia) y que decidieron traerse a los dos hermanos en principio solo para una temporada. Recuerda Rosa cómo le impresionó el saber que, por comer unos días bien, alargaban su vida unos años. 

Ese periodo vacacional pronto se convirtió en dos estancias al año y salvo el periodo universitario, siempre han mantenido su contacto y cercanía. La última vez que Igor estuvo en Vigo antes de que estallara la guerra, fueron las Navidades de 2021; volvió de nuevo en el mes de abril de 2022, ya en plena guerra, y en esa ocasión le acompañó su hermana Inna con su hijo Daniel, pero a pesar de que Rosa y Pedro les ofrecieron su casa y todo el cariño, decidieron regresar de nuevo a Ucrania.

“Nosotros nos casamos en 1970 y tenemos un hijo en el cielo –comenta Rosa– Luego nos fuimos a América y vivimos en Ecuador desde 1976 a 1982. Durante ese tiempo un problema médico derivó en que no íbamos a tener más hijos (tuvimos uno prematuro, que falleció a las pocas horas). Tengo que confesar que nunca he tenido frustración maternal, aunque esperábamos un equipo de fútbol. Dedicados a la educación, nuestra pasión dominante, los hijos de los demás fueron a partir de entonces el objetivo de nuestra ayuda. Nos resultó fácil ayudar, era una tarea asumida. 

En el caso de Igor e Inna no hablaban español, y nosotros no hablábamos ucraniano, pero al final del verano puedo decir que lo entendían casi todo, aunque no hablaban casi nada. Nos íbamos dando cuenta de que aprendían muy rápido. Los volvimos a traer aquellas Navidades. Asistían al colegio donde nosotros trabajábamos como profesores, el tiempo que permanecían en España hasta su regreso a Ucrania.

El horror de la guerra que no cesa - Opus Dei

Rosa, Igor y Pedro

Cada verano regresaban y mejoraban en todos los campos: vocabulario, comunicación, alimentación…

Hacíamos lo que habíamos oído siempre a san Josemaría

Pedro y yo hacíamos lo que habíamos oído decir siempre a san Josemaría cuando aconsejaba a los matrimonios con hijos, que rezaran, fueran ejemplares con su conducta, pero que no sermonearan a sus hijos.

Para ayudarles en su crecimiento personal establecimos un horario. Se servían los desayunos hasta las 10 de la mañana. El que se levantaba más tarde entendíamos que no quería desayunar. Después de desayunar todo el mundo tenía trabajo que hacer: cuadernos de cuentas o escritura, lectura, aprender inglés o ayudar en las tareas de la casa. A partir de las 12 se hacía deporte y era un tiempo de libre elección entre piscina, bicicleta, etc.


Vídeo relacionado: entrevista en la televisión gallega a Pedro e Igor


Hoy Igor, con 33 años, e Inna, con 35, tienen su vida rota por la guerra pero fundamentada en raíces estables. Los dos tienen -tenían- un trabajo fijo, su carrera universitaria. Inna está casada y tiene un hijo, Daniel. Igor está centrado en la ayuda humanitaria, intentando llegar a todos los rincones más necesitados de Ucrania. Mantiene sus raíces familiares en Galicia, en nuestra familia. Al principio de la guerra vino a España y toda la prensa y televisiones quisieron contactar con él, precisamente por la visión que daba totalmente esperanzada por su confianza en Dios”.

El horror de la guerra que no cesa - Opus Dei

Una imagen de Igor cuando vino por primera vez a Vigo

“Rezo a Dios cada día y con todas mis fuerzas para que acabe la guerra”

Para Igor estos nueve días con su familia viguesa han sido un remanso de paz que le han ayudado a recargar las fuerzas, a conectar con la naturaleza, el silencio, el calor de hogar, pero no puede dejar de pensar en Ucrania y siente la necesidad apremiante de volver allí. 

Desde que empezó la guerra ha venido en dos ocasiones a Vigo, pero no duda en regresar a su país, a pesar de jugarse la vida: “Amo a mi gente, mi tierra y mi país por encima de todo y mi corazón está en Ucrania. Rezo a Dios, cada día, con todas mis fuerzas, para que acabe esta guerra”.

 

HABLAR CON EL CORAZÓN

Silvia Del Valle

Poder expresar nuestras ideas es algo muy grande e importante, a veces no podemos hacerlo porque no se nos permite hacerlo, porque nos da miedo, porque no sabemos cómo hacerlo, pero cuando encontramos esa voz interior que te hace hablar desde el corazón buscas los medios para que todos la puedan escuchar.

Cuando de pronto te das cuenta de que los te escuchan coinciden y hasta te buscan para escuchar más porque ellos piensan, sienten, viven igual que tú, te vuelves voz publica y no puedes volver a ahogar esa voz.

En mi caso, me han abierto el medio para expresar lo que pienso, lo que vivo, lo que hay en mi corazón y por eso agradezco tanto por la oportunidad de compartir cada semana el ser y quehacer de una mujer, madre y esposa; comunicadora y católica que quiere compartir el día a día con los que la quieren escuchar.

Para mí es muy importante poder compartir todo lo que Dios me ha dado por medio de mi familia, amigos y sobre todo por medio de ese dialogo con Él, que hace que mi vida sea un poco más fácil, para que si a alguien le es de utilidad, pueda tenerlo como una pequeña herramienta para adaptarla a su vida cotidiana.

Por eso hoy te quiero compartir mis 5Tips para encontrar esa voz interior y aprender a compartirla con los demás y en primer lugar con nuestra familia.

PRIMERO.  Mantén un diálogo constante con Dios.

La oración es la fuente de toda inspiración, ya sea para las cosas extraordinarias como para las cosas más pequeñas y cotidianas, ya que por medio de este diálogo constante con Dios podemos conocer cómo debemos actuar, pues le permitamos a Él hablarnos desde el corazón y en el corazón.

Es así que todos nuestros actos irán impregnados de Amor y por lo tanto buscaran el bien de los que nos rodean y de nuestros seres queridos. Y por que no, hasta de los que nos persiguen o hacen daño.

Es muy impresionante que aun en los momentos en que no sabemos qué hacer, tomar unos minutos para orar te pueden dar rumbo, son como una brújula para retomar el rumbo y seguir avanzando en la vida cotidiana.

Si hacemos este ejercicio con las cosas pequeñas de todos los días, cuando lleguen las cosas extraordinarias que nos pueden quitar la paz, estaremos listos y acostumbrados a dialogar con Dios para escuchar cuál es su voluntad en todo momento para con nosotros y nuestra familia.

SEGUNDO. Cuéntale todo lo que te pasa

Muchas veces traemos una maraña de pensamientos y sentimiento que no podemos acomodar y que nos generan angustia, miedo o desazón, pero si logramos expresarlos se irán acomodando y clarificando de tal forma que llegara la paz y la cordura para poder actuar mejor.

Dios siempre nos escucha de forma activa, es decir, nos escucha, acoge todo y después nos da una respuesta clara y concreta por medio de su Palabra.

TERCERO. Ahora escucha lo que Él te quiere decir y trata de llevarlo a la práctica.

La podemos encontrar frente al Santísimo, leyendo la Santa Biblia, en una homilía de la Santa Misa, en el consejo de algún sacerdote o amigo, etc. tenemos muchos medios para escuchar a Dios, solo es necesario abrir el corazón y disponernos para contarle todo y dejar que Él nos hable y estar dispuestos a ponerlo en práctica en nuestra vida cotidiana.

Si esto implica hacer cambios en nuestras actitudes, no tardar en realizarlos, aunque sean cambios que impliquen tiempo, es decir, que entremos en un proceso de cambio por Amor.

Si lo que nos dice es que debemos ayudar a otras personas a encontrar el modo de mejorar su vida, hagamos lo posible primero en nuestra familia. Con nuestros hijos y familiares, después con las personas que nos rodean en los distintos ambientes en que nos movemos y por último en los lugares que vamos visitando de forma extraordinaria.

Pero, ¿Cómo hacemos eso? Pues con nuestro testimonio de vida que nos lleva a mostrar que si se puede llevar a la practica el Amor que Dios nos da y que lo podemos compartir con los demás en los detalles cotidianos, en la ayuda solidaria con el que mas lo necesita, en la paciencia de escuchar a lo que están solos, en la disposición de ayudar al que lo necesita, en la apertura de corazón para estar dispuestos a dar consejo, etc.

CUARTO. Comparte todo eso con tus seres queridos, los más cercanos.

Como te digo es super necesario que comencemos con nuestros seres queridos, con nuestra familia y poco a poco que podamos ser sal para ellos, es decir, que podamos darle ese sabor amoroso que Dios nos pide para después ser luz del mundo con nuestro testimonio, porque hay otras personas que viven en la oscuridad pero que necesitan y quieren ser iluminados por el Amor que Dios tiene para ellos pero que nos saben como obtenerlo.

En estos casos es cuando podemos se luz para ellos, viviendo y actuando desde el Amor y por Amor y con nuestro testimonio encontraran la luz que cambiará su vida y los acercará a Dios. Esto es una gran responsabilidad pero es lo que nos pide Dios a todos los que recibimos su Amor.

Y QUINTO. Compártelo con acciones muy concretas.

Hemos dicho que nuestro testimonio debe ser luz para los buenos rodean pero quisiera precisar que debemos lograr llegar a acciones muy concretas que beneficien a todos, por ejemplo, actitudes que comuniquen el Amor de Dios, palabras que toquen corazones, oídos que escuchen corazones dolidos y corazones dispuestos a amar sin pedir nada a cambio.

Nuestras acciones pueden ser inspiración para los que no saben por dónde seguir, es por esto que debemos tratar de actuar siempre conforme al Amor de Dios.

Si alguna vez no logramos actuar así, es licito pedir perdón, levantarnos y retomar el rumbo porque no somos perfectos, pero estaos en el camino de perfección y por eso cada caída es una oportunidad de mejorar y hacernos más fuertes.

 

 

Zelenski y Putin: un año de guerra de liderazgos

Luis Ángel Díaz Robredo

profesor en la Facultad de Educación y Psicología

Hace un año, pocos conocían al presidente Zelenski más allá de las fronteras de Ucrania. La tímida presencia del país en el contexto internacional apenas ocupaba titulares en occidente. Tan solo acontecimientos como el Euromaidán de 2013 o la invasión de Crimea de 2014 nos recordaban de vez en cuando el conflicto latente que existía en aquel extremo de Europa.

Zelenski, por entonces, se encontraba aún lejos de la política, dedicado casi en exclusiva a su faceta de actor y productor de comedia y no fue hasta febrero de 2022, con apenas cuatro años transcurridos desde que hizo su debut en política, cuando entró de forma súbita en las vidas y en los corazones de los ciudadanos occidentales.

Putin, en cambio, ya era un conocido habitual de la esfera internacional con una dilatada experiencia en política y con una fama a favor y en contra de sus decisiones políticas que generaba y sigue generando mucha polarización. No hay que olvidar que, el hoy denostado Putin, pocos años antes de la invasión de Ucrania, era un líder admirado y respetado internacionalmente por diferentes celebridades políticas y sociales.

El recién llegado a la política Zelenski, en clara inferioridad respecto a sus fuerzas armadas, novel en el papel de gobernante y sin apoyo externo ni interno (en marzo de 2021, el presidente ucraniano gozaba de un apoyo por debajo del 40 % de su población) se enfrentaba al peso pesado Putin en febrero de 2022 y asumía el liderazgo moral de su país frente al poderoso invasor ruso.

La táctica del liderazgo moral frente al autoritario

Apoyado en una retórica de apelación continua a los valores universales y a la libertad, su principal acción desde que comenzó la invasión fue comparecer en incontables ocasiones ante los parlamentos nacionales y en los medios de comunicación propios y extranjeros. En ellos ha transmitido una y otra vez su mensaje de resistencia moral y física frente al invasor para recabar apoyos de todo tipo, dejando en manos de otros las decisiones técnicas. Concretamente, la estrategia militar recae sobre su comandante en jefe, el general Zaluzhny, quien ha dirigido las operaciones del ejército ucraniano hasta la fecha con notable éxito, mostrando una flexibilidad, ingenio y resiliencia inéditos.

Los resultados de este estilo de liderazgo muestran que dicha estrategia es eficiente pues, por un lado, las encuestas reflejan un notable aumento del apoyo de la población ucraniana a su presidente, en la actualidad hasta el 91 % y, por otro, son conocidos los envíos de armamento por diferentes países sin apenas oposición alguna en el ámbito europeo.

Tan solo es conocida una medida de política interna realizada por Zelenski relacionada con el cese de una decena de altos cargos de su gobierno por corrupción que empañaban grandemente la imagen de democracia y que tan poco deseable resulta para su ingreso en la Unión Europea.

Putin, por su lado, continúa en su estilo de liderazgo autoritario que tan buenos resultados le ha dado a lo largo de su carrera política y que mostró desde el inicio de lo que él llamó la “operación militar especial”. Su forma de dirigir personalmente las operaciones militares ha sido muy característica, dando órdenes concretas sobre las operaciones y las técnicas militares, mostrando su liderazgo incuestionable ante otras figuras de poder dentro del país (como el checheno Kadyrov o el jefe del grupo paramilitar Wagner, Prigozyn) o incluso nombrando y destituyendo a generales de forma personal, como el responsable máximo de las operaciones en Ucrania hasta hace un mes, el general Surovikin.

En este caso, la popularidad del dignatario ruso también ha experimentado un aumento de apoyo popular entre sus ciudadanos como consecuencia de la guerra, pues en enero de 2022 era de un 69 % y en enero de 2023 ascendía a un 83 %.

Los errores de los líderes

Existen problemas en ambos estilos de liderazgo. En el caso de Zelenski, la petición continua de mayor y más moderno material militar podría ocasionar la temida escalada armamentística por parte de Rusia o el agotamiento de los países donantes en caso de que no se alcance una victoria a corto plazo. En el caso de Putin, su liderazgo autoritario ha generado errores tácticos que producen continuamente un número importante de bajas propias debido a la rigidez del sistema de mando y toma de decisiones y al exceso de cohesión interna en el alto mando del gobierno ruso que impide criticar de forma realista y práctica los procedimientos tácticos y estratégicos para mejorarlos.

La situación actual del frente nos habla de un estancamiento de las posiciones militares de ambos bandos. Por un lado, existen pocas o nulas expectativas en el corto plazo de tomas importantes de territorios que puedan dar ventaja a uno de los bandos. Por otro, las actitudes de ambos dignatarios no dejan entrever cambios en sus estilos de liderazgo. Las recientes declaraciones de ambos dirigentes se mantienen en las mismas posturas que hace un año.

Así, resulta difícil prever un cambio en la situación del conflicto. Ambos mandatarios saben aprovechar sus características de liderazgo: uno basado en la creación de carisma personal y capacidad para involucrar en el conflicto a los demás apelando a la empatía, al espíritu de solidaridad y de justicia universal; otro transmitiendo una visión de fortaleza, experiencia como dirigente y determinación que le aseguren el control y apoyo de su país hasta la victoria. Veremos cómo el paso del tiempo afectará a cada uno de estos liderazgos contrapuestos.

 

 

Familia, más que un concepto

La familia es anterior al Estado. Este no es su inventor o fundador, como la propuesta de ley pretende establecer.

2 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos

familia

Me ha llamado mucho la atención leer y escuchar, a través de los medios, la propuesta del Ministerio de derechos sociales y Agenda 2030 de España de una futura ley con la inclusión de hasta dieciséis tipos diferentes de familia, que fue aprobada, como anteproyecto de ley, el pasado 13 de diciembre en el Consejo de Ministros.

La propuesta de ley comienza reconociendo que no existe la familia sino las familias y habla de la familia «retornada», la «intercultural», la «trasnacional», la «biparental» etc. La excusa para tal ampliación parece ser establecer un sistema de ayudas económicas, jurídicas y sociales para todas las personas.

Tal excusa no justifica ampliar el concepto de familia a toda clase de situaciones de convivencia humana porque deshace el concepto de familia.

Los cristianos miramos siempre el matrimonio y la familia a la luz del Evangelio, pero también a la luz de la experiencia humana universal. La Iglesia es iluminada en su doctrina sobre las cuestiones del matrimonio y la familia por el Evangelio, pero no solo por el Evangelio, sino también por la experiencia del ser humano que posee después de dos milenios de existencia.

Una primera convicción que se deriva tanto del Evangelio como de esa experiencia multisecular es que el bienestar de las personas y de toda la sociedad, en sus múltiples facetas, está estrechamente ligado al bienestar del matrimonio y la familia, es decir, que el verdadero progreso de bienestar, de bien común, de libertades y de igualdad que la sociedad demanda continuamente, está íntimamente vinculado con la prosperidad de la comunidad conyugal y de la familia.

Junto con los católicos, hay muchos millones de hombres y mujeres de otras confesiones cristianas y de otras religiones (judía, musulmana…) y hombres y mujeres de buena voluntad, que tienen en gran estima esta comunidad de amor y del respeto a la vida que es el matrimonio y la familia.

Ante los desafíos muchos y graves para el matrimonio y la familia que existen hoy en nuestras sociedades occidentales, sobre todo la facilidad del divorcio (que el Concilio Vaticano II denomina como epidemia), el aborto, el amor libre (uniones sin ningún compromiso público) etc., no podemos perder el gran tesoro para la humanidad de todos los tiempos que es el matrimonio y la familia.

En la base de todos los desafíos contra la familia están siempre el egoísmo humano, el hedonismo y los usos ilícitos contra la generación y no podemos extrañarnos que afloren continuamente en la historia.    

La doctrina de la Iglesia se basa sobre el carácter sagrado del matrimonio y la familia. Sin esto no se entiende nada. No es un invento humano o cultural, sino fundado por el Creador y en posesión de bienes y fines que les son propios: una comunidad de vida y amor establecida sobre la alianza de los cónyuges, es decir, sobre su consentimiento personal e irrevocable.

Esta alianza es asumida por Cristo mediante el sacramento del matrimonio, imagen del amor entre Cristo y la Iglesia y con una ayuda y fortalecimiento de esa alianza en lo que se refiere a la irrevocabilidad del consentimiento y a la maternidad y paternidad.

Evidentemente ese consentimiento es decisivo para toda la vida y debe prepararse con una formación adecuada. El fin principal es la ayuda mutua, el amor mutuo y la procreación y educación de los hijos.

El amor conyugal debe compaginarse con el respeto a la vida humana. No puede haber contradicción verdadera entre la ley divina de la trasmisión de la vida y el fomento del genuino amor conyugal.

Cuando se trata de conjugar el amor conyugal con la responsable trasmisión de la vida, la índole moral de la conducta no depende solamente de la sincera intención o apreciación subjetiva sino que debe determinarse por criterios objetivos tomados de la naturaleza y dignidad de la persona humana y de sus actos.

En definitiva, la familia es anterior al Estado. Este no es su inventor o fundador, como la propuesta de ley pretende establecer.    

 

 

San José Obrero: quién fue José de Nazaret, el padre de Jesús

A san José, Dios le encomendó la enorme responsabilidad y privilegio de ser el fidelísimo esposo de la Virgen María y el custodio de la Sagrada Familia. Por eso es el santo que más cerca está de Jesús y de nuestra Madre María.

 

«Quiere mucho a san José, quiérele con toda tu alma, porque es la persona que, con Jesús, más ha amado a santa María y el que más ha tratado a Dios: el que más le ha amado, después de nuestra Madre. Se merece tu cariño, y te conviene tratarle, porque es Maestro de vida interior, y puede mucho ante el Señor y ante la Madre de Dios», Forja, 554.

Su fiesta es el 19 de marzo y el Papa Francisco siempre nos invita a que nos fijemos de forma especial en la figura de san José. Para eso, ha señalado cuáles son las dos virtudes únicas que definen al padre de Jesús: «José es el hombre que sabe acompañar en silencio» y es «el hombre de los sueños».

Biografía de san José de Nazaret

Tanto san Mateo como san Lucas nos hablan de san José como de un varón que descendía de una estirpe ilustre: la de David y Salomón, reyes de Israel. Los detalles de esta ascendencia son históricamente algo confusos: no sabemos cuál de las dos genealogías, que traen los evangelistas, corresponde a María y cuál a san José, que era su padre según la ley judía. Sabemos que su ciudad natal fue Belén, a donde se dirigió a empadronarse, pero en Nazaret, vivía y trabajaba.

Sabemos, en cambio, que no era una persona rica: era un trabajador, como millones de otros hombres en todo el mundo; ejercía el oficio fatigoso y humilde que Dios había escogido para sí, al tomar nuestra carne y al querer vivir treinta años como uno más entre nosotros.

La Sagrada Escritura dice que José era artesano. Varios Padres añaden que fue carpintero. San Justino, hablando de la vida de trabajo de Jesús, afirma que hacía arados y yugos (S. Justino, Dialogus cum Tryphone, 88, 2, 8 (PG 6, 687).); quizá, basándose en esas palabras, san Isidoro de Sevilla concluye que José era herrero. En todo caso, un obrero que trabajaba en servicio de sus conciudadanos, que tenía una habilidad manual, fruto de años de esfuerzo y de sudor.

De las narraciones evangélicas se desprende la gran personalidad humana de José: en ningún momento se nos aparece como un hombre apocado o asustado ante la vida; al contrario, sabe enfrentarse con los problemas, salir adelante en las situaciones difíciles, asumir con responsabilidad e iniciativa las tareas que se le encomiendan.

Quien fue san José de Nazaret en la Iglesia Católica

La Iglesia entera reconoce en san José a su protector y patrono. A lo largo de los siglos se ha hablado de él, subrayando diversos aspectos de su vida, continuamente fiel a la misión que Dios le había confiado.

  • En el siglo XVII, el Papa Gregorio XV instituyó por primera vez una fiesta litúrgica en su nombre.
  • En el siglo XVI, santa Teresa de Ávila, extendió su devoción que, hasta entonces, había permanecido en un discreto segundo plano.
  • Durante 1870, el santo Papa Pío IX nombró a san José patrono universal de la Iglesia.
  • A partir de entonces, León XIII dedicó una encíclica al santo patriarca
  • A los 100 años de este documento, san Juan Pablo II escribió la exhortación apostólica Redemptoris custos.
  • El papa Francisco publicó también una carta sobre san José en 2020, bajo el título Patris corde, corazón de padre.

En palabras de san Josemaría, san José es realmente «Padre y Señor, que protege y acompaña en su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a Jesús mientras crecía y se hacía hombre. Tratándole se descubre que el Santo Patriarca es, además, Maestro de vida interior: porque nos enseña a conocer a Jesús, a convivir con El, a sabernos parte de la familia de Dios. Este Santo nos da esas lecciones siendo, como fue, un hombre corriente, un padre de familia, un trabajador que se ganaba la vida con el esfuerzo de sus manos».

 

 

oración san josé

Oración mencionada en Patris corde (Con corazón de padre) y en el decreto con el que se concede el don de indulgencias especiales con ocasión del Año de san José.

 

Las virtudes de José de Nazaret

José obrero era un artesano de Galilea, un hombre como tantos otros. En su día solo había paternidad y trabajo, todos los días, siempre con el mismo esfuerzo. Y, al acabar la jornada, una casa pobre y pequeña, para reponer las fuerzas y recomenzar.

Pero el nombre de José significa, en hebreo, Dios añadirá. Dios añade, a la vida santa de los que cumplen su voluntad, dimensiones insospechadas: lo importante, lo que da su valor a todo, lo divino.  Dios, a la vida humilde y santa de José, añadió la vida de la Virgen María y la de Jesús, Señor Nuestro.

Vivir de la fe, estas palabras se ven realizadas con creces en san José. Su cumplimiento de la voluntad de Dios es espontáneo y profundo.

Porque la historia del Santo Patriarca fue una vida sencilla, pero no una vida fácil. Después de momentos angustiosos, sabe que el Hijo de María ha sido concebido por obra del Espíritu Santo. Y ese Niño, Hijo de Dios, descendiente de David según la carne, nace en una cueva. Ángeles celebran su nacimiento y personalidades de tierras lejanas vienen a adorarle, pero el Rey de Judea desea su muerte y se hace necesario huir. El hijo de Dios es, en la apariencia, un niño indefenso, que vivirá en Egipto.

En su evangelio, san Mateo pone constantemente de relieve la fidelidad de José, que cumple los mandatos de Dios sin vacilaciones, aunque a veces el sentido de esos mandatos le pudiera parecer oscuro o se le ocultara su conexión con el resto de los planes divinos.

Fe, amor y esperanza

En muchas ocasiones los Padres de la Iglesia hacen resaltar esta firmeza de la fe de san José. La fe de José no vacila, su obediencia es siempre estricta y rápida.

Para comprender mejor esta lección que nos da aquí el Santo Patriarca, es bueno que consideremos que su fe es activa. Porque la fe cristiana es lo más opuesto al conformismo, o a la falta de actividad y de energía interiores.

En las diversas circunstancias de su vida, el Patriarca no renuncia a pensar, ni hace dejación de su responsabilidad. Al contrario: coloca al servicio de la fe toda su experiencia humana. Fe, amor, esperanza: estos son los ejes de la vida del santo y los de toda vida cristiana. La entrega de José de Nazaret aparece tejida de ese entrecruzarse de amor fiel, de fe amorosa, de esperanza confiada.

Eso nos enseña la vida de san José: sencilla, normal y ordinaria, hecha de años de trabajo siempre igual, de días humanamente monótonos, que se suceden los unos a los otros.

San José el padre de Jesús

«Tratad a José y encontraréis a Jesús» san Josemaría Escrivá de Balaguer. A través del ángel, Dios mismo le confía a José cuáles son sus planes y cómo cuenta con él para llevarlos adelante. José está llamado a ser padre de Jesús; esa va a ser su vocación, su misión.

José ha sido, en lo humano, maestro de Jesús; le ha tratado diariamente, con cariño delicado, y ha cuidado de Él con abnegación alegre. Con san José, aprendemos lo que es ser de Dios y estar plenamente entre los hombres, santificando el mundo. Tratad a José y encontraréis a Jesús. Tratad a José y encontraréis a María, que llenó siempre de paz el amable taller de Nazaret.

José de Nazaret cuidó del Hijo de Dios y, en cuanto a hombre, le introdujo en la esperanza del pueblo de Israel. Y eso mismo hace con nosotros: con su poderosa intercesión nos lleva hacia Jesús. san Josemaría, cuya devoción a san José fue creciendo a lo largo de su vida, decía que Él es realmente Padre y Señor, que protege y acompaña en su camino terreno a quienes le veneran, como protegió y acompañó a Jesús mientras crecía y se hacía hombre.

Dios exige continuamente más, y sus caminos no son nuestros humanos caminos. San José, como ningún hombre antes o después de él, ha aprendido de Jesús a estar atento y custodiarle para reconocer las maravillas de Dios, a tener el alma y el corazón abiertos.

El Papa explica su carta dedicada a san José en 2020.

 

La fiesta de san José

El 19 de marzo la Iglesia celebra la fiesta del santo Patriarca, patrono de la Iglesia y de la Obra, fecha en la que las personas del Opus Dei renuevan el compromiso de amor y fidelidad que les une al Señor.

La fiesta de San José pone ante nuestra mirada la belleza de una vida fiel. José se fiaba de Dios: por eso pudo ser su hombre de confianza en la tierra para cuidar de María y de Jesús, y es desde el cielo un padre bueno que cuida de la fidelidad cristiana.

Los siete domingos de san José

Son una costumbre de la Iglesia para preparar la fiesta del 19 de marzo. Dedicando al santo Patriarca los siete domingos anteriores a esa fiesta en recuerdo de los principales gozos y dolores de su vida.

La meditación de los «Dolores y gozos de san José» ayuda a conocer mejor al san José, y a recordar que también él afrontó alegrías y dificultades

Fue el Papa Gregorio XVI quien fomentó la devoción de los siete domingos de san José, concediéndole muchas indulgencias; pero Pío IX les dio actualidad perenne con su deseo de que se acudiera al santo, para aliviar la entonces aflictiva situación de la Iglesia universal.

Un día, alguien preguntó a san Josemaría cómo acercarse más a Jesús: «Piensa en aquel hombre maravilloso, escogido por Dios para hacerle de padre en la tierra; piensa en sus dolores y en sus gozos. ¿Haces los siete domingos? Si no, te aconsejo que los hagas».

 

«¡Qué grandeza adquiere la figura silenciosa y oculta de san José –decía san Juan XXIII– por el espíritu con que cumplió la misión que le fue confiada por Dios. Pues la verdadera dignidad del hombre no se mide por el oropel de los resultados llamativos, sino por las disposiciones interiores de orden y de buena voluntad».

Curiosidades de san José

Devoción del Papa Francisco

«Yo quisiera también decirles una cosa muy personal. Yo quiero mucho a san José. Porque es un hombre fuerte y de silencio. Y tengo en mi escritorio tengo una imagen de san José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo. Nosotros no. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de la figura del santo para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema».

La devoción de san Josemaría

San José es patrono de esta familia que es la Obra. En los primeros años, san Josemaría acudió especialmente a él para poder hacer presente a Jesús Sacramentado en uno de los primeros centros del Opus Dei. Por su intercesión, en marzo de 1935, fue posible tener al Señor reservado en el oratorio de la Academia-Residencia DYA, de la calle Ferraz, en Madrid. Desde entonces, el fundador de la Obra quiso que la llave de todos los sagrarios de los centros del Opus Dei tuviera una pequeña medalla de san José con la inscripción Ite ad Ioseph; el motivo es recordar que, de modo similar a como el José del Antiguo Testamento lo hace con su pueblo, el santo patriarca nos había facilitado el alimento más preciado: la Eucaristía.

El Santo del silencio

No conocemos palabras expresadas por él, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección. Él protegió a la Inmaculada Madre de Dios y fue el padre de Jesús en la tierra. Sin embargo, no hay ninguna cita de él en los Evangelios. Más bien, fue un silencioso y humilde servidor de Dios que desempeñó su rol cabalmente.

Guardián del Señor y celebraciones en su honor

Uno de los primeros títulos que utilizaron para honrarlo fue nutritor Domini, se remonta al menos al siglo IX.

La solemnidad de san José es el 19 de marzo, y la fiesta de san José obrero (Día internacional del trabajo) es el 1 de mayo. También está incluido en la Fiesta de la Sagrada Familia (30 de diciembre) y sin duda forma parte de la historia de la Navidad.

San José y sus múltiples patronazgos

Es el patrón de la Iglesia Universal, la buena muerte, las familias, los padres, las mujeres embarazadas, viajeros, inmigrantes, artesanos, ingenieros y trabajadores. Es también el patrón de las Américas, Canadá, China, Croacia, México, Corea, Austria, Bélgica, Perú, Filipinas y Vietnam. Pidamos a San José que nos siga ayudando a acercarnos a Jesús Sacramentado, que es el alimento del que se nutre la Iglesia. Así lo hizo junto a María, en Nazaret, y así lo hará también con ella en nuestros hogares.

Bibliografía:

  • Opusdei.org.
  • Romereports.com.
  • Corazones.org

 

 

Tras los pasos de san Juan Pablo II

Acompáñanos a Polonia, recién cumplidos los 102 años del nacimiento de san Juan Pablo II, uno de los pontífices más carismáticos de la Historia.

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Peregrinación a Polonia

Descubriremos la tierra natal del papa san Juan Pablo II. Nos acercaremos, a los lugares donde creció y vivió el joven Karol Wojtyla, para conocer su país, su historia y su arraigada fe en Jesucristo.

Durante este viaje descubrirás la gran personalidad de Juan Pablo II, y su lucha por defender los valores cristianos a lo largo de toda su vida. Él fue el inspirador de la Fundación CARF.

Cracovia, Varsovia en una ruta personalizada.

Pensión completa, hotel de 4 estrellas.

Del 26 al 31 de mayo 2023.

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Mar de Galilea - Tierra Santa - Viaje - CARF

Encuentro en el seminario Bidasoa

El Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa acoge a alumnos de todo el mundo con el objetivo de que reciban una óptima formación para su labor sacerdotal en sus diócesis.

Encuentro con los seminaristas en la Santa Misa solemne y comida con ellos para disfrutar posteriormente de una gala musical que ofrecen cada año en honor de los asistentes.

jasna_gora

Visita al santuario de Jasna Góra

Situado al sur de Polonia, el santuario alberga la comunidad de monjes paulinos, y está considerado el principal centro de peregrinación del país. Allí se encuentra la basílica de Nuestra Señora de Czestochowa, rodeada de numerosas historias, remonta el origen del icono hasta san Lucas quien lo habría pintado sobre una madera de ciprés de la casa de la Sagrada Familia.

Vadowice Polonia

Recorrido por Wadowice

Paseo por el pueblo natal del papa san Juan Pablo II y la basílica de Wadowice, donde fue bautizado. Visitaremos su casa, que hoy es día es un museo, donde a través de fotos, ropas y objetos personales vislumbraremos cómo era su vida aquí.

auschwitz museo polonia

Museo de Auschwitz

Declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Este complejo de campos de concentración de Auschwitz fue el mayor de los establecidos durante la Segunda Guerra Mundial. Un guía local nos hará el recorrido. Auschwitz, es un símbolo particular del propio sufrimiento y de martirio de santa Edith Stein y de san Maximiliano María Kolbe.

Casco antiguo de Cracovia

Ciudad ligada al papa san Juan Pablo II y considerada una de las ciudades más bellas de Europa, parece anclada en el tiempo. Declarada Patrimonio de la Humanidad desde 1978. Su pasado medieval está presente por toda la ciudad como en sus murallas o la plaza del Mercado, centro neurálgico de la ciudad.

Minas de sal de Wieliczka

Las minas de sal de Wieliczka, cerca de Cracovia, llevan en funcionamiento desde el siglo XIII continuando, hoy en día, produciendo sal de mesa. Acrecienta su valor la cantidad de cámaras y capillas excavadas. Es una ciudad subterránea con todas sus estructuras. Visitaremos uno de los monumentos de cultura material y espiritual más valioso que hay en Polonia, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1978. Y visita a Łagiewniki, capital de la Divina Misericordia. 

Itinerario

Haz tu peregrinación con CARF con una planificación muy cuidada. Tiempo para rezar, tiempo para pasear, tiempo para disfrutar.

Viernes, 26 de mayo: Madrid - Pamplona - Zaragoza

06.00 h. Encuentro del grupo en el punto acordado –Santiago Bernabéu–, y salida en bus hacia Pamplona (4 horas de trayecto aproximadamente).

11.00 h. Recepción y celebración de la sesión inaugural del Encuentro Anual de Benefactores en las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra.

13.00 h. Santa Misa solemne en el Seminario Bidasoa con los seminaristas, formadores y autoridades. Recorrido por el colegio y foto de familia.

14.00 h. Comida en compañía de formadores y seminaristas de más de 20 países.

15.00 h. Café y actuación musical de los seminaristas.

16.00 h. Adoración al santísimo y bendición.

17.00 h Traslado a la ermita de Nuestra Señora del Amor Hermoso, a la entrada del campus de la Universidad de Navarra. Oración del Rosario.

18.30 h Traslado hacia Zaragoza (2 horas aproximadamente). Check in y cena en el alojamiento.

Sábado, 27 de mayo: Zaragoza - Barcelona - Varsovia

Domingo, 28 de mayo: Varsovia - Częstochowa

Lunes, 29 de mayo: Częstochowa - Auschwitz - Cracovia

Martes, 30 de mayo: Cracovia – Łagiewniki - Wieliczka – Cracovia

Miércoles, 31 de mayo: Cracovia - Varsovia - Madrid

Información del viaje

  • Del 26 al 31 de mayo de 2023.
    Precio/persona, para 40 pax. 1.280 €.
    Precio/persona, para 35 pax. 1.305 €.
    Precio/persona, para 30 pax. 1.335 €.
    Precio/persona, para 25 pax. 1.380 €.
    Precio/persona, para 20 pax. 1.455 €.
  • Reserva y señalización de 600 € obligatoria con la inscripción. Resto del pago, antes del 26 de abril.
  • Suplemento habitación doble de uso individual: 210 €.
  • Salida desde Madrid. Otras opciones, consultar con la agencia de viajes.
  • Plazas máximas limitadas.

El precio incluye:

  • Vuelos de ida y vuelta con tasas incluidas (Vuelos Barcelona – Varsovia y Cracovia – Madrid) con franquicia de equipaje 23 kg. y 1 pieza de mano de 8 kg.
  • Traslados Madrid, Pamplona, Zaragoza y al aeropuerto El Prat y durante el viaje en autobús privado.
  • Alojamiento y desayuno en hoteles de 4*. Comidas y cenas, según programa en pensión completa.
  • Entradas a las visitas y monumentos, con coordinador y guía de habla hispana y auriculares.
  • Seguro de viaje con RACE. Gastos de cancelación: hasta 1.800 €. Equipaje: hasta 1.500 €. Asistencia médica en Europa: hasta 50.000 €. Responsabilidad civil: 60.000 €. Seguro médico obligatorio para personas que no pertenezcan al espacio Schengen.

El precio no incluye:

  • Segunda bebidas en las comidas/cenas (agua con gas, vino, refrescos, etc.).
  • Entradas a sitios no mencionados en el programa.
  • Gastos personales.
  • Propinas del guía y chofer.
  • Nada que no aparezca en el apartado incluye.

Más información:

  • Forma de pago: Ingreso en cuenta IBERCAJA de la Fundación CARF – ES75 2085 9513 7103 3034 5348.
  • La vigencia mínima de la documentación: DNI en vigor.
  • Sin la transferencia bancaria, su inscripción no tiene valor alguno como reserva de plaza. Según vaya pagando cada peregrino, se asegura su viaje hasta completar el cupo de plazas máximo.
  • Para cualquier duda relativa al viaje: vuelos, alojamiento, circunstancias especiales, etc. contactar con Ana Lucía de Red Peregrina (polonia2023carf@redperegrina.org teléfono:+34 664 357 826).

 

 

En busca de la excelencia perdida

 

Escrito por Enrique García-Máiquez

Publicado: 15 Febrero 2023

 

La sinceridad, la verdadera originalidad y la integridad conllevan un riesgo profesional

Una fundación cultural de campanillas me pregunta por un tema que brille en la vida pública de España por su ausencia. No tengo duda. El brillo de su ausencia es enceguecedor: no tenemos o no nos presentan modelos excelentes. Ya es una preocupación explícita en las sociedades actuales: la falta de élites, su deserción o su nula influencia social. Ensayos como Mediocracia (Alain Deneault, 2019) o Conformity (Cass R. Sunstein, 2019) lo estudian. El hecho tiene dos dimensiones: por una parte, hoy resulta más difícil alcanzar la excelencia y, por otra, la excelencia ha desaparecido de la vida pública. Ambos fenómenos se retroalimentan.

Nuestros sistemas políticos, administrativos, económicos, académicos, etcétera fomentan la mediocridad de diversos modos. Propician que lleguen a los altos cargos los empleados o políticos más aduladores y sumisos al superior. Para pensar ya está él, piensa el jefe, que solo exige ejecutores. El talento ajeno se percibe como una amenaza. La sinceridad, la verdadera originalidad y la integridad conllevan un riesgo profesional. De este modo, nuestras sociedades han dejado crecer la maleza en los caminos —ya de por sí escarpados— que conducían a la excelencia.

Parece tópica la queja acerca del nivel de los políticos actuales con respecto a los de la Transición, pero es un buen ejemplo, porque los datos objetivos, como su nivel de sus estudios y las carreras profesionales previas, sostienen el tópico. La universidad —agobiada por la burocracia y los estándares— ya no es reducto del saber y de la libertad de cátedra. ¿Cuántos sabios reconocidos socialmente quedan en España? La crítica literaria ha caído en los hábitos más comerciales, y adolece de amiguismo y frases hechas.

Se ha impuesto una lógica de mercado incluso en los ámbitos culturales. En las redes sociales, la relevancia la concede el número de seguidores, no el fundamento intelectual. Hay muchas cuentas de gran valor ético y periodístico con menos seguidores que otras porque las audiencias las amplían los memes, la agresividad o la interacción constante. Los grandes premios culturales se dan sistemáticamente a lo mediático o a lo ya premiado. Para no arriesgar y porque así las instituciones se recompensan a sí mismas con perfiles cuyo prestigio previo revierte en el renombre del galardón. Nadie se arriesga a descubrirnos a alguien valioso o a desvelarnos una obra loable.

Pero una sociedad necesita tener y admirar a sus excelentes. O más concretamente, a modelos, como sostenía Max Scheler, que puedan inspirar una sana emulación. El ser humano aprende imitando, y las comunidades mejoran cuando disponen de variados ejemplos edificantes. Quizá este sea uno de los sentidos del mandato evangélico de que los primeros entre nosotros han de ser los servidores de todos. En especial, las nuevas generaciones necesitan ver lo bueno para hacerse mejores.

No lo ven. ¿Qué formas hay de fomentar y mostrar la excelencia? El igualitarismo dogmático impide que los colegios públicos y privados se propongan formar futuras élites políticas y culturales que nos beneficiarían a todos. Las academias de ciencias, artes y letras están muy anquilosadas. Una crítica literaria, cinematográfica y ensayística bien pagada en una revista cultural libre y exigente y, por tanto, prestigiosa quizá no fuese suficiente, pero sería imprescindible. La consolidación de premios públicos y privados con unos procedimientos transparentes resultaría vital, aunque parece inimaginable.  La universidad como institución encontraría aquí un reto a la altura de su historia y, a la vez, rabiosamente contemporáneo.

Menos mal que, mientras tanto, todos podemos poner nuestro granito de arena. Jamás digamos que está bien lo que no nos lo parece ni dejemos de alabar lo que sí. Digamos que el emperador va desnudo, si lo va, y que el mendigo es un príncipe, si lo es. El boca a boca puede ser, hoy por hoy, como la respiración asistida para una excelencia moribunda, casi ahogada en tanto ruido mediocre y metódico.

Enrique García-Máiquez 

 

 

Del respeto a lo sagrado. Carnavales

En febrero, llamó la atención sobre el carnaval de Brasil, un desfile satánico en Río de Janeiro.  En Tik Tok, apareen vídeos con estos titulares: “ Con la Palabra de Dios no se juega”, “ La ira de Dios sobre Brasil”, y se  muestran calamidades durante y después del irrespetuoso y blasfemo carnaval “para un pueblo que se ha burlado de Dios”.  Una carroza en llamas durante la celebración; inundaciones y deslizamientos; muertos, heridos y desaparecidos; ciudades devastadas. El personajillo que protagonizó al demonio que se burlaba de Cristo, pulverizado en trágico accidente. Buenos conocedores de la Biblia, piensan: son consecuencias, porque “de Dios nadie se ríe”. Evoco el Titánic, con frase blasfema impresa. Ahora, se habla mucho de la Gran Misericordia de Dios con el pecador. Es cierto; pero la soberbia ciega la mente, petrifica el corazón y hace difícil el arrepentimiento. Mala senda la de los pecados contra el Espíritu Santo ( no se perdonan), ese llamar bien al mal y viceversa. ¿Van por buen camino,  no sólo los que tienen el poder en sus manos y hacen leyes inicuas ( aborto, eutanasia..., mutilaciones de niños y adolescentes), sino, también, los que lo hacen posible? Sodoma se perdió por los vicios contra natura normalizados y las injusticias de los poderosos, mantenidos por el pueblo. Nínive se arrepintió, hizo penitencia el Rey y su pueblo tras la predicación de Jonás, y Dios declinó el castigo.   ¿Podremos burlar, sin consecuencias, las leyes universales de Dios? A muchos, les preocupa que, desde la autoridad, se pueda impulsar la perversión de niños y adolescentes. La Biblia habla sobre el escándalo: Lucas, 17: 2; Mt 18, 6.

Josefa Romo

 

 

La veracidad y crisis de la democracia

Como modesto observador de la actualidad mundial y ferviente partidario de la democracia, no puedo ocultar mi temor ante las múltiples amenazas que se proyectan sobre los sistemas occidentales, a los que, no sin serias dificultades, se incorporó España con la Constitución de 1978.

Tal vez lo más urgente sea recuperar la exigencia de veracidad en la vida pública. Ciertamente, no todos tenemos derecho a saber todo. Pero la transparencia es prioridad, no excepción. Y si queda algún resquicio para la intolerancia debe apuntar a la mentira: al margen del derecho penal, su sanción ética es la dimisión: un mentiroso no puede representar ningún interés general, por complejo que este sea.

La falta de información, el abuso del no comment, el recurso a mentiras más o menos disimuladas, provocan la inseguridad ciudadana, caldo de cultivo de los diversos populismos, que suelen ser peores remedios que la propia enfermedad. Al cabo, enlazan con la demagogia, versión deteriorada de la democracia desde los clásicos griegos.

La novedad quizá de esta época postmoderna que abomina de los absolutos, es la abundancia de afirmaciones apodícticas basadas en ideologías o modas, sin fundamento teórico ni conocimiento de la realidad. Se explica que crezcan las descalificaciones, los odios, los insultos, la irracionalidad. ¿Cómo no añorar la ordinatio rationis? También para evitar la abundancia de los efectos negativos de leyes demasiado extensas por poco meditadas.

Cuando de encontrar la verdad se trata, lo último es recurrir a comisiones de investigación parlamentarias: lo verdadero no tiene por qué coincidir con lo mayoritario; por ejemplo, los americanos siguen sin saber qué pasó realmente el 6 de enero de 2021 en el Capitolio, salvo provisionalmente para quienes han sido condenados en la jurisdicción penal por sentencias aún no firmes.

JD Mez Madrid

 

 

Cómo rectificar un poco

Las voces de alarma por la llamada “ley del solo sí es sí” ya no solo vienen desde fuera, donde el descrédito del Ejecutivo es cada día mayor, sino desde dentro del propio partido socialista, que empieza a clamar por una situación insostenible, más aún con las elecciones municipales cada vez más cerca. Ahora Sánchez, rehén de sus socios radicales, como en tantas otras ocasiones a lo largo de esta legislatura, se ve en la encrucijada de tener que rectificar sin que se note demasiado. El despropósito de esta ley retrata a la perfección la incapacidad para un puesto de responsabilidad y gobierno de los socios de Unidas Podemos, que siguen resistiéndose a tocar una sola coma del texto y persisten en su realidad paralela, culpando a los jueces de lo que está sucediendo.

Llegados a este punto de difícil retorno, solo cabe pedir al Ejecutivo que tenga la gallardía que hasta ahora no ha mostrado, que intervenga y que deje todo este esperpento en un mal grave, pero menor, si lo comparamos con el destrozo mayor que puede provocarse si siguen empeñados en no hacer nada. En los últimos días ha parecido que están dispuestos a cambiar algo, pero no parece que se haya entendido lo de “rectificar es de sabios” y por tanto no se deciden a ser sinceros y realistas.

Pedro García

 

 

Un viaje que ha hecho creíble el anuncio del Evangelio

La reciente visita del Papa a la República Democrática del Congo y al Sudán del Sur, la quinta de Francisco al continente africano, ha dejado importantes lecturas que toca ahora, pasados unos días, asimilar. A nivel eclesial, la vitalidad y juventud del cristianismo local han dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad presente. La celebración de la Eucaristía en Kinshasa mostró una Iglesia “con raíces” y “cultura propia”; con sus retos, carencias y dificultades, por supuesto, pero con mucho que aportar al resto.

La visita ha servido también de escaparate mundial para denunciar la tragedia de la guerra en estos dos países, ya sea por luchas de poder internas o azuzada por intereses económicos desde el exterior. Rara vez llegan a Europa los heroicos testimonios de muchas personas comprometidas por la paz, un compromiso indisociable de la fe. Hace falta, sin embargo, fortalecer la presencia en la vida pública de los creyentes. Y si esos creyentes, de distintas confesiones, son capaces de aparcar sus diferencias y actuar hombro con hombro su poder transformador se multiplicará.

Juan García. 

 

“Y no hay más: es la realidad”

Muestra de la necesidad de abordar las políticas públicas de sexo con rigor son las declaraciones de la relatora especial de la ONU para la violencia contra las mujeres y las niñas, la egipcia Reem Alsalem, que en reciente una entrevista deja claro que “la Carta de Naciones Unidas no reconoce un derecho a la autodeterminación sin límites”. El derecho a la no discriminación no significa que no deban existir salvaguardas y criterios objetivos para otorgar o denegar la solicitud de cambio de sexo, ha señalado la relatora de Naciones Unidas, algo para lo que “no basta solo la voluntad del individuo”, contra lo que dice la ley española.

Esta defensora de los derechos de la mujer advierte que “en el mundo occidental ya casi nadie recopila datos por sexo biológico… pero la característica del sexo debe seguir condicionando las políticas públicas. Sabemos que el sexo biológico es masculino y femenino. Y no hay más: es la realidad”.

Domingo Martínez Madrid

 

 

«Las cosas no cambian porque te pongas un anillo en el dedo»: Jackie y Bobby Angel

omnesmag.com - 27.02.2023


Jackie y Bobby Angel

Bobby y Jackie Angel son un matrimonio católico estadounidense que trata en las redes sociales temas como el amor, la sexualidad, la familia y la oración. Tienen cinco hijos y mucha experiencia hablando sobre materias de interés para las familias.

El matrimonio formado por Bobby y Jackie Angel trabaja y educa a sus cuatro hijos (el quinto está en camino) desde su casa. Desde hace años publican vídeos, audios y textos sobre la familia, la sexualidad, el matrimonio, etc., que llegan a miles de personas de todo el mundo.

No tienen miedo de hablar sobre las materias complejas relacionadas con la Teología del Cuerpo o la educación de los hijos, y hablan sin tapujos sobre su relación con Dios o la sexualidad, porque “ lo lógico es preparar a la gente para lo que ocurre durante el matrimonio y el sexo, pero en nuestra sociedad individualista no lo hacemos”.

En esta entrevista con Omnes hablan de estas cosas y otros temas como la conciliación, el perdón, el amor de Dios y la Teología del Cuerpo.

¿Cómo encontráis equilibrio entre el trabajo y la vida familiar?

–[Jackie]: Ahora es más fácil, porque somos autónomos. Antes Bobby trabajaba como profesor, por lo que tenía el horario del colegio mientras yo viajaba por trabajo. Además, los dos trabajábamos para Word on Fire, yo a jornada parcial y Bobby a jornada completa. Pero ahora es más fácil porque los dos estamos siempre en casa. Nuestros hijos hacen “homeschooling”, están en casa todo el día, no van al colegio ocho horas. Y el hecho de que los dos trabajemos desde casa hace que los niños estén con nosotros todo el día. Es una situación muy particular.

Si Bobby tiene que escribir o trabajar, me encargo de los niños. Y si estamos viajando, siempre viene alguien a estar con ellos, ya sean nuestros padres, algún primo… Tenemos gente que nos ayuda y hacemos que funcione.

–[Bobby]: Hay que comunicarse para que las cosas funcionen. Del mismo modo, tampoco quieres sacrificar el tiempo con tu esposa o con tus hijos por el trabajo. Si lo haces, tienes el “fenómeno del pastor”, en el que se da una familia muy cristiana, parece que estás haciendo una labor que viene de Dios pero con otras personas cuando, en realidad, tu familia es la que merece llevarse la mejor parte, no solo las sobras.

Hay momentos en los que tenemos que hablar y decir que necesitamos pasar más tiempo en familia o rezando. Podemos hablar de oración en el podcast, pero ¿rezamos nosotros en familia?

–[Jackie]: Lo interesante es que Dios pide que cada familia haga su discernimiento. Cada familia es única, cada matrimonio es único. Nosotros podemos dar consejos generales, como por ejemplo que tu familia siempre va primero. Tu esposo siempre va primero, y después los niños. Esos son principios generales pero, como cada situación es única, cada uno tiene que discernir lo que Dios quiere de ellos. Además, es algo que cambia cada mes, cada año. Siempre está cambiando.

–[Bobby]: Exacto, a veces lo que funcionaba en vuestro quinto año de matrimonio ya no funciona para el octavo año. Siempre lo estás descifrando.

En Estados Unidos es más habitual que en otros países el “homeschooling”, ¿por qué crees que es?

–[Jackie]: El sistema de educación pública no es muy bueno en Estados Unidos y los colegios católicos, incluso cuando son buenos, son muy caros. Nuestros hijos tienen la escuela en casa dos horas al día y después se dedican a aprender a tocar instrumentos o a jugar. También estamos en un grupo en la parroquia con otros niños que estudian en casa, son unos setenta, y se juntan todas las semanas para jugar y realizar actividades.

–[Bobby]: Tenemos una amiga con cinco hijos, embarazada del sexto, y sus niños son increíbles. No son raros, son deportistas, normales, piadosos… Además, gracias a que están en casa puedes pasar mucho más tiempo con tus hijos, lo cual no pasaría si fueran a la escuela. Hemos visto personalmente que este método funciona. Sin embargo, en algún momento los niños tienen que salir al mundo, no nos podemos esconder en una cueva toda la vida, estamos llamados a ser sal y luz del mundo. Pero los primeros años son muy importantes para formar en el amor y el perdón, incluso en la sexualidad. Es fantástico poder tener a tus hijos un tiempo más en casa y establecer la base antes de que salgan al mundo.

Uno de los temas más exitosos es la Teología del Cuerpo, ¿qué es lo más importante que han aprendido estudiándola?

–[Jackie]: ¡Muchísimas cosas importantes! El Papa san Juan Pablo II sostuvo la tesis de que lo contrario al amor es el uso: usar a una persona como un objeto de placer, en lugar de quererla como persona. Para mí ese es el marco desde el que miro a los demás y pone las bases para la Teología del Cuerpo.

Me di cuenta de que necesitaba cambiar el modo en el que miraba a la gente. Por ejemplo, si miro a mi novio como alguien a quien usar, en lugar de alguien a quien amar, todo cambia. Incluso cuando estás casado. Las cosas no cambian de pronto porque te pongas un anillo en el dedo. Si estás acostumbrado a usar a las personas, también cuando estás casado mirarás así a la gente y te preguntarás cómo usarlos para tu placer físico o emocional.

El Papa Juan Pablo II analizó la filosofía anterior que decía que el cuerpo es malo y el alma buena. Muchas de esas ideas vienen de la Reforma protestante y del siglo XVI. Pero no. Nuestros cuerpos son buenos. Jesús no se habría hecho hombre si el cuerpo no fuera bueno.

Entonces, Dios nos creó con un cuerpo bueno, pero la idea contraria persiste en la actualidad. La gente piensa que somos almas encerradas en cuerpos y no. Tú eres tu cuerpo. Lo que haces con el cuerpo, lo haces con el alma. Lo que le haces al cuerpo de alguien se lo haces a su alma.

Muchas de esas ideas puritanas de la Reforma protestante están basadas en la vergüenza y en el miedo. Hay católicos que crecen con esa mirada avergonzada sobre el cuerpo y la sexualidad. Pero no es algo de lo que avergonzarnos. Es bueno, es bonito y tiene un propósito. Nuestra cultura dice que el sexo y el matrimonio no tienen sentido, pero la Teología del Cuerpo nos ayuda a redescubrir ese sentido.

–[Bobby]: En mi caso, además, me hace ver la fe como una historia de amor. La imagen de la Trinidad se refleja en nuestros cuerpos, como varón, mujer y niño. Esto no va de normas, es el reflejo de una historia de amor.

Escuché hablar por primera vez sobre la Teología del Cuerpo en la universidad, pero no lo entendí, no estaba preparado para ello. A los veinticinco años volví a acercarme a ella, lo escuché de manera diferente y me di cuenta de que ahí estaba el grito de mi corazón, me dio la respuesta a todo lo que puedo hacer con los deseos y anhelos que tengo.

Juan Pablo II vio el camino que estaba tomando la cultura, pero sus textos son difíciles de leer. Ha sido muy bonito ver cómo su pensamiento empieza a calar en las generaciones a través de diferentes programas y ministerios. Poco a poco está llegando, pero todavía hay mucho trabajo que hacer.

En los videos hablan de todo, ¿piensan que hay temas relacionados con el matrimonio que cuesta abordar?

–[Jackie]: Obviamente siempre hay temas complicados de los que la gente no quiere hablar. La anticoncepción es uno de ellos. Siempre me sorprende. Si la Iglesia Católica dice que la anticoncepción es un pecado grave, todas las parejas que pasan por la preparación para el matrimonio deberían aprender sobre la belleza y el sentido del sexo, y la razón por la que la anticoncepción no es amor, que es un acto de lujuria antes que de amor.

Del mismo modo, es interesante ver que a lo largo de la historia los temas del matrimonio y el sexo sí que eran tratados. Las mujeres preparaban a las jóvenes. Lo lógico es preparar a la gente para lo que ocurre durante el matrimonio y el sexo, pero ya no lo hacemos.

Estamos en una sociedad tan individualista que ya no compartimos ideas o pensamientos. En las redes sociales, salvo que hagas vídeos largos, es complicado entrar en materia de este tipo. Es difícil hablar sobre estos temas tan complicados en Instagram si lo único que tienes es un vídeo de noventa segundos.

Otra cosa que también veo es que hay católicos que llevan imbuidas esas ideas protestantes sobre la sexualidad, una perspectiva basada en la vergüenza y el miedo. Estamos volviendo a una visión ultra tradicionalista del matrimonio y el sexo.

Hablan de Dios como familia, en su caso ¿qué “características de Dios como familia” entienden mejor ahora que están casados y son padres?

–[Jackie]: Para mí, como madre, me ha ayudado a crecer mucho en paciencia. Cuando tienes niños pequeños, que son desafiantes y tienen berrinches, tienes que adquirir mucha paciencia. Hay una corriente en psicología que habla sobre la teoría del apego. Una de las cosas que dice es que todos los niños necesitan saber que sus padres pueden manejar sus grandes emociones. Porque ellos no razonan. A través de esto, en mi relación con Dios, se ha reafirmado que Él no nos quiere por lo que hacemos. Nos quiere porque somos sus hijos.

Recuerdo que una vez a mi hija, después de un berrinche, le expliqué: “Te quiero incluso cuando haces cosas malas”. Se llenó de alivio y eso me recordó como a mí Dios no me quiere por lo que hago, su amor no depende de cuántos Rosarios rece o de las veces que vaya a Misa. Esos son modos en los que nosotros demostramos a Dios que le queremos.

Al igual que nunca voy a dejar de querer a mis hijos, da igual lo que hagan, me doy cuenta de que Dios ama también así, y de una manera infinitamente más perfecta.

–[Bobby]: Si no nos podemos ganar el amor de Dios, tampoco podemos perderlo. Pero a mí también me cuesta, necesito enseñarle a Dios mis méritos. Y necesitamos que nos vean, eso es algo bueno. Hay una necesidad sana de sentirnos apreciados, afirmados y vistos. Pero el problema viene cuando creemos que tenemos que ser perfectos para obtener esa atención y trasladamos esa idea a la relación con Dios.

Cuando el matrimonio es armónico, te puede dar una muestra del amor de Dios, de su amor incondicional.